Cartas Abiertas

Debate y después ¿qué?

2008-04-15

Sin embargo, después del debate ¿qué? ¿En verdad los perredistas...

Germán Martínez Cázares, El Universal


 
López Obrador: la reforma de Pemex soy yo. El debate nacional soy yo. La justicia soy yo. El legítimo soy yo. En resumen: el Estado soy yo. Nada existe si no lo digo yo: ni el Presidente, ni el Congreso, ni la Suprema Corte de Justicia, ni siquiera mi propio partido político.

Dicho eso, entonces, ¿cómo creer que al Partido de la Revolución Democrática y a su monarca absolutista en verdad les interesa debatir el futuro de Petróleos Mexicanos? ¿Cómo entender ahora ese ánimo deliberativo cuando antes ya expresaron a diestra y siniestra, su negativa rotunda a cualquier reforma en Pemex?

Es cierto que el tema de una reforma en el sector energético requiere un debate; sin embargo, ¿no es el Congreso el lugar constitucionalmente diseñado para ese debate? ¿No es la tribuna de la Cámara el sitio justo para realizar ese debate?

El señor, amo, dueño y todo en el PRD no quiere debatir; busca sabotear con movilizaciones alrededor del debate petrolero cualquier reforma. Probaría el PRD un ánimo constructivo de debate en el momento que presentara una iniciativa perredista de reforma a Pemex. Ni tienen propuesta, ni tienen rumbo, ni tienen ánimo de debatir. Quieren reventar el proyecto de futuro del país.

También es cierto que hay un debate más académico que político que contrapone la construcción de democracias en el mundo desde la "representación" contra la edificación democrática desde la "deliberación". Quienes privilegian la discusión quieren erigir una democracia directa en la que, según ellos, el gobierno se ejerce por el mismo pueblo sin intermediarios. En contraste, en la democracia representativa o indirecta, la sociedad está gobernada por personas a quienes se les confía o delega el gobierno de la nación. ¿Es eso lo que anima a los perredistas? Si tanto le interesa el debate a López Obrador, ¿por qué no debatió cuando se le emplazó en el primer debate en la campaña presidencial? ¿Cuando fue jefe de Gobierno del DF sometió todos sus actos al asambleísmo de plaza que ahora exige?

Deliberar no les interesa por esencia o por convicción a los secuestradores del Congreso. No están construyendo una democracia donde reine la polémica de argumentos. No les interesa esa democracia deliberante. Lo que buscan es seguir deteriorando a las instituciones para que su movimiento de resistencia, poco a poco, tome el camino de la insurgencia.

El Partido Acción Nacional está dispuesto a debatir en el Congreso cualquier asunto nacional. El PAN cree en la democracia representativa y, por tanto, considera a sus legisladores como verdaderos representantes de la nación que están habilitados para decidir el tiempo, modo, lugar y circunstancia del debate.

Sin embargo, después del debate ¿qué? ¿En verdad los perredistas después de celebrarse el debate ya se sentarán tranquilos en sus curules y escaños a votar y a respetar cualquier decisión parlamentaria? ¿Basta con que desfilen árabes, brasileños, chinos e ingenieros afiliados al PRD, frente a la Comisión de Energía, para que ya todos se sienten a votar?

El país debe seguir, sin titubeos, la ruta de las instituciones de la República. La reforma para fortalecer a Pemex debe debatirse en la institución encargada del debatir. Pero al final del debate, la reforma debe votarse.


* * *


El jueves próximo viene Pratibha Patil. ¿Los de la resistencia civil no liberarán la tribuna para que hable allí la presidenta del país que vio nacer a Gandhi?

Presidente nacional del PAN



LLG

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