La Visión del Bucanero
Será que...
Grumete Exigente
El haber percibido el entorno social en más de una docena de periodos gubernamentales, permite apreciar la gestión política por el grado o nivel de: satisfacción, seguridad y desarrollo social que ha tenido el país al través de estos periodos.
Pensamos que la experiencia obtenida durante ese tiempo faculta a cuestionar los resultados, siempre y cuando con mucho cuidado se haya comprobado la información relacionada y se recuerden con honestidad los detalles de lo ocurrido.
Los que vivieron conscientes en la década de los treinta, a pesar de la reciente inquietud revolucionaria, comentaban que en ese entonces algunos niños y contados jóvenes adolecentes eran los únicos maldosos que por falta de una educación formal y efectos hormonales en su crecimiento sin control, requerían de la atención de las autoridades, quienes se sentían satisfechas en su quehacer, interviniendo con dedicación y facultades propias en el mantenimiento del orden y la armonía de una sociedad en crecimiento. El machismo estaba en su etapa final, con tendencia a decaer.
Los niños pobres y de la clase media, después de hacer su tarea, podrían jugar en la calle, disfrutando de los juegos simples (canicas, balero, trompo, pin pon, come tierra, base bol y futbol de calle, con pelotas de hule y balones de trapo), imitando a los deportistas profesionales del momento, auto educándose desde pequeños a competir para ganar.
No había Televisión, ni plásticos y mucho menos juegos electrónicos que pudieran dañar el proceso natural de pensar con lucidez. Ni siquiera se sospechaba que los avances tecnológicos generarían un desperdicio de tiempo en la formación del individuo, imposible de recuperar y una producción de basura, difícil de eliminar.
Había cada vez más, oportunidades de empleo para la gente preparada y para aquella que estaban en vías de superación, la mayoría de los adolecentes creía en un futuro promisorio.
Se estudiaba con ahínco, aprendiendo los conocimientos que los primeros Planes de Estudio habían definido como obligatorios, a fin de alcanzar una buena educación básica. Los niños que cursaban la primaria, en el tercer año sabían escribir bien (sin errores ortográficos), hablar el idioma y comprender las funciones aritméticas. Algunas materias había que estudiarlas sin saber para qué, pero se confiaba en que para algo servirían.
Al llegar a los diez y ocho años, los padres orgullosos organizaban una comida con mole de gallina, arroz, tortillas y bebida, para presentar orgullosos en su pequeña sociedad al hijo o hija, informando la carrera que pensaban cursar, para que llegado el momento lo acogieran sin reservas, seguros de incorporar un individuo bien intencionado, educado y responsable.
Existía la creencia de que la preparación esmerada era necesaria para ser un mejor ciudadano y hasta se podría aspirar a ser un buen funcionario público, lo cual se consideraba un honor. Una falacia en la realidad actual, en que gente con poca preparación cubre algunos de esos puestos y se comportan fuera de la ética trascendental.
Pasada la revuelta conocida como Revolución y los asesinatos de sus principales líderes, se instaló el Maximato durante 12 años, el cual fue interrumpido por otro general que inició el reparto de la tierra y cambió la nacionalidad de la extracción del petróleo crudo, de ser Inglesa a ser parte de la caja chica (PEMEX) del gobierno en turno, dando lugar al inicio de las acciones perversas. La primera, de esa época, fue pedirle a la sociedad su aportación para pagar la expropiación de las instalaciones, sacrificando la tenencia de sus pobres joyas.
Imaginamos las burlas de los perversos, al ver como parte de lo colectado, eran anillas de boda que mostraban la mentalidad de una sociedad inocente, confiada y fácil de engañar.
Con la llegada de los licenciados en derecho a la presidencia, se afirmaron las acciones y procesos perversos de los gobiernos, las policías se sometieron al político en general, estuviera en el puesto que fuera: desde legislador hasta funcionario público y a veces hasta al chofer de algún encumbrado. Se modificó la Historia y se fabricaron héroes, aún de gestas perdidas.
Comenzaron a surgir los niveles dentro del sector político, no era lo mismo ser diputado que secretario de estado y dentro de estos últimos no era tan importante ser Secretario de Industria y Comercio a ser Secretario de Gobernación; ni tampoco ser Secretario de Educación a ser Director de la Policía Federal, a menos que este último lo ocupara un intimo de la presidencia o de la familia del presidente. Lo mismo sucedía con el Secretario de Gobierno con relación a los Secretarios de Estado y los Gobernadores.
Actualmente nadie sabe que titular de puesto es el privilegiado, eso sí, todos tienen fuero y son de una clase superior a la de la ciudadanía. Situación que no tiene razón de ser, pues su utilidad ya caducó, pero los mantiene en un ambiente de élite, contrario a la confianza y vocación de servicio que deben exhibir.
Ser del Gobierno es como ser de la realeza y el favorito lo señala la relación con el Presidente, todo dependerá del puesto donde se originen los contubernios del momento.
Podría ser Comunicaciones y Transportes, Hacienda, Gobernación, Relaciones Exteriores, la Policía Federal, Industria y Comercio, Educación o la Secretaría Particular.
Al llegar la época de los políticos economistas con preferencias sexuales diversas, pareciera que este era el distintivo para llegar a ocupar un buen puesto en el gobierno y hasta ser presidenciable. Un verdadero asco, pues se perdonaron faltas garrafales por no dañar el estatus de las comadres. Ejemplos, por citar algunos: la contratación de créditos extranjeros a discreción sin prioridad alguna, los contratos colectivos, la sindicalización de los burócratas y los maestros, la socialización de la pesca, el Fobaproa, algunos Fideicomisos, la disposición de fondos de ahorro y de pensiones, etc.
