De Fábula

El Hombre y La Culebra

2009-11-05

Mal podría juzgar - exclamó la zorra -, lo que mis ojos no vieron desde el comienzo....

Un hombre, pasando por un monte, encontró una culebra que ciertos pastores habían atado al tronco de un árbol, y, compadeciéndose de ella, la soltó y calentó.

Recobrada su fuerza y libertad, la culebra se volvió contra el hombre y se enroscó fuertemente en su cuello.

El hombre, sorprendido, le dijo:

- ¿Qué haces? ¿Por qué me pagas tan mal?

Y ella respondió:

- No hago sino obedecer las leyes de mi instinto.

Entretanto pasó una raposa, a la que los litigantes eligieron por juez de la contienda.

- Mal podría juzgar - exclamó la zorra -, lo que mis ojos no vieron desde el comienzo. Hay que reconstruir los hechos.

Entonces el hombre ató a la serpiente, y la zorra, después de comprobar lo sucedido, pronunció su fallo.

- Ahora tú - dirigiéndose al hombre, le dijo -: no te dejes llevar por corazonadas, y tú - añadió, dirigiéndose a la serpiente -, si puedes escapar, vete.

Moraleja:

Atajar al principio el mal, procura; si llega a echar raíz, tarde se cura.



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