Internacional - Seguridad y Justicia

Cómo se desarrolló el peor ataque en suelo ruso en años

2024-03-25

Los sospechosos, identificados en los medios rusos como ciudadanos tayikos, fueron acusados de...

Associated Press

El auditorio Crocus City Hall estaba lleno hasta las tres cuartas partes, y la multitud esperaba ver a Picnic, una banda popular desde la época soviética de principios de la década de 1980. El concierto se agotó en la sala de 6,200 asientos, por lo que quizá parte del público todavía compraba comida o dejaba sus pesados abrigos en el guardarropa.

Faltaban entre 7 y 10 minutos para el inicio del espectáculo, previsto para las 8 p.m., dijo el asistente Dave Primov.

Luego vinieron los sonidos de chasquillos.

“Al principio pensé: fuegos artificiales o algo así”, dijo Primov a The Associated Press. “Miré a mi amigo y él también dijo: ‘Fuegos artificiales, probablemente’”.

Pero no era pirotecnia. Al menos cuatro hombres vestidos con uniformes de camuflaje caqui y con armas automáticas estaban en el edificio y disparaban incesantemente.

Luego prendieron fuego a la sala de conciertos.

Fue el inicio del ataque más mortífero en años en suelo ruso, que dejó 137 muertos y más de 180 heridos en lo que el presidente Vladímir Putin llamó “un acto terrorista bárbaro y sangriento”. Aunque intentó vincular a Ucrania con la agresión, un afiliado del grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad, lo cual fue confirmado por funcionarios de inteligencia estadounidenses. Kiev negó cualquier implicación.

Cuatro sospechosos fueron arrestados en la región rusa de Bryansk. Identificados en los medios rusos como tayikos — ciudadanos de Tayikistán —, fueron acusados de llevar a cabo un acto terrorista y se enfrentan a cadena perpetua. Aparecieron ante un tribunal de Moscú el domingo por la noche con signos de golpizas severas.

VIERNES POR LA NOCHE

El Crocus City Hall es un enorme complejo comercial y de entretenimiento en Krasnogorsk, un suburbio en el extremo noroeste de Moscú. Fue construido por el multimillonario y promotor inmobiliario nacido en Azerbaiyán Aras Agalarov, quien tenía vínculos con Donald Trump antes de que se convirtiera en presidente de Estados Unidos. Cuando Trump era copropietario del concurso de belleza Miss Universo, firmó un acuerdo con Agalarov para realizar el evento en el Crocus en 2013.

El viernes por la noche, sus vastos pasillos se convirtieron en un escenario de matanza cuando los hombres armados entraron, se dirigieron al auditorio y dispararon contra cualquiera que estuviera cerca, a veces a quemarropa.

Videos grabados por quienes estaban en los pasillos y en el auditorio mostraron a personas que gritaban e intentaban huir mientras los pistoleros continuaban disparando. Algunos se escondieron detrás de los asientos de color rojo oscuro y trataron de gatear hacia las salidas, según imágenes y relatos de sobrevivientes reportados en los medios.

En un video, un joven dice a la cámara, mientras se escuchan disparos: “Prendieron fuego al auditorio. El auditorio está en llamas”. Por un momento se pueden ver las flamas en un rincón del teatro.

Primov y otros pudieron abandonar el auditorio antes de que los tiradores llegaran a él, dijo a la AP. Le tomó unos 25 minutos salir del edificio. Describió la escena como un caos total: la gente, presa del pánico, intentaba encontrar salidas, mientras los hombres armados todavía deambulaban allí y disparaban; las personas caían y chocaban entre ellas mientras corrían. Los hombres derribaron puertas cerradas con la esperanza de que condujeran a un lugar seguro.

“No sabemos qué hay adelante. No sabemos qué hay detrás de esta puerta. No sabemos qué está pasando afuera, tal vez estemos rodeados (por los atacantes), tal vez alguien esté esperando allí”, dijo Primov.

Otra sobreviviente, quien se identificó solo como Maria, hizo eco de Primov: “Esta incertidumbre —a dónde ir, qué hacer— fue lo que más nos asustó, ya que cada persona allí no tenía idea de lo que estaba ocurriendo”.

Los músicos de Picnic nunca subieron al escenario y abandonaron el edificio poco después de que comenzara el ataque, dijo su representante Yury Chernyshevsky a la AP por teléfono poco después de que se conociera la noticia del tiroteo. Cuando se le preguntó si la banda estaba a salvo, respondió: “¿Cuánta seguridad puede haber en este momento? Esperamos estar a salvo”.

A las 8:30 p.m., un incendio masivo se desató dentro del edificio, con espeso humo negro que salía del techo que luego se vino abajo. Los medios rusos informaron de explosiones en el interior, y no estaba claro si fueron provocadas por los hombres armados o causadas por el incendio.

Afuera, el edificio estaba bañado en azul neón por las luces parpadeantes de decenas de ambulancias, patrullas y camiones de bomberos.

Los helicópteros arrojaron agua a las llamas.

