Policrato Philodemos

Profecías autocumplidas

2009-06-22

Puede servirnos de consuelo y de justificación, que no somos el único país que...

Inventar peligros y autonombrarse defensor ante ellos

Por engañar a otros el mentiroso acaba envilecido creyendo sus propias mentiras.

El título de este escrito tiene como finalidad desnudar las mentiras de muchos de nuestros políticos, que para compensar su incapacidad para manejar la cosa pública, y para seguir manipulando a quienes gobiernan, eludiendo cuestionamientos a sus decisiones u objeciones a sus propuestas, suelen utilizar el recurso paranoide de amedrentar a la sociedad, inventando o exagerando peligros reales u ocurrencias catastrofistas, para alterar la disposición y el estado de ánimo de sus gobernados, o de sus seguidores, a los que intentan fanatizar para obtener su obediencia o sumisión, o sea, que adoptan el papel de agoreros que pronostican calamidades y al mismo tiempo, como aprendices de magos de la prestidigitación, se erigen como los únicos capaces de dirigir a la sociedad bajo tales circunstancias, para presentarse como los salvadores la catástrofe que anuncian, y como paladines de la patria que reclaman el aplauso y la obediencia que corresponde al Mesías que ellos representan.

Como un ejemplo de lo anterior podemos observar a señor López Obrador, especialista en descubrir complots contra su eximia personalidad, como inventor de conspiraciones, además de rabadán del "pueblo bueno", al que convoca con arengas encendidas (demagógicas desde luego), a magnos mítines en el que "va a desenmascarar" a los enemigos, anunciando que los traidores a México ya pusieron en marcha un plan para privatizar el petróleo, por lo que llama a la unidad, "ya que él personalmente dedicará todo su esfuerzo para evitar el robo del petróleo, dirigiendo las voluntades patrióticas en una estrategia nacionalista que anule dicho complot", aunque nunca se preocupa de presentar las pruebas que evidencien la venta de la riqueza petrolera que está anunciando.

De la misma manera parece que el jefe de gobierno del Distrito Federal, siguiendo los procedimientos aprendidos de su tabasqueño ex jefe, aprovechó la circunstancia de unos brotes de influenza humana A/H1N1 (tan peligrosa como cualquier gripe estacional), para "salvar" a los habitantes de la capital mexicana, ordenando paralizar la ciudad al clausurar temporalmente todos los eventos públicos, así como los lugares de reunión como son cines, teatros, restaurantes, etc., creando un estado de excepción de facto, en el que se perdieron millones de pesos y numerosas fuentes de trabajo, sumiendo aún más en la miseria a gran número de la población, arguyendo después que nos había evitado a los habitantes de la capital, de una epidemia generalizada.

Lo paradójico del asunto fue que en la zona metropolitana de la ciudad de México, que incluye a los municipios colindantes y confundidos con la zona urbana del D.F. (densamente habitados también), del Estado de México como son Ecatepec, Netzahualcoyotl, Huixquilucan, etc. no se tomaron las medidas draconianas de carácter pre electorero y paranoide, de paralizar las actividades de la población, siendo sus resultados iguales que los del Distrito Federal, de donde se infiere que en el D.F. todo fue un montaje del jefe de gobierno para exhibirse en lo medios, buscando propaganda política gratuita que mejorara su presencia ante la ciudadanía, presentándose como el paladín que necesitan.

Lo mismo podemos señalar para el gobierno federal por la manera exagerada como manejó el brote de influenza humana, pues buscando la unidad legitimadora necesaria para el gobierno federal (logro efímero disipado por la crisis económica), solo sirvió para dejar al descubierto las carencias de infraestructura sanitaria de nuestro país, la dependencia del extranjero para analizar las enfermedades virales, y el oportunismo de la clase política que busca explotar para su beneficio, cualquier circunstancia manejando medias verdades y falacias sesgadas, sin importarles que con ello se destruya la economía y la estabilidad del país, como realmente ha sido la secuela que nos dejó el manejo exagerado de un brote de influenza A/H1N1 en México.

Puede servirnos de consuelo y de justificación, que no somos el único país que ha buscado la unidad a través de la manipulación del miedo, pues así ha sido también en otras latitudes como los EE.UU., que durante toda su historia ha logrado unificar y controlar a su población a través de paranoias inducidas, sobre todo cuando buscan la aprobación ciudadana de aventuras hegemónicas, muy propias de su llamado "destino manifiesto", así como para acallar las voces de cordura que se oponen a los intereses de su "stablishment", para lo cual han ido creando enemigos externos, como han sido el comunismo, el terrorismo, y las amenazas a su "seguridad nacional",  por citar las más recientes, con lo que han "salvado" al "mundo libre" o a la "democracia", justificado invasiones y despojos que de otra manera serían una vergüenza para su moral puritana e hipócritamente pragmática.

De la misma manera en el pasado la Alemania Nazi de Hitler pronosticó que salvaría al mundo de la amenaza judía y bolchevique, mientras que Stalin dijo "salvar" a la Unión Soviética del "imperialismo capitalista", mientras que un poco antes en la historia, el imperio británico, con la "Guerra del opio", dijo "salvar" al "libre mercado" de la intransigencia de los emperadores chinos al principio de los años cuarenta del Siglo XIX, y el General Ydígoras Fuentes, como presidente de Guatemala, y con verdaderos problemas de unidad nacional, a principios de los años cincuenta del Siglo pasado "salvó" a su país de las "ambiciones expansionistas" de México, por citar algunos ejemplos.

Tal parece que no hay nada nuevo bajo el Sol, ni siquiera el cinismo y la manipulación de los políticos irresponsables y ambiciosos, con la poblaciones que gobiernanĀ… mientras no exista una ciudadanía responsable, informada, y exigente con los gobiernos que eligeĀ… o que sufre.

Como corolario de este escrito cabe recordar que un gobernante tiene más poder que un ciudadano en lo particular, pero nunca más poder que la ciudadanía en su conjunto, ya que solo es un servidor de la misma.



EEM

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