Reflexiones

La relación entre Islam y Occidente a nivel global

2023-10-23

En los países donde el fundamentalismo ha dominado, los derechos humanos están siendo...

 Llucià Pou Sabaté

Al terminar el siglo XX en el mundo había más de 1,000 millones de musulmanes. En 25 años, aunque no se conocen bien los datos, parece que son 1,500 en el mundo (es decir, el 22% de la población del planeta). Están sobre todo en los 57 países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), donde en la mayoría de ellos son mayoritarios. Es previsible que en unos decenios el Islam sea la religión con más seguidores en el mundo, si el ritmo de crecimiento de fines del s. XX era del 3% (muy superior al cristianismo), parece que este ritmo ha aumentado. En África Negra es donde más crece su expansión, y en Occidente también, parece que en unos años serán el 10% de la población europea.
   
La civilización occidental también se expande, tanto en su territorio, como sobre todo en su cultura, donde su sistema económico va siendo incorporado por muchos países, sus estructuras políticas, su forma de vestir, deportes y esquemas mentales. Así, vemos que se expande por Japón, China, África Negra, incluso se ve cierta tendencia en la civilización hindú. La homogeneidad y la globalización van siendo dominantes.

Pero el Islam se resiste a esa influencia, y aparece como una alternativa a una cultura Occidental. Esto ocurrió desde el principio: Islam y Europa han estado enfrentadas desde hace 1400 años. Tuvo en el medievo una superioridad científica y cultural, y fueron transmisores de cultura entre Oriente y Occidente. Como comerciantes, y luego en su fuerza expansiva, los árabes facilitaron conocimientos en ciencia, tecnología, filosofía y cultura desde Oriente Medio hasta Europa y otras partes del mundo. Es de destacar la época de los califatos árabe Omeya y Abasí, con un espíritu de tolerancia religiosa e interacción cultural, con una mezcla y difusión de culturas (en Al-Andalus fue importante esta relación entre las tres culturas: judía, islámica y cristiana). Obras griegas, romanas, persas e indias fueron traducidas al árabe, en temas de filosofía, medicina, matemáticas y ciencias naturales. En Bagdad hubo un centro intelectual importante. Avicena e Ibn al-Haytham fueron algunos de los muchos sabios islámicos que contribuyeron a ello.
   
El islam, como otros movimientos religiosos, tuvo una influencia social y política en Arabia (con la interacción entre judíos y pueblos nómadas), y toma su cultura y lengua, todo ello promocionó su expansión, también ante el debilitamiento de los pueblos colindantes por sus guerras. Desde la península Ibérica hasta el norte de la India, hubo una expansión tan grande que en un siglo dominaban medio mundo conocido en dicha cultura europea. En esta primer época se ponen por escrito los dichos y enseñanzas del Profeta (el Corán y la Sunna contienen la ley islámica, Xara), y se desarrolla el concepto Yihad (esfuerzo especial a favor del Islam, mal traducido como "guerra santa"), dirigido tanto al enemigo interior como contra el enemigo exterior si es necesario.

Esos inicios son sangrientos entre los sucesores de Mahoma, se van formando las escuelas, y una cultura islámica que al principio estaba en relación con sus orígenes: judaísmo y cristianismo. Conquistan las tierras de los bizantinos y persas sasánidas, dos de las culturas más desarrolladas de su época, y todo ello se integró en lo que llamamos civilización islámica. Formaron la civilización más desarrollada de Occidente durante la Edad Media. Y cuando ésta decrece, en Al Andalus sigue siendo una de las culturas más desarrolladas de la Edad Media. Con la conversión al islam de los turcos en el siglo XI, se frena la embestida de las Cruzadas, y luego los turcos otomanos en el siglo XV se da una nueva expansión territorial de los musulmanes en Europa, conquistando Bizancio (1453) y en el siglo XVII casi toman Viena.
   
Pero en la Edad Moderna la cultura europea crece, y el islam no (economía, fuerza militar…): muchos de esos territorios se han quedado "anclados en la Edad Media"; hay cosas que han influido en esta poca evolución: factores históricos de conflictos, aislamiento geográfico o político, tradiciones y valores culturales arraigados en el pasado, resistiéndose a cambios significativos por causa de que, a partir del siglo XI en adelante, hubo un declive en la tradición de interpretación crítica del Corán y un enfoque más literal en su comprensión. Fue apareciendo una interpretación rígida, aunque en algunos países domina una interpretación más flexible. El islam no es una corriente única, y también se trabaja en una interpretación del islam en el contexto moderno, al igual que vemos en otras culturas con una cultura dominante de tradiciones obsoletas en cuanto a perniciosas para los derechos humanos, como son las de India o China.
   
