Reflexiones

¿Qué es la cuaresma?

2024-02-14

Penitencia es darse, a Dios, los demás y cuidarse a uno mismo..., atender a los enfermos, a...

Llucià Pou Sabaté

Cuarenta días… ¿de qué? De Jesús en el desierto preparándose para su vida de predicar el Evangelio. “Ahora es tiempo favorable” para convertirnos, “ahora es día de salvación”. Jesús dijo que no hagamos las cosas “para ser vistos”, y nos habla de hacer limosna, rezar y ayunar. Jesús, enséñanos esta ciencia de ayudar a los demás, de rezar y hacer sacrificios, sobre todo sacrificios que hagan felices a los demás: como sonreír, hacer las paces, pedir perdón… Mientras el mundo anda de Carnaval, con máscaras, la Iglesia nos anima a quitarnos la máscara del pecado y pedir perdón, y libres de toda culpa alabar a Dios con el corazón sincero.

La oración, sacrificio y limosna son las armas para vencer todas las fuerzas del mal, del demonio, como veremos el domingo con las tentaciones de Jesús que resumen todos los males. Con estas armas venceremos la batalla y cumpliremos la misión, como la Comunidad del Señor de los Anillos, aunque haya malicia en el mundo que quiera romper el mundo como en Avatar. Así pedimos a Dios "iniciar un camino de auténtica conversión para afrontar victoriosamente, con las armas de la penitencia, el combate contra el espíritu del mal".

Recibir la ceniza en nuestra cabeza, con la señal de la cruz, es quedar marcados, un signo religioso, de algo muy grande, de que Dios en nuestro interior nos ha dado el Espíritu Santo, y nos ha marcado como suyos, y escrito nuestros nombres en el libro de la Vida. Pero hemos de luchar con alegría para prepararnos para la Olimpiada en estos 40 días, para la Pascua. Por eso se nos dice: "Convertíos y creed el Evangelio" o también: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás". Este día, los mayores de 14 años debemos hacer abstinencia de carne, como los demás viernes de cuaresma. Los que tenemos entre 18 y 59 años, ayuno. Es un día de penitencia, para que ayudemos a los demás (obras de misericordia) y para ello nos privemos de lo nuestro (por ejemplo dejando los juguetes o las cosas personales a los hermanos, sin tanto miedo a que nos las rompan). Penitencia es darse, a Dios, los demás y cuidarse a uno mismo..., atender a los enfermos, a los que padecen. Es poner buena cara ante las dificultades…

Hemos de hacer “ayuno” sobre todo “del yo”. Si te fijas, los hombres estamos continuamente con el Yo en la boca: que si me han dicho, si siempre tengo que hacerlo yo, si me tienen manía, si era mío o para mí, que si yo he metido el gol, si yo le dije y entonces .... si me apetece a mí, qué pensarán de mí, ... y mil frases más que conjugan con distintos verbos el Yo, a Mí, Mío. Y hoy, miércoles de ceniza, la Iglesia nos recuerda: polvo eres y en polvo te convertirás. ¿Sabes qué quiere decir eso? Dios creó el cuerpo de Adán de la tierra, y nuestro cuerpo volverá a ser tierra con la muerte. Y nuestra alma volverá a Dios. La ceniza nos hace pensar en todo esto, y quitar las malas hierbas del egoísmo… la Virgen, la muy humilde, nos ayudará a concretar esas armas para la lucha.



JMRS
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