Muy Oportuno

Aniquilar a la Iglesia desde dentro

2019-04-09

En una sola generación, un buen número de sacerdotes del magisterio paralelo pretende...

Por: P. Paulo Robles S.J.

Ejercen una crítica continua y una persecución implacable para todo movimiento, organización religiosa, orden, congregación, etc., que esté alineado junto al Papa por la defensa de la fe y de la Iglesia de Jesucristo.

Manipular, ocultar y desinformar

En una sola generación, un buen número de sacerdotes del magisterio paralelo pretende llevar a cabo la transformación sociopolitica de Occidente. Entre sus cometidos se encuentran el Papa y el papado, así como el descrédito de la Iglesia jerárquica y sus enseñanzas.

Tristemente, estos sacerdotes obtienen una gran rentabilidad y penetración en su sistema de trabajo en contra de la Iglesia, ya que actúan con mucha sutileza. Saben proteger su imagen ante la opinión pública, pero al mismo tiempo desconciertan a muchos que todavía los creen incapaces de todo ello. Si bien, muchos no prestan oídos a lo que se dice de ellos, no por eso han dejado de llevar adelante sus propósitos.

La crítica y la obstaculización de las obras buenas

La hostilidad de este grupo de personas contra las buenas obras que el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia en el siglo XX para defender la fe y el Cuerpo Místico de Jesucristo, está bastante documentada. Se puede decir que ejercen una crítica continua y una persecución implacable para todo movimiento, organización religiosa, orden, congregación, etc., que no comparta su ideología u ose alinearse junto al Papa por la defensa de la fe y de la Iglesia de Jesucristo. He aquí algunos ejemplos notorios:

El P. Manuel Marzal, de la Universidad Pontificia de Lima, en un encuentro celebrado en la capital de Venezuela del 2 al 4 de enero de 1996, habló de "un catolicismo tradicional que cuestiona algunas aperturas del Concilio Vaticano II y se retrotrae a las enseñanzas de los concilios de Trento y Vaticano I. Se trata de "movimientos conservadores como el Opus Dei, el Sodalitium Christianae Vitae, Lumen Dei... " (Revista Noticum I, 27 de octubre de 1996, pág. 8), también trata despectivamente del "catolicismo renovado que parece más cercano a la jerarquía y al clero, a menudo como en el Movimiento Neocatecumenal, recorre un camino, fuertemente sectario con liturgia propia .Y una vida estrechamente ligada al grupo".

El P. Juan Hernández Pico, resumiendo el amplio debate que un equipo de sacerdotes y colaboradores laicos del CIASCA (Centros de Investigación y Acción Social de Centroamérica) celebró en enero de 1994 en San Salvador, decía: "existió en aquellos años un estilo profético, que personificó maravillosamente al obispo salvadoreño Oscar Romero, que cautivó la imaginación de multitudes. Es evidente el descenso de esa línea profética en la actual Iglesia Católica. Y al mismo tiempo es evidente el ascenso de movimientos transnacionales, originalmente urbanos y de clase media (catecumenado, carismáticos, Opus Dei, etc.), predominantemente volcados hacia una religión privatizante, con un sentido comunitario restringido a apoyos morales o a expresiones rituales" (Revista Envío de la UCA de Managua de enero-febrero de 1994).

Lo del sentido comunitario restringido lo dice porque no son revolucionarios y lo de religión privatizante es porque, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, se dedican ante todo a la salvación de las almas, al hombre y no a las estructuras.

Desprecios y separaciones

El padre venezolano, Tomás Morales (1908-1994) fundó dos institutos seculares: “Seculares de Cruzados” y la “Cruzada Santa María”, además de los movimientos “Hogares Santa María” para matrimonios y “Milicia Santa María”para jóvenes.

Todas estas instituciones pretendían dar una sólida formación cristiana a los laicos y lanzarlos a un verdadero compromiso de fe en su medio ambiente. Comenzó con los "proletarios" en el "Hogar del Empleado" y con las tandas de Ejercicios Espirituales. De ahí iban surgiendo jóvenes comprometidos con sólida formación, autoexigentes, seguidores de Jesucristo; fieles hijos del Papa y de la Iglesia.

Concemos casos de muchos sacerdotes fieles, como el P. Tomás Morales, que dentro de sus comunidades han sido maltratados y relegados por su fidelidad, con el único objetivo de obstaculizar sus buenas obras y evitar su crecimiento y propagación.

Campaña de calumnias

La campaña de calumnias levantada contra monseñor Montini (más tarde Papa Pablo VI) en 1933 para removerlo del cargo de Asistente General de los Universitarios Católicos de Italia, fue tristemente obra de ciertos miembros de la nueva ola. Después de la guerra civil española los sacerdotes "progres" trataron de destruir la Acción Católica de España para que sólo existieran las Congregaciones Marianas, que después dieron vida a las Comunidades de vida cristiana, que es el propio movimiento para seglares; y de hecho, hacia 1968 lograron su meta: la Acción Católica quedó prácticamente destruida en España.

No se pueden ocultar tampoco los malos tratos de que fue objeto el padre Kentenich, fundador del movimiento Schoenstatt, al igual que otros sacerdotes como el padre Francesco Spadafora.

Cuando Hans Urs van Balthasar abandonó la orden, se logró impedir que los obispos lo recibieran en sus diócesis, que las editoriales imprimieran sus libros y que las universidades le dieran una cátedra. Hans Urs Van Balthasar tuvo que salir de la Compañía por tener que fundar el Instituto Secular de San Juan.

A todo esto habría que sumar también ciertas campañas contra Lumen Dei, Comunión y Liberación, Legionarios de Cristo y Cruzados de Cristo Rey en México; sin hablar de la destrucción de muchas congregaciones y órdenes femeninas con diversos cursos de espiritualidad. El motivo de esta actitud no es sino aniquilar a las obras buenas de la Iglesia, desmantelar la Iglesia de Jesucristo desde dentro.



regina