Una fuerza especial de la Guardia Nacional Rusa llegó y buscó a los tiradores. Las autoridades anunciaron que el ataque provocó muertos y heridos, sin dar cifras, y dijeron que lo investigaban como un acto terrorista.

Varios funcionarios —desde Andrei Vorobyov, gobernador regional de Moscú, hasta Vladímir Kolokoltsev, ministro del Interior— llegaron al lugar de los hechos.

En otras partes de Rusia, las autoridades reforzaron la seguridad y cancelaron eventos masivos programados para el fin de semana. En San Petersburgo, la segunda ciudad más grande, dos centros comerciales fueron evacuados según informes de los medios.

Putin no hizo declaraciones el viernes por la noche.

Alrededor de las 11 p.m., el Kremlin emitió un comunicado escueto que decía que Putin fue informado “a los pocos minutos” del tiroteo, estaba “recibiendo constantemente” actualizaciones de las agencias gubernamentales y emitió las órdenes necesarias, según el portavoz Dmitry Peskov, quien no dio más detalles.

SÁBADO

El número de muertos aumentó durante la noche y a lo largo del sábado a medida que se descubrieron más cuerpos en el Crocus City Hall, incluidos algunos encontrados en las escaleras y en un baño.

Putin, quien el 17 de marzo obtuvo un quinto mandato en una elección sin ninguna competencia real, no se dirigió a la nación sino hasta el sábado por la tarde, más de 19 horas después de que se conoció la noticia del ataque.

A lo largo de la noche, en Rusia y en el extranjero, se discutió quién era el responsable de la atrevida agresión. Las autoridades de Ucrania, invadida por Rusia hace más de dos años, negaron de forma rápida y vehemente cualquier implicación. Las negativas fueron rápidamente respaldadas por funcionarios estadounidenses, lo que provocó una fuerte reacción de los funcionarios rusos.

“¿Por qué los funcionarios de Washington, en medio de una tragedia, sacan conclusiones sobre la falta de complicidad de alguien?”, dijo Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, en un comunicado en línea. “Si Estados Unidos tiene o tuvo información confiable al respecto, debería transmitirla inmediatamente al lado ruso. Si no, entonces la Casa Blanca no tiene derecho a otorgar la absolución”.

Varias horas después de que comenzara el ataque, un afiliado del grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad, pero algunas personalidades de los medios estatales rusos la denunciaron como engañosa.

“Hasta ahora, parece un intento para crear una pista falsa”, escribió en Telegram Andrei Medvedev, periodista de la televisión estatal.

El sábado, las autoridades rusas intentaron vincular a Ucrania con el ataque. El Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) informó del arresto de cuatro tiradores armados en la región fronteriza de Bryansk, y dijo que se dirigían a Ucrania y que tenían “contactos en el lado ucraniano” no especificados. No reveló ningún detalle de la persecución, pero elogió a varias agencias policiales y de seguridad por “actuar en coordinación” y agregó que 11 personas en total fueron arrestadas.

En su discurso de la tarde, Putin calificó el ataque como “un acto terrorista bárbaro y sangriento”.

También reiteró la narrativa y dijo, sin pruebas, que se había preparado “una ventana” para que los agresores cruzaran a Ucrania. No obstante, se abstuvo de culpar a Kiev por orquestar el ataque. No mencionó la reivindicación de responsabilidad por parte del afiliado del Estado Islámico.

Tampoco llegó a anunciar medidas drásticas tras el ataque, como levantar una moratoria sobre la pena capital, iniciar otra ola de movilización del ejército o incluso una escalada de las hostilidades en Ucrania, algo que los críticos del Kremlin considetran posible.

El Departamento de Salud de Moscú dijo que identificar los cuerpos de los muertos llevará al menos dos semanas.

DOMINGO

El domingo fue declarado día de luto nacional. Se cancelaron eventos y se izaron las banderas a media asta.

En el quemado y humeante Crocus City Hall, un flujo constante de personas acudió a depositar flores a un sitio de conmemoración improvisado.

A lo largo del día, una fuerte presencia policial se observó en el tribunal de distrito de Basmanny en Moscú ante la llegada prevista de los cuatro sospechosos. El Comité de Investigación de Rusia publicó fotografías de ellos en su sede en Moscú.

Poco antes de las 11 p.m. —unas 51 horas después de que comenzara el tiroteo— los sospechosos, uno por uno, comparecieron ante el tribunal para sus audiencias previas al juicio.

Se veían moretones en sus rostros; uno tenía una oreja vendada y otro estaba en silla de ruedas y bata de hospital. Según el medio de comunicación independiente Mediazona, cuyos reporteros asistieron a las audiencias, lo sacaron de la unidad de cuidados intensivos.

No quedó claro de inmediato cómo resultó herido. Informes no confirmados de los medios rusos sugirieron que fue durante la persecución.

El tribunal dijo que dos de los sospechosos admitieron su culpabilidad, aunque las condiciones de los hombres plantearon dudas sobre si lo hicieron libremente.

Los sospechosos, identificados en los medios rusos como ciudadanos tayikos, fueron acusados de llevar a cabo un acto terrorista y se enfrentan a cadena perpetua.



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