Pero esto era picata minuta con relación a las acciones perversas del gobierno que se desean señalar, aunque se hará con cautela, para no cometer el error de calificar todas las acciones como perversas, cuando algunas posiblemente sean por estupidez, incompetencia o falta de visión:
• Institucionalizar la “cleptocracia” como condición de sometimiento político, al partido hegemónico.
• Abolir la ética de los planes de estudios para hacer compatible al individuo sin escrúpulos con los requerimientos del capitalismo y de la globalización de los mercados.
• Institucionalizar la dadiva o comisión como atractivo de las actividades de servicio.
• Institucionalizar el multipartidismo a fin de pulverizar la oposición, fomentando las alianzas amañadas.
• Fomentar el crimen organizado, asignándoles el trabajo sucio a cambio de cerrar los ojos a sus operaciones clandestinas, ahogando a la sociedad, en un entorno inseguro.
• Acotar las funciones del cuerpo policiaco, ignorando sus necesidades de protección y recursos para su defensa y respuesta, manteniéndolo sobre expuesto, sobajado, sin utilidad, recibiendo una miserable percepción, disponiéndolo a dañar su misión y ética corporativa, arrojándolo a la corrupción.
• Jugar perversamente con el Estado de derecho, aparentando conocer lo que acontece, comprando voluntades de los poderes de la Unión (legislativo y judicial) y medios de comunicación, a fin de evitar intromisiones que pudieran comprometer sus propósitos perversos.
• Disminuir los perfiles de los puestos del gobierno, adaptándolos a las características personales de individuos sin escrúpulos, a fin de cubrir las vacantes que genera la creación de nuevos puestos políticos, a cambio de que acepten discretamente y sin cuestionar: la cleptocracia, el nepotismo, la aprobación de iniciativas con línea, la comisión institucional, la simulación y la lealtad al partido hegemónico.
• Despreciar la misión del agricultor, ignorando su supervivencia, fomentando el abandono de la tierra que los vio nacer, por el negocio con comisión en la compra de granos extranjeros o excedentes transgénicos de los vecinos; empujándolo por inanición a invadir las grandes ciudades, obligándolo a combatir sin armas una batalla desigual, generando cinturones de miseria, aglutinamiento e inseguridad.
Una muestra de incongruencia e inconsistencia ¿Para qué se fomentó el reparto de la tierra?, No se vale traicionar a tanta gente honesta, trabajadora y sufrida que durante décadas fue el sostén de la nación.
• Abaratar la educación obligatoria, produciendo profesionistas mediocres por temor a crear opositores potenciales.
• Endeudar al país con créditos extranjeros, aprovechando la condición de una gran mayoría de ciudadanos necesitados de: educación ética, conocimientos y recursos elementales, que en tales circunstancias ignoran cómo oponerse al despojo de los recursos nacionales, defendiendo los esfuerzos de gobiernos anteriores que habiendo sacrificado su imagen le dieron al país una mejor estabilidad económica, que pudo haberse mantenido con honestidad.
• Hacer creer al pueblo ignorante (con desarrollo estacionado) que ellos son los únicos preparados para administrar los bienes de la nación, ocultando sus verdaderas intenciones de disponer fácilmente de las divisas extranjeras para su propio beneficio personal, como lo hicieron en su momento los maestros políticos perversos que por su ambición han provocado reiteradamente la devaluación de la moneda.
• Instrumentar el proceso para que el partido hegemónico reciba efectivo no contabilizado, ya sea canalizando las multas no registradas, las comisiones, el ingreso de las cajas chicas, como son: CAPUFE, las aduanas fronterizas de alto movimiento, PEMEX, licitaciones de proyectos administrados por el gobierno, licencias que violan normas de construcción, venta de derechos, descuentos por nómina y últimamente el desvío de partidas del presupuesto de la Nación. Se ignora cuál es la función de la Contraloría, ¿En dónde debe estar?, ¿Cuándo debe actuar?
• Modificar la Historia del país, emulando al sacerdote Tlacaelel que le dio divinidad y honorabilidad al origen de los Aztecas, sin que lo hecho en la actualidad persiga el objetivo de entonces, ya que no existe honor, compromiso o palabra, por ejemplo: se han dejado sin aclaración los asesinatos y traiciones, se han creado héroes ficticios y gestas heroicas que nunca se llevaron a cabo, solo con la perversidad ilusoria de hacer creer en la trayectoria digna inexistente de un sector político que desde sus inicios ha hecho y deshecho consistentemente la moral de un pueblo que como consecuencia no ha podido salir del subdesarrollo.
En este punto, preguntamos: ¿Para qué se sacan los trapitos al sol?, ¿Se está fomentando el masoquismo?
¡No!, lo que se pretende es que la sociedad necesita recuperar su memoria a corto plazo, la que en unos cuantos días olvida los asuntos significativos que la tienen paralizada, distraída convenientemente con noticias intrascendentes, algunas prefabricadas, que la mantienen conforme, resignada, tranquila, pero impotente, apática y desunida, apta para permanecer en el foso obscuro y sin fondo del subdesarrollo, luchando por su supervivencia individual.
¡Ya basta, despierten!
Que si no lo hacen y superan sus debilidades, sus hijos serán mediocres, sus padres morirán inconformes y el país seguirá en el subdesarrollo, soportando un sinnúmero de zánganos.
JMRS