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Del "Gran Sucesor" al "Hombre Cohete": diez años del régimen de Kim Jong-Un

2022-04-11

En la década de Kim Jong-Un en el poder, Corea del Norte ha realizado 120 pruebas de...

 

France 24 | Cuando Kim Jong-Un llegó al poder, muchos creían que podría haber un cambio en el rumbo de Corea del Norte. Sin embargo, su pretensión de formar un arsenal militar y sus pruebas de armas nucleares, han llevado a que diez años después el país asiático se encuentre más aislado. A pesar de ello, su mandato ha estado marcado por históricos acercamientos diplomáticos con Estados Unidos y Corea del Sur.

Caminando en cámara lenta, con lentes negros y al ritmo de una música solemne. Kim Jong-Un se dirige a supervisar un nuevo lanzamiento de un cohete intercontinental. Casi como en una película de ciencia ficción, el líder norcoreano, rodeado del Ejército, da la orden: el cohete se pierde en el cielo. 

Entonces, solo quedan en pantalla los aplausos y la imagen de un líder triunfante. 

El video, publicado hace un mes, se erige como un nuevo mensaje de Corea del Norte al mundo, sobre todo a Occidente. Pero también simboliza parte de lo que han sido los 10 años bajo el régimen de Kim Jong-Un. 

Un periodo en el que el líder ha buscado crear su propio estilo de cómo llevar las riendas del país y en el que ha buscado consolidar un arsenal militar para enviar un mensaje sobre el alcance de su poder, tal como en el video. 

Pero, al mismo tiempo, detrás de su suntuosa imagen, se encuentran los problemas que atraviesa el país, cada vez más aislado y en donde todo parece indicar que se extiende una grave hambruna.

Asimismo, entre imágenes llenas de simbolismo, con un nuevo retrato del líder norcoreano y una exposición de fotos y videos que ilustran los “logros del líder”, el país conmemora que un 11 de abril, pero en 2012, Kim Jong-Un llegó formalmente al poder cuando fue nombrado primer secretario del partido y miembro del Presidium.

"El Gran Sucesor": una esperanza de novedad truncada

La muerte de su padre fue repentina. Kim Jong-Il gobernó durante 17 años a Corea del Norte. Falleció en diciembre de 2011. El día de su funeral las miradas estaban puestas en el menor de sus hijos que a pesar de haber sido formado como su sucesor, nadie esperaba que tuviera que tomar el mando tan pronto. Tenía 27 años.

Su juventud y parte de su historia de vida -había sido educado en Suiza- fueron, para muchos, signos de esperanza de un cambio. Unas aspiraciones que fueron truncadas cuando el tiempo transcurrió con Kim Jong-Un en el poder. 

Recién llegado a su cargo aseguró que la ciudadanía no tendría nunca más que volver a sufrir de hambre, una que habían conocido en la década de los noventa durante el régimen de su padre. 

Y a pesar de que en los primeros años facilitó algunas inversiones internacionales y se intentó mostrar más cercano a la gente, la apertura del país al mundo fue casi nula. 

Kim Jong-Un comenzó a acompañar desde muy joven a su padre en operaciones militares y según reseña Britannica era conocido como un “camarada brillante”. En 2009 fue nombrado como jefe del Departamento de Seguridad del Estado. 

Su precoz experiencia militar se vio reflejada, desde el inicio, en su deseo de convertir a su país en un referente militar. Una aspiración muchas veces a expensas de medidas sociales y económicas urgentes. 

Un nuevo líder que se erige entre la tradición y un estilo propio

Durante los primeros años de su mandato, Kim Jong-Un quiso mandar un mensaje contundente: no daría el brazo a torcer.

La ejecución de su tío, Jang Song Thaek, en 2013 en un acto público fue quizás uno de los más brutales. 

Así, el nuevo líder norcoreano marcaba una distancia frente al modus operandi de su padre. Según señala la investigadora y profesora Naoko Aoki en un artículo de Foreign Policy, se trató de "un acto inusual no solo porque fue brutal, sino también porque fue muy público". 

Pero el aviso a la élite del país era claro: a pesar de su juventud, Kim Jong-Un no admitiría disidencia. 

Su ferocidad contrastaba con su imagen cálida frente a la ciudadanía. Muchas son las fotografías en las que se ve al líder abrazando a jóvenes y niños. Algo que no solía ser común durante el régimen de su padre. 

Pero aún tal como indica Aoki, "si bien Kim Jong-Un ha sido más abierto que sus predecesores en algunos aspectos, esas son las excepciones, no la regla".

El "hombre cohete": el creciente arsenal de Corea del Norte

Cuatro de seis pruebas nucleares norcoreanas han tenido lugar durante el régimen de Kim Jong-Un. Un listado al que se le suma la prueba de un misil intercontinental, por primera vez en la historia del país en 2017. 

Un ensayo que hizo prender las alarmas de las potencias occidentales ya que, según aseguraba Corea del Norte, este podía alcanzar cualquier parte del territorio estadounidense y europeo. 

Las olas de sanciones no se hicieron esperar y terminaron aislando, aún más, al país asiático. 

Aún así y a pesar de la moratoria autoimpuesta decretada en 2018 sobre este tipo de ensayos, el misil que aparecía en el video publicado hace un mes acabó con la promesa norcoreana. Este impactó en aguas niponas y Estados Unidos anunció nuevas sanciones. 

En la década de Kim Jong-Un en el poder, Corea del Norte ha realizado 120 pruebas de misiles. Un número mucho superior que a las de su padre y que le han valido el apodo de "hombre cohete".

La diplomacia de Kim Jong-Un: encuentros inéditos … y fallidos

Dos imágenes emblemáticas han dejado los diez años de Kim Jong-Un en el poder. Su abrazo con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y su apretón de manos con el expresidente estadounidense, Donald Trump.

El primero, marcaba un acercamiento con la vecina Corea del Sur. En 2017 el líder norcoreano se reunió con el presidente surcoreano, Moon Jae-In. El primer encuentro en una década. Uno que también dio paso a desescalar las tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos. 

El mandatario de Corea del Sur también cruzó la frontera para encontrarse con Kim Jong-Un en la zona desmilitarizada del poblado de Panmunjom.

La segunda, también concretó un encuentro histórico. Donald Trump se convertía en el primer mandatario estadounidense en servicio en pisar el suelo norcoreano. La visita dio paso a tres cumbres en las que se discutieron la posible desmilitarización del país asiático y la disminución de las sanciones estadounidenses. 

A pesar de su sorpresiva cercanía, la esperanza de un acuerdo se diluyó al no poder conciliar sus disímiles posiciones sobre dicho aspecto. 

El "mea culpa": pandemia y hambruna

Entre lágrimas, Kim Jong-Un describió la situación que atravesaba el país tras la emergencia sanitaria en uno de sus discursos.

Corea del Norte cerró sus fronteras tanto para mercancías como para personas cuando el Covid-19 estaba haciendo estragos en China. Una decisión que trajo serias consecuencias a un país en el que 80% de las importaciones provienen del territorio chino.

En su alocución a final de 2021, el mandatario aseguró que los desafíos para este año se trataban de una batalla "entre la vida y la muerte". Al mismo tiempo que aseguró que el país tendría que progresar radicalmente para resolver los problemas de la alimentación y vivienda. 

Según el banco central de Corea del Sur, la economía norcoreana tuvo la recesión económica más profunda en dos décadas en 2020. Y múltiples organizaciones aseguran que el hambre sigue extendiéndose en un país cada vez más aislado, una situación que rompería con las primeras promesas del mandatario. 



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