Turismo

Vuelos chárter caros, única opción para muchos haitianos

2022-06-14

“No tengo más dinero. No sé qué voy a hacer”, dijo Marckenson por...

 

 

SANTIAGO DE CHILE (AP) — Con bromas, alegre música caribeña y escenas de vacaciones en playas soleadas con palmeras, influenciadores haitianos de YouTube y TikTok publicitan viajes chárter a América del Sur.

Pero sus avisos no están dirigidos a los turistas. Son manifestaciones de un floreciente negocio poco conocido, que explota la decisión del gobierno de Estados Unidos de enviar gente de regreso a Haití, un país azotado por la violencia delictiva.

Más de una docena de agencias de viajes de América del Sur han alquilado aviones a aerolíneas latinoamericanas baratas --incluidos Airbuses con 238 asientos-- y vendido pasajes a precios altos. Muchos de los clientes son haitianos que vivieron en Chile y Brasil antes de lograr cruzar la frontera entre México y Estados Unidos y llegar a Texas, de donde fueron expulsados por el gobierno de Joe Biden, que también les desconoció el derecho a pedir asilo en el futuro. Apelan a vuelos chárter para irse de Haití y regresar a Sudamérica.

Algunos dicen que intentarán nuevamente ingresar a Estados Unidos.

Rodolfo Noriega, coordinador nacional de Inmigrantes en Chile, dijo que empresarios inescrupulosos explotan la desesperación de los haitianos y se aprovechan de ellos. “Están al final de una cadena de negocios poderosos que gana (dinero) con este circuito de migración haitiana”, expresó.

Las aerolíneas y las agencias de viaje dicen que se manejan dentro del marco legal de los países donde operan y que simplemente ofrecen un servicio a la diáspora haitiana de Sudamérica.

Este lucrativo negocio salió a la luz durante una investigación de ocho meses de la Associated Press, y el Programa de Investigaciones Periodísticas del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de California (con sede en Berkeley).

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Este despacho es parte de una serie de la Associated Press en la que se investiga a individuos y empresas que se benefician del desplazamiento de personas que le escapan a la violencia y los conflictos civiles en sus patrias.

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Haitianos hartos de las privaciones que padecen en su tierra partieron a Chile y Brasil, muchos de ellos después del catastrófico terremoto del 2010 que causó estragos en Haití. El año pasado, cuando la pandemia del coronavirus golpeaba las economías locales y cundía el racismo, miles decidieron irse a Del Río, ciudad texana próxima a la frontera con México. Allí tropezaron con una ordenanza sobre salud pública invocada por el gobierno de Donald Trump y que se siguió usando bajo la administración de Biden, que impide a los migrantes pedir asilo.

Las autoridades estadounidenses los enviaron de vuelta no a Sudamérica, donde habían nacido los hijos de muchos, sino a Haití.

Algunos entrevistados por la AP dijeron que temían por sus vidas en Haití y que querían regresar a Sudamérica. Pero las aerolíneas suspendieron los vuelos comerciales directos a Chile y Brasil durante la pandemia. La única opción eran los vuelos chárter, que pasaron a ser un negocio lucrativo en momentos en que las restricciones impuestas para combatir la propagación del coronavirus frenaban el turismo, según agentes de viajes. Los aviones llegaban vacíos a Haití y partían llenos.

Entre noviembre del 2020 y mayo de este año, hubo al menos 128 vuelos chárter contratados por agencias de Chile y Brasil para transportar gente desde Haití, de acuerdo con registros de vuelos, publicidades en la internet y otras verificaciones independientes hechas por la AP y Berkeley.

Desde que asumió en enero del 2021, el gobierno de Biden ha enviado a más de 25,000 haitianos de regreso a su país, a pesar de que organismos de derechos humanos dicen que las expulsiones solo contribuirán a aumentar los problemas de Haití y a alentar la migración de haitianos a América Latina y Estados Unidos.

No todos los pasajeros de los chárters son gente que trató de emigrar a Estados Unidos, pero entrevistas a decenas de agentes de viaje, a migrantes haitianos y a activistas, y un análisis de la información de vuelos usando el servicio sueco Flightradar24, indican que esos vuelos son un importante recurso para quienes quieren escapar de Haití.

