Miscelánea Humana

Corales inmersos en el mar de los seres invisibles

2018-08-23

A diferencia de los ecosistemas terrestres, en los mares los microorganismos son la principal forma...

Cileya Muslera

El título de este artículo se debe a tres hechos impactantes y extraordinarios:

En primer lugar y de acuerdo a la evidencia, los microbios aunque invisibles a nuestros ojos son componentes ubicuos y esenciales de los que depende gran parte del oxígeno del aire que respiramos y de la materia orgánica que consumimos, por lo que podemos afirmar que son el sustento de la vida al ser el componente básico de la redes tróficas o alimentarias. El mundo sin los microbios no sería lo que es hoy en día y difícilmente podríamos sobrevivir sin ellos, si es que algo o alguien pudiera hacerlo, porque son además los principales reguladores de los ciclos biogeoquímicos que hacen tan confortable y por tanto habitable el planeta para la vida tal cual la conocemos, siendo nosotros tan sólo uno de sus más nuevos y desequilibrados inquilinos. Somos nuevos porque en comparación con los microbios, cuya presencia ha dominado más de la mitad de la historia de la vida del planeta, nuestra muy reciente aparición se diluye en los alrededor de 3500 millones de años que llevan los microorganismos en la Tierra. Es decir, ellos son el alfa y muy probablemente el omega de la vida misma. Omega porque de continuar sin entender el riesgo que entraña el uso indiscriminado de los recursos, que por cierto somos incapaces de producir, muy lejos de sobrevivir a nuestros propios errores, serán los microorganismos los únicos capaces de hacerlo. Después de todo ellos son los mejor adaptados a las condiciones más rudas o extremas desde un punto de vista antropocéntrico.

Para continuar con el segundo punto, ahora vayamos al mar, lugar donde muy probablemente surgió la primera célula y con ello la vida y su evolución en lo que es y somos al día de hoy. Desde entonces los océanos se convirtieron en un caldero gigantesco de vida pletórico en seres invisibles muy activos; es decir muy probablemente la historia de la evolución microbiana de los océanos, sea tan vieja como la historia de la vida misma. A diferencia de los ecosistemas terrestres, en los mares los microorganismos son la principal forma de biomasa, representando las poblaciones más grandes del planeta. Los océanos albergan alrededor de un billón de microbios por litro de agua (además de 10 billones de virus) y la mayor parte de los organismos marinos albergan poblaciones específicas de microorganismos en su superficie o dentro de sus mismos tejidos. Por si fuera poco, esta enorme diversidad de vida microbiana, se ha adaptado a condiciones variadas e inclusive extremas (por ejemplo temperatura, salinidad y presión)  haciendo de los océanos una rica fuente de material biológico para variadas aplicaciones en la industria biotecnológica, farmacéutica, de alimentos, entre muchas otras.

Llegando al tercero de los hechos que explican el título del presente texto, será fácil intuir para el lector que muy a pesar de las limitaciones de nuestra vista, los corales no sólo están inmersos en “agua salada” sino más bien se encuentran sumergidos en un consomé rico en todo tipo de microbios: virus, bacterias, arqueas, protozoarios, algas microscópicas o fitoplancton y animales microscópicos o zooplancton. Y como los arrecifes de coral no están solos, resulta lógico concluir que éstos forman parte de un ecosistema marino, que por cierto ha resultado ser de los más ricos y diversos, llegando inclusive a eclipsar, en cuanto a número de individuos y diversidad de especies, a las mismas selvas tropicales. De hecho los arrecifes son los ecosistemas más biodiversos no sólo del planeta, sino del mismo mar, haciendo parecer al resto de los océanos como desiertos, pudiéndose considerar a los arrecifes como oasis marinos en donde podremos encontrar grupos de seres vivos parientes de los terrestres, pero muchas veces no sucede lo contrario.

Y hablando de organismos antiguos y sin equivalente terrestre, los corales son animales cuya historia se remonta a alrededor de 500 millones de años atrás (el ser humano ni al millón de años llega) en el periodo cámbrico, siendo de los primeros organismos multicelulares que aparecieron y que aún sobreviven. Los corales modernos tal y como los conocemos hoy en día, aparecieron durante el triásico (240 millones de años). Y así como los corales no están inmersos únicamente en agua salada, los arrecifes no sólo están habitados por corales, sino por un sin número de especies de peces, algas, moluscos, crustáceos, equinodermos, copépodos, esponjas, anémonas, etc. que como se mencionó anteriormente, muchos de ellos no tienen equivalente terrestre. Los corales no pueden ser entendidos si sólo los consideramos como seres que simplemente están integrados por la unión simbiótica entre un animal, el pólipo del coral (cnidarian) y un alga (zooxanthelae), ya que hay que recordar que también están compuestos por otros microorganismos, principalmente bacterias. Como podemos ver, se trata de sistemas muy complejos de los que sabemos un poco más que nada. Esta comunidad de organismos por la que están integrados los corales, ha sido llamado recientemente “holobionte”. Es importante resaltar que no son las mismas bacterias las que forman parte de los tejidos del coral holobionte que las que están presentes en los alrededores habitando los ecosistemas arrecifales, ya sea en columna de agua o en sedimento; así como también de acuerdo a la especie de coral en cuestión, va a ser el tipo de poblaciones de bacterias que vamos a encontrar. Esto es un hecho que también los humanos compartimos con los corales, y que tal vez heredamos de ellos. De igual manera, las bacterias que habitan normalmente en nuestro cuerpo para que este funcione correctamente, no son las mismas que se encuentran en el medio ambiente que nos rodea, y cada uno de nosotros tiene un coctel diferente de microorganismos en su cuerpo que podría ser análogo a huellas dactilares.

Quisiera agregar que nosotros los veracruzanos tenemos la suerte de albergar al primer parque nacional marino del país, conocido como Sistema Arrecifal Vercruzano, que como bien han dicho investigadores como Peter Sale, “los ecosistemas arrecifales son quizás los ecosistemas más gloriosos e improbables sobre la Tierra. Requieren de condiciones tales que sólo se pueden desarrollar en pocos lugares muy especiales, por lo que ocupan sólo el 0.1 % del total del área de los océanos del mundo, y sin embargo sostienen un cuarto de todas las especies marinas. Increíblemente raros, extraordinarios y ricos somos afortunados en vivir en el momento en que ellos todavía están presentes”.

Así que bien podemos decir que los arrecifes son más que corales y que los corales son nuestros abuelos de los cuales tenemos mucho qué aprender; por ejemplo, investigaciones lidereadas por Forest Rohwer muestran que poseen el prototipo de nuestro actual sistema inmunológico y que bajo condiciones de estrés, al igual que nosotros y por increíble que parezca, son susceptibles a algunos de los virus patógenos que afectan a los humanos, como por ejemplo, los de la familia del herpes virus. Por último, a pesar de que los corales son criaturas robustas y adaptables que no por nada han logrado sobrevivir cientos de millones de años a cambios ambientales dramáticos en donde la mayor parte de las especies se ha extinto, ahora ellos se están muriendo y nosotros, Homo sapiens, somos los únicos responsables.

 



JMRS