En los países donde el fundamentalismo ha dominado, los derechos humanos están siendo ultrajados, no hay respeto a la mujer, y no existe el pluralismo religioso.

El progreso de los siglos XVIII y XIX marcan más distancia entre los dos bloques. Luego vino el colonialismo europeo en África (desde el s. XVIII) y la ocupación rusa en Asia central (s. XIX) y la caída del Imperio Turco que fuer repartido entre ingleses y franceses (s. XX). La esperanza que tenían los islámicos de dominar el mundo, se ve frustrada.

Si en Occidente la religión es un aspecto más de la vida, asunto personal con cierta relevancia social, en el Islam todo gira en torno a la religión, tanto las personas como la estructura civil de la sociedad, la economía o cultura. Si en Occidente hay oposición entre una interpretación religiosa y la ciencia (véase desde Galileo) al final predomina la ciencia, pero no es así en los países islámicos que son islamistas. Se crea una esperanza de un día donde todo será distinto, pero por el momento hay que vivir tal como esas normas religiosas indican.

El núcleo principal de los países islámicos está en el Oriente Próximo, allí está La Meca, Medina y Jerusalén, sus principales lugares sagrados. Y el Corán se lee en árabe todavía hoy, aunque muchos pueblos ya no lo entienden porque hablan otras lenguas (turcos, iraníes, kurdos, bereberes…). No todos están contentos en esos países, pues muchos pueblos sufrían desde hacía siglos la dominación de los turcos otomanos, y así las tribus árabes harán frente a los turcos a cambio de su independencia (aunque Francia e Inglaterra se repartieron sus tierras en colonias y protectorados con el apoyo de la Sociedad de Naciones: Siria y Líbano bajo el control francés, los actuales Iraq y Jordania, Palestina y Egipto bajo los británicos).
      
Un episodio especialmente penoso fue cuando en 1923, el Movimiento Nacional Turco exterminó al pueblo armenio, la película Ararat (2002) plasma este horror. También aplastó al pueblo kurdo, y establece una República dictatorial. El jefe cosaco Reza Khan imitándolo, se proclama Xa de Persia. Los dos siguen un modelo occidental. Después de la 2ª guerra mundial, cesa el régimen colonial, en Siria e Irak adoptan un socialismo nacionalista y arabizante al igual que en Egipto. No consiguen el progreso, y se sienten humillados ante el progreso de Israel.
   
Entonces fue cuando se descubren inmensas reservas de petróleo en Oriente Próximo, fantástica riqueza natural que otorga una gran influencia política a esos países y la crisis que provocan en 1973 obliga a Occidente a adoptar un cambio de actitud respecto a la visión occidental del conflicto árabe-israelí. El ciclo de falta de progreso que llevó a pobreza económica no cesó con el boom del petróleo, que no ayudó a la riqueza de dichos países, debido a la corrupción de sus gobernantes, y por desgracia algunos se arman para la guerra y llenan cuentas bancarias que se abren en países de Occidente; en lugar de reinvertirse en la economía del país.
   
Además, la falta de preparación para una buena gestión de esos recursos, hay también conflictos internos y guerras que dificultaron ese desarrollo. Cuando se han hecho algunas inversiones, los resultados han sido muy provechosos. Así, varios países árabes procuran diversificar sus economías y emprender una agricultura sostenible y otras actividades para reducir su dependencia de los ingresos petroleros: aprovechamiento del agua del subsuelo en Livia, agricultura sostenible en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (Abu Dabi, su capital, se está convirtiendo en un centro turístico con hoteles de lujo, desarrollando su patrimonio cultural, promocionando eventos deportivos…), Qatar, Omán, Jordania… alguno de ellos visitando los invernaderos de Almería (España, que tomó el modelo de Israel) para hacer lo mismo.

En algunos países, por desgracia, hay un régimen tribal y fundamentalista, como es el caso de Irán (desde 1979, cuando derrocaron al sha Mohammad Reza Pahlavi, con ayuda de los EU). El ayatolá Ruhollah Jomeini creó un gobierno islámico basado en la ley sharia y una visión fundamentalista del islam, que aún perdura. En estos meses hemos visto cómo alguna mujer joven ha perdido la vida, por los castigos al no querer llevar el velo que obligatorio para la mujer. En la situación actual, no sabemos qué les deparará el futuro. Muchos vienen a los países de Occidente, aunque su integración es muy escasa en algunos sitios.



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