Algunos que tomaron vuelos chárter a Sudamérica intentaron regresar a Estados Unidos, usando redes clandestinas que los hacen cruzar América Central y México, de acuerdo con abogados de inmigración, activistas y entrevistas a decenas de haitianos.

Muchos haitianos vuelven a Chile y Brasil en lugar de quedarse en sitios más cercanos a Estados Unidos, como México, porque tienen visas y otros documentos legales en esas naciones. Y, después de haber vivido allí, tienen más facilidades para encontrar trabajo y reunir dinero para intentar de nuevo llegar a Estados Unidos.

Algunos, com Armstrong Jean-Baptiste, tienen hijos nacidos en Sudamérica. Este hombre de 33 años, con dos hijos, dijo que gastó 6,000 dólares en un espantoso viaje de Chile a Texas, solo para ser enviado de vuelta a Haití.

Afirmó que lo amenazaron con puñales, cruzó ríos donde otros fallecieron y tropezó con ladrones en las carreteras. En Estados Unidos, dijo, las autoridades inmigratorias trataban a los haitianos “como animales”. Indicó que su hijo contrajo una neumonía en el centro de detención de migrantes.

Mientras esperaba un chárter en Puerto Príncipe para volver a Santiago, llegaron noticias de Chile que muestran por qué los haitianos quieren ir a Estados Unidos: Una manifestación contra los inmigrantes atrajo a miles de personas que destruyeron un campamento de migrantes.

¿Intentará nuevamente ingresar a Estados Unidos? No lo descartó.

“Se corren tantos riesgos que no es algo que uno quiera repetir”, señaló. “Al mismo tiempo, nunca digas nunca”.

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Ana Darcelin, agente de viajes de Travel VIP, una agencia de Santiago que alquila aviones para llevar gente de Haití a Chile, dijo que los haitianos que fueron expulsados por Estados Unidos después de haber llegado allí desde Sudamérica desean irse de Haití y volver a Chile.

“Todos ofrecen vuelos chárter. Todas las agencias ofrecen eso”, manifestó.

Agencias de viaje de Brasil y Chile dijeron en entrevistas que pagan entre 100,000 y 200,000 dólares por el alquiler de los aviones. En otras palabras, las tres aerolíneas que alquilaron aviones para los 128 vuelos chárter de Haití a Brasil y Chile cobraron en total entre 12 millones y 25 millones de dólares. Los precios de los pasajes en un solo sentido de Haití a Chile, mientras tanto, se más que duplicaron en ocho meses, pasando de 625 dólares a más de 1,600 dólares.

En Brasil, muchas agencias ofrecen vuelos desde Haití en aparatos alquilados a la aerolínea de bajo costo Azul S.A., creada por el fundador de JetBlue David Neeleman. La mayoría de los vuelos chárter a Chile se hacen en aviones alquilados a SKY Airline, propiedad de la multimillonaria familia chilena Paulmann.

Ni Neeleman ni Holger Paulmann, el presidente de SKY, respondieron a emails y mensajes vía LinkedIn pidiendo comentarios.

SKY, por otro lado, firmó un contrato de 1,8 millones de dólares con el gobierno chileno antes de que Sebastián Piñera dejase la presidencia para transportar de vuelta a sus países a migrantes de América Latina, sobre todo venezolanos y colombianos, expulsados por Chile. SKY ganó unos 670 dólares por cada migrante expulsado que lleva a América del Sur o Central. El contrato, una copia del cual fue obtenida por la AP y Berkeley, estipula que la empresa debe completar al menos 15 vuelos con 180 pasajeros.

John Paul Spode, quien lleva 35 años trabajando en agencias de viejes y dirige NewStilo, que alquila aviones de SKY para sus vuelos, dijo que Haití no es el único país en crisis que ofrece un mercado atractivo para los vuelos chárter.

Su agencia también organiza vuelos chárter entre Venezuela y Chile. Agregó, no obstante, que hay pocos sitios con una demanda de vuelos chárter tan grande como Haití, al tiempo que aclaró que no es fácil operar allí. En marzo, manifestantes irrumpieron en la pista de un aeropuerto del interior y le prendieron fuego a una avioneta. Agregó que las pandillas operan en los aeropuertos de Haití.

