Nacional - Política

La farsa de la Ley Fiscal; PRI y SHCP tras telones

2009-10-23

Consumado el gran parche fiscal, que no reforma, en el Senado de la República sólo...

México, Terra México.- La farsa sentó su raíz en horario estelar. Era el 8 de septiembre de 2009, el sol ya se había ocultado y una promesa se escuchó en millones de hogares a través de la pantalla de televisión, cita El Semanario en su edición de hoy.

Allí estaba el Presidente de la República, quien después de enviar al Congreso su iniciativa para captar recursos en 2010, predicó: "La compleja situación que hoy vive México no deja espacio para las dudas o el inmovilismo, tampoco para el cálculo político o la división partidista".

Así, con un mensaje a la nación, empieza esta historia, que al correr de los días se desvaneció para dejar constancia de que los ciudadanos de este país son el mejor activo de los políticos para preservar sus cotos de poder.

En resumen, todo ocurrió así: durante 43 días - tiempo que transcurrió desde el 8 de septiembre al 20 de octubre -, el gobierno y el PRI negociaron lejos de los reflectores la Ley de Ingresos correspondiente al ejercicio 2010, los gobernadores fungieron como el poder real en los consensos, el PAN y el PRD sólo sirvieron como espectadores y la sociedad, en consecuencia, será la que deberá asumir los costos de los acuerdos que se traducen en un incremento al IVA y al ISR, así como en diversos servicios.

En pocas palabras, el paquete fiscal que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2010 es la primera señal del cogobierno que ha empezado a operar entre Felipe Calderón y el PRI, y que públicamente no se reconoce como tal.

Es, al mismo tiempo, el capítulo de una farsa donde se usó la bandera de los pobres y se disfrazó un incremento al IVA, del que ganan todos los actores políticos, así como la muestra de una realidad que, tristemente, vuelve a ser un incremento de impuestos al mismo grupo que tradicionalmente paga.

De esta manera, la operación política fue subterránea. De acuerdo con legisladores que estuvieron cerca de las conversaciones sobre la materia, el cabildeo oficial no se sintió con fuerza en San Lázaro.

De hecho no fue necesario. La Ley de Ingresos 2010 no se cocinó allí. Todo se resolvió en pocas manos. Un dato lo dice todo: durante el transcurso de las pláticas entre los grupos de poder real, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados -presidida por el profesor de Felipe Calderón en la Escuela Libre de Derecho, Mario Alberto Becerra Pocoroba- sólo se reunió en tres ocasiones.

Según los testimonios recabados con legisladores que estuvieron en la redacción del paquete de ingresos 2010, en todo momento se hizo sentir el poder de los "virreyes" (los gobernadores) en las negociaciones y, de hecho, informan que desde el primer momento en que salió a la luz la apuesta de tasar en 2% el combate a la pobreza, los jerarcas estatales dijeron no por una razón muy poderosa: se trataría de un impuesto que manejaría exclusivamente la Federación, algo que no estaba entre sus planes y que desafiaba el poder inconmensurable que ahora detentan los señores gobernadores.

Por ello, la fórmula perfecta para esconder la mano y lanzar culpas hacia el Presidente fue el incremento al IVA, que también los beneficia.

En síntesis, mientras la lluvia de declaraciones alteraba la conciencia ciudadana, el lobbying sólo recayó en la Presidencia de la República, la SHCP y el PRI y sus gobernadores; el tricolor era, en realidad, el poder que siempre manejó los tiempos, las formas y el precario análisis en la Comisión de Trabajo. Finalmente, el factor político empezó a gravitar con mayor fuerza.

Así, al final del proceso que tuvo lugar en la Cámara de Diputados (y que ahora aterrizará en el Senado de la República), es posible consignar que el único factor que puso en peligro la aprobación del paquete fiscal fue el PRI, que registró una fractura interna por tres elementos esenciales:

Primero, porque un núcleo de gobernadores no estaba de acuerdo en sacrificar sus partidas, segundo, porque otro núcleo no quería alterar a la opinión pública con más impuestos pues temía que esto los perjudicara en las elecciones de 2010 y, tercero, porque algunos legisladores no estaban decididos a aprobar ningún tipo de impuesto, ya que durante sus días de campaña habían firmado ante notario público sus compromisos y uno de ellos era precisamente no ir por más gravámenes. Es decir, los priístas tenían el alma revuelta.

Finalmente, el PRI ajustó números, cruzó datos con la SHCP y armó el paquete que hoy, después de la guerra de declaraciones que pregonaba una campaña para mejorar el estado de bienestar de la sociedad y la defensa de los pobres, tiene aterrados a un ejército de contribuyentes, pues establece: un aumento de 16% en el IVA, una tasa de 30% en el ISR (que actualmente es de 28%), un impuesto a las telecomunicaciones de 3%, así como un cúmulo de incrementos en otros servicios.

La farsa, que registró su primer capítulo en la Cámara de Diputados, se había consumado, para pasar a los terrenos que gobierna Manlio Fabio Beltrones, en la vieja Casona de Xicoténcatl.

Consumado el gran parche fiscal, que no reforma, en el Senado de la República sólo hay un escenario: que se convierta en Cámara revisora y apruebe el paquete impositivo con ligeros cambios, antes del 30 de octubre.

De primera mano, no se ven sobresaltos en el horizonte, mucho menos encontronazos partidistas, ya que los legisladores argumentarán que la crisis económica obliga a captar recursos, vengan de donde vengan.

Al respecto, José Isabel Trejo, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, adelanta que sólo hay una ecuación para recaudar en 2010 y, por tanto, considera que los términos para ello ya fueron discutidos ampliamente por los diputados, sin embargo presume: "En el debate han pesado y pesarán las posturas económicas y financieras, más que las políticas". Al tiempo.



TRO

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