Reportajes
El eje nuclear de Teherán-Caracas
Por Bret Stephens, Dow Jones Newswires
A continuación, una escena de cooperación mundial: Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad se dirigirán a los asistentes a la cumbre de cambio climático de la ONU en Copenhague. Diga lo que quiera con respecto a estos dos caballeros: que apoyan a los terroristas, que niegan el Holocausto, que suprimen las libertades civiles, pero al menos nadie los puede acusar de negar la existencia del calentamiento global.
Al contrario, los dos líderes que se reunieron en Caracas el mes pasado por al menos undécima vez, han sido muy cooperativos en lo que respecta a las tecnologías neutrales en emisiones y respetuosas con el ambiente. Las bicicletas, por ejemplo. En 2005, Chávez dio la orden de "seguir seriamente el proyecto de fabricar bicicletas iraníes en Venezuela". Una planta de productos lácteos iraní (ecológicamente sensible sin duda alguna) que fue construida en la frontera con Colombia, en territorio controlado por la guerrilla terrorista colombiana de las FARC.
También está la fábrica de tractores que Irán construyó en Ciudad Bolívar. En enero, la agencia de noticias Associated Press informó que autoridades turcas confiscaron 22 contenedores enviados desde Irán a Venezuela marcados como "partes para tractor". Lo que contenían, según un funcionario turco "era suficiente para montar un laboratorio de explosivos".
Pero quizás la empresa iraní más interesante es una supuesta mina de oro cercana a las Cataratas del Ángel, en un área remota conocida como la Cuenca de Roraima. La cuenca circunda la frontera entre Venezuela y Guyana, en donde una compañía canadiense, U308, cree que ha encontrado el "parecido geológico" de la Cuenca de Athabasca en Canadá. Athabasca, agrega el sitio Web, "es el mayor yacimiento de uranio del mundo".
En 2006, Chávez públicamente se burló de las sospechas de cooperación nuclear con Irán, asegurando que "muestra que no tienen límites en su capacidad para inventar mentiras". Sin embargo, en septiembre, Rodolfo Sanz, el ministerio de industrias básicas de Venezuela, reconoció que "Irán nos está ayudando con pruebas geofísicas aéreas y análisis geoquímicos" en su búsqueda de uranio.
La base oficial para esa cooperación parece ser un memorando de entendimiento firmado el 14 de noviembre de 2008 entre los dos ministros de ciencia y tecnología y que me fue entregas por una fuente creíble de inteligencia. "Las dos partes acordaron cooperar en el campo de tecnología nuclear", dice el documento, que también menciona el "uso pacífico de energías alternativas". Días después, el gobierno venezolano envió un documento a la Agencia Internacional de Energía Atómica sobre la "Introducción de un Programa de Energía Nuclear". (los lectores pueden leer los memorandos en sus versiones en farsi y español en el sitio Web de la agencia, http://www.iaea.org. Sin embargo hay algo misterioso: la versión en farsi no menciona la cooperación nuclear).
De seguro Irán necesitará grandes y confiables suministros de uranio si va a enriquecer el combustible nuclear en 10 plantas diferentes, una ambición que a la que Ahmadinejad hizo mención el mes pasado. También requeriría una extensa red financiera, logística y de infraestructura en Venezuela, sin mencionar conexiones políticas inusualmente buenas. En este momento tiene todo eso y le sobra.
Considere la financiación: En enero de 2008, el Banco de Desarrollo Internacional abrió sus puertas en Caracas. En lo más alto de su lista de directores, todos ellos iraníes, se encuentra Tahmasb Mazaheri, ex presidente del banco central de Irán. Resulta que el banco es una subsidiaria del Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán, el cual en octubre de 2008 fue sancionado por el Departamento del Tesoro de EU por proveer "servicios financieros al Ministerio de Defensa y a la Logística de las Fuerzas Armadas".
Ahora considere la logística. Por casi tres años, la aerolínea venezolana ConViasa ha volado un Airbus 340 a damasco y Teherán. Ninguna de estas ciudades en un típico destino turístico venezolano. Qué viaja en los compartimientos de carga de ese avión tan grande es una pregunta interesante. También es interesante que en octubre de 2008 Islamic Republic of Iran Shipping Lines, también sancionada por el Tesoro anunciara la creación de una ruta directa de