“Lamentablemente, hemos tenido muchos pasajeros que no se han podido embarcar porque hay gente que se planta afuera con una especie de listado, con un uniforme, y empiezan a cobrar”, explicó Spode. “Usted no está en la lista, señor, pero yo por 250 dólares lo puedo subir” al avión, les dicen.

Algunos pasajeros dicen que, ya en el aeropuerto, son bloqueados por supuestos empleados que les dicen de nuevo que no figuran en unas listas y tienen que pagar otra vez, según Spode.

Muchos lo hacen antes de llegar al mostrador donde finalmente son recibidos por empleados legítimos y hacen el check in.

Los potenciales pasajeros están dispuestos a soportar todo eso.

Spode dice que “cuesta vender pasajes de Santiago a Puerto Príncipe. El avión se va bastante vacío. Pero sabemos que el regreso lo vamos a tener lleno, literalmente, con gente casi colgándose del avión para poder salir”.

La demanda es tan alta que una segunda aerolínea de bajo costo basada en Ecuador, Aeroregional, entró al mercado chileno por primera vez y empezó a ofrecer vueltos chárter de Haití a Chile. Desde diciembre llegaron a Chile al menos 11 vuelos chárter de Aeroregional procedentes de Haití.

Dan Foote, exenviado de Estados Unidos a Haití que renunció por el trato que da el gobierno de Biden a los haitianos en la frontera entre Texas y México, dijo que no le sorprende que los haitianos expulsados por Estados Unidos quieran regresar a Sudamérica y que las empresas busquen formas de ayudarlos.

“Mientras no se ataquen las causas de la inestabilidad de una forma paciente, sistemática y holística, esto seguirá sucediendo”, dijo Foote.

Las agencias de viajes y las aerolíneas niegan estar facilitando la emigración haitiana.

El director administrativo de Aeroregional, Luis Manuel Rodríguez, dijo a través de LinkedIn que la aerolínea simplemente transporta personas y que el status migratorio de los pasajeros es problema de las autoridades de cada país.

Azul confirmó en un email que ha organizado vuelos chárter entre Haití y Brasil, pero dijo que esos contratos tienen cláusulas de confidencialidad. La empresa no respondió a pedidos de más información.

Carmen Gloria Serrat, directora comercial de SKY, dijo en un comunicado que la empresa ofrece transporte legal y seguro “a quien lo quiera y lo necesite”.

Indicó que las aerolíneas son responsables de revisar los documentos de los pasajeros y que deben absorber el costo del vuelo de regreso si no se le permite el ingreso a alguien en un país.

Agregó que hay un promedio de cuatro vuelos al mes, que representan un porcentaje menor de las operaciones de SKY.

“El hecho de ofrecer un transporte seguro y legal es una garantía para evitar eventuales abusos”, manifestó. “Es importante señalar que en SKY operamos cumpliendo las normas establecidas para ingresar a un país, siempre en coordinación y con la supervisión de las autoridades migratorias”.

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Al menos una agencia de viajes habla abiertamente de la asistencia que ofrece a quienes tratan de llegar a Estados Unidos.

Alta Tour Turismo Travel alquila aviones para vuelos chárter entre Haití y Chile.

Una cuenta de TikTok con el nombre de usuario @altatourtravelagency publicó un video el 1ro de junio del 2021 en el que se comenta cómo sortear el Tapón del Darién, un peligroso tramo selvático entre Colombia y Panamá usado por migrantes que viajan de Sudamérica hacia el norte.

En el video hay dos hombres que hablan acerca de las distintas rutas mientras observan una gran embarcación en el mar.

“Tomando en cuenta el nivel de los maltratos sufridor por los haitianos de parte de los colombianos en la selva, jamás cruzaría la selva”, dice uno, mientras la cámara se acerca a la embarcación en el horizonte.

No quedaba claro si el video buscaba promover el uso de barcos o la conveniencia de usar aviones para viajar a Sudamérica y luego enfilar al norte.

Alta Tour Turismo colocó un video en Facebook a principios del 2021 en el que se informaba a la gente que Bolivia no deportaba a nadie.

El lema de la agencia de Santiago es “Viaja con Alegría”. Las reservas se hacen mayormente a través de WhatsApp. Las cuentas de la agencia en las redes sociales tienen casi 40,000 seguidores. Promueven viajes de Haití a países como Brasil, Guyana, Suriname, Chile y México.

