Enfoque

Otro mundo, otra mentalidad

2008-01-09

Todo aquí está sincronizado. Parece que todo funciona a la perfección. Todo el...

Por Joachim de Posada

Yahoo-Finanzas

Esta semana me encuentro en Disney World, ese famoso centro de entretenimiento que le dio vida a una pequeña ciudad llamada Orlando y la puso en el mapa.

Muchos de mis lectores nunca han visitado Disney pero muchos otros lo han hecho. Cada vez que tengo la oportunidad de hacerlo me convenzo más de que todo niño en este mundo debe de visitar Disney World.

Verles la cara a los niños cuando se enfrentan a los muñecos famosos como Mickey Mouse y Pluto, cuando se montan en las diferente atracciones que los invaden de alegría y además ver a los adultos divirtiéndose como niños, es algo que nunca se olvida.

Creo firmemente que si todos los niños del mundo viajan a Disney, se acaban las guerras. La experiencia les cambiaria sus vidas.

Yo suelo filosofar cuando estoy en situaciones de mucha alegría o tristeza. En este caso, sentado viendo a las miles de personas pasar de un lado a otro, cargando a niños algunos, otros sujetándoles las manos, algunos adultos en sus sillas de ruedas, jóvenes, viejos, ancianos, todos disfrutando de este maravilloso mundo.

Varias cosas me llaman la atención cada vez que vengo a Disney: ¿Cómo es posible que miles de personas de todas las religiones, de todos los países, de todas las razas se mezclen en total alegría sin ningún tipo de rencillas o peleas de ninguna clase?

Todo el mundo está contento, todo el mundo viene a divertirse y tal parece que los defectos de la humanidad quedan todos atrás.

¿Por qué no podemos hacer lo mismo en todo el mundo? ¿Por qué el mundo no puede convivir sin pelear y sin constantemente estar en guerra? Una idea imposible me pasa por la mente. ¿Qué pasaría si le diéramos el control de nuestros países a Disney?

Jajajaja, la verdad que el pensamiento me da risa pero me pone a pensar por qué no podemos tener la organización tan efectiva que tiene Disney en nuestros países.

Todo aquí está sincronizado. Parece que todo funciona a la perfección. Todo el mundo es amistoso, todo el mundo quiere ayudar, todo el mundo tiene la disposición de servicio. ¿Por qué no podemos hacer que todas las personas que trabajan en cualquier negocio del mundo atiendan a los clientes tan bien como lo hacen en Disney?

Si alguien lo hace bien, éso significa que todo el mundo también lo podría hacer bien.

En mis cuatro días aquí, solo un pequeño fallo. Uno de los mozos en un restaurant donde almorzamos, olvidó traerme el sorbeto y se lo tuve que pedir dos veces. Éso es todo. Cuando se lo recordé salió corriendo a buscarlo. ¿Se imaginan eso?

Los autobuses llegan al momento exacto, las colas para las diferentes atracciones caminan todas con rapidez aunque en este periodo de vacaciones, miles de personas en fila pueden demorar hasta una o dos horas para montarse en la atracción.

Sin embargo, ellos han pensado en eso y tienen lo que se llama un "fast track" que significa que usted va a un sitio y reserva una hora para montarse en la atracción que quiera. Basado en la demanda, a usted le toca dos o tres o cuatro horas después, pero a su hora usted entra prácticamente sin hacer fila.

En una de las atracciones adonde fuimos, en Animal Kingdom, como habíamos hecho el fast track, pasamos por la fila del fast track bien rapidito mientras mirábamos a cientos de personas en fila esperando una o dos horas para poder montarse en este Safari que íbamos a disfrutar.

Me pasó por la mente que en Disney se recompensa a los mas organizados, a los que planifican mejor su tiempo y se castiga a los mas desordenados que no tienen las metas claras y que no saben organizar su tiempo.

Otra cosa que me llamó la atención fué la cantidad de personas impedidas que vienen a este parque a disfrutar de todo lo que tiene. Cuando se montan en la atracción, por varios segundos o minutos, se olvidan de todo lo negativo que pueden tener en sus vidas.

En esos preciosos momentos están disfrutando, volando en algunos casos, con toda libertad sin ningún tipo de atadura. Me imagino que en esos momentos se sienten libres, se sienten igual y se sienten contentos por haberse tomado la molestia de ir al parque y pasar por más trabajo que lo que pasan los que tienen total movilidad.

Admiro tanto a las personas impedidas que tienen esa fuerza de espíritu que los lleva a conquistar los más difíciles obstáculos.

Esta gente de Disney son los genios del marketing. Es casi imposible venir aquí y no comprar algo.

Tienen todo tipo de juguetes, ropa, recuerdos, todo absolutamente. Y la forma que lo promueve, cómo lo presentan, cómo usan la psicología humana para convencerlo a que compre.

Sale usted de una atracción y ahí mismo tiene todos los productos que le pueden interesar. En todos lados se vende algo. Es un mundo de consumidores que vienen a gastar y éso es lo que hacen.

Ah, algo muy interesante. Cada persona que trabaja aquí tiene su nombre y su procedencia en su placa de identificación que tiene prendida en el pecho.

Cuando usted le hace un comentario de su país de origen los ojos se le iluminan y hablan de sus países con un gran orgullo.

En uno de los restaurantes, llamado Bongo´s que la cubanía se siente en todo el restaurante, la música, la comida, las paredes, todo recuerda la Cuba de antes, la Cuba que era libre y próspera.

Nos atiende una joven en perfecto inglés y cuando leo su placa es de Buenos Aires. Le pregunto que por qué habla tan buen inglés y me dice que toda su vida ha vivido en Estados Unidos.

Habla su poquito de español pero con esfuerzo, el inglés lo domina perfectamente. Le hago la pregunta, "¿te sientes argentina o norteamericana?"

Me contesta que es argentina y americana y con mucho orgullo me lo dice.

Se puede querer a dos países muchísimo, por lo que se pueden tener dos ciudadanías sin ningún problema. Conozco gente que tiene hasta tres ciudadanías.

Un comentario final a todos mis lectores que son empresarios o que tienen negocios propios. Si usted quiere una educación de cómo correr un negocio, véngase unos días a Disney y venga con la mentalidad de observar, de aprender, de copiar todas esas cosas que estos tíos hacen bien. Si usted hace éso, usted va a regresar a su casa con un montón de ideas que podrá implementar y que le hubieran costado años de estudio en una universidad.



ROW

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