Ezechias Revanget dijo que fundó la agencia con otros tres inmigrantes haitianos en Chile con el fin de alquilar aviones para que sus compatriotas haitianos residentes en Chile pudiesen visitar a sus familias en Haití. Su agencia alquiló aviones Airbus de 187 asientos a la aerolínea SKY.

“Nuestro objetivo es trabajar con nuestros compatriotas y con chilenos, bolivianos, dominicanos... Las personas de cualquier nacionalidad pueden comprar pasajes en nuestra agencia”, dijo Revanget.

Alta Tour Turismo también ofrece vuelos a Suriname. En un post de abril del 2021, la agencia dijo en su página de Facebook que los haitianos que tenían solo un pasaporte y deseaban salir de Haití no debían dejar pasar esa oportunidad: “Se sabe que si llega a Suriname, puede ir a otros sitios”, dice la publicación, acompañada de tres emojis sonrientes y de los números de la agencia.

Revanget, quien también se da a conocer como Dave Elmyr, no quiso responder más preguntas.

“Deberían investigar estos vuelos”, sostuvo Carolina Rudnick Vizcarra, abogada y directora de LIBERA, una agencia de Santiago sin fines de lucro que combate el tráfico humano. “A esta altura, todo el mundo sabe que los haitianos son vulnerables. No tienen dinero” ni dónde quedarse.

Las autoridades estadounidenses dijeron a la AP que no estaban al tanto de los vuelos chárter desde Haití. Algunas naciones sudamericanas tomaron medidas para evitar su uso por parte de migrantes y de traficantes. El año pasado, Suriname suspendió los vuelos chárter desde Haití y empezó a emitir visas para los haitianos, de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Extranjeros.

Ese mismo año, su vecina, la Guayana Francesa, se quejó de los haitianos que llegaban a su territorio.

“Lo raro es que, en medio de una pandemia, llegasen tantos vuelos desde Haití. Había menores no acompañados y numerosos haitianos sin visas”, dijo Antoine Joly, exembajador de Francia en Suriname, en declaraciones al canal Guyane la 1ere, en un video difundido el 4 de mayo.

Poco después, Guayana, que tiene frontera con Suriname, dejó sin efecto una orden previa por la que se permitía el ingreso de haitianos sin visas, aduciendo que el país estaba siendo usado por traficantes de personas que llevaban a los migrantes a Brasil, donde permanecían poco tiempo, para luego iniciar el camino hacia México y Estados Unidos.

Giuseppe Loprete, jefe de la misión de Haití ante la Organización Internacional para las Migraciones, dijo que esa agencia de las Naciones Unidas se enteró de la existencia de los vuelos chárter de Haití a Chile en entrevistas con migrantes que habían sido expulsados por Estados Unidos y México.

“Tratamos de averiguar más detalles, pero no tenemos los recursos para investigar estos vuelos”, dijo en un email enviado a la AP el 22 de abril. “Suponemos que de Chile se van a otros países, con destino a la frontera entre México y Estados Unidos. Tal vez les tome un tiempo, pero probablemente reunieron suficiente dinero e información para seguir adelante”.

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Los vuelos chárter de Azul empezaron el 14 de noviembre del 2020, entre Puerto Príncipe y la ciudad brasileña de Manaus. Urbe de 2,2 millones de habitantes, Manaus tiene uno de los aeropuertos más grandes de Brasil y es la capital de la región amazónica, donde hay una importante colonia haitiana y que es bien conocida como escala para los migrantes haitianos, que viajan en embarcaciones por un río que llega a las fronteras con Colombia, Perú y Guayana, y luego siguen hacia el norte.

Registros del tráfico aéreo indican que 54 aviones de Azul hicieron vuelos chárter entre Puerto Príncipe y Manaus. Esos vuelos se interrumpieron en octubre. Ese mismo mes, la embajada brasileña en Haití dejó de emitir visas a los haitianos, según un documento del embajador brasileño en Haití obtenido por la AP y Berkeley.

Jean Robert Jean Baptiste, de 49 años, dijo que compró un pasaje de 1,400 dólares en un vuelo de Azul hacia Brasil en diciembre del 2020. Pasó un mes en Haití después de ser deportado en Luisiana, donde estuvo en un centro de detención del servicio de inmigración tras ser detenido por manejar en estado de ebriedad. De regreso en Haití, dijo que un enemigo trató de matarlo y que estaba protegido por la policía.

Explicó que decidió irse a Brasil porque tenía una visa de ese país tras vivir allí entre el 2011 y el 2012, antes de irse a Estados Unidos en el 2016 y radicarse en Alabama.

En el 2021, partió de Brasil a pie y en autobús. Caminó una semana, mayormente bajo la lluvia, por el Tapón de Darién, donde dice que vio cadáveres de migrantes que quedaron en el camino. Asegura que tuvo que pagarles a bandidos para que lo dejasen seguir y que unos le robaron su teléfono y 500 dólares.

En total, dice que le costó 7,000 dólares llegar a Tijuana, desde donde trató de cruzar a Estados Unidos. Afirma que lo impulsa el deseo de darles una vida mejor a sus hijos.

El de SKY, de la familia Paulmann, es el chárter preferido para viajar de Haití a Chile. De los 71 vuelos chárter que hubo desde el 2020 que detectaron la AP y Berkley, 60 fueron de SKY. Los Paulmann tienen una de las empresas de venta al por menor más grandes de América Latina, Cencosud, y un patrimonio de 3,300 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes. Los aviones chárter de SKY hicieron asimismo tres vuelos entre Haití y Brasil en el 2021.

Etienne Ilienses cuenta que fue expulsada de Texas y enviada de vuelta a Haití en diciembre del 2021. Habló con la AP después de viajar con sus tres hijos a Santiago en un vuelo chárter de SKY el 30 de enero.

“Pasé por un infierno para llegar a Estados Unidos”, declaró. Pero no descartó la posibilidad de volver a intentarlo porque Haití “no les ofrece nada” a sus hijos.

“Nos vemos obligadas a sufrir humillaciones, afrentas en todos lados”, expresó.

El hecho de que los haitianos viajen a Chile no implica que pueden quedarse. Decenas de ellos han sido retenidos por las autoridades de inmigración a su llegada a Santiago en los últimos meses. Un grupo dijo que pasó semanas durmiendo en el aeropuerto antes de que la Corte Suprema dispusiese el 31 de enero fue fuesen liberados y se les permitiese pedir asilo.

Otros fueron enviados de regreso a Haití horas después de haber llegado a Chile.

Serrat, la ejecutiva de SKY, dijo que la aerolínea colabora estrechamente con las autoridades de inmigración para evitar ese tipo de situaciones y que la venta de pasajes es responsabilidad de las agencias de viajes. (El administrador de Aeroregional no respondió a preguntas sobre los haitianos que viajaron con ese servicio y luego fueron expulsados).

Theleon Marckenson, de 31 años, fue enviado de regreso a Haití desde Texas a fines del año pasado. Dijo que gastó 1.650 dólares en un vuelo chárter de Aeroregional a Chile, donde había vivido desde el 2017.

Al aterrizar en Santiago, las autoridades chilenas le dijeron que la solicitud de residencia permanente que presentó antes de irse había expirado y horas después fue obligado a abordar otro vuelo de Aeroregional rumbo a Haití, junto con otras seis personas.

“No tengo más dinero. No sé qué voy a hacer”, dijo Marckenson por teléfono luego de aterrizar en Puerto Príncipe. “No puedo quedarme aquí. Se pasa hambre. No hay vida aquí”.

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Gisela Pérez de Acha es una periodista supervisora del Centro de Derechos Humanos de Berkeley y de su Programa de Investigaciones Periodísticas. Katie Licari hizo la carrera de periodismo en Berkeley y ya se graduó.

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Watson informó desde San Diego, Daniel desde Nueva York. En el despacho colaboraron los periodistas de la Associated Press Elliot Spagat (San Diego), Evens Sanon (Puerto Príncipe), Adriana Gómez Licón (Miami) y Gonzalo Solano (Quito). Los estudiantes de la Universidad de California Zhe Wu, Mar Segura, Grace Luo, Gergana Georgieva, José Fernando Rengifo, Pamela Estrada, Freddy Brewster, Sabrina Kharrazi, Jocelyn Tabancay e Imran Ali Malik colaboraron desde Berkeley, lo mismo que Stephanie Croft, directora del Human Rights Center Investigations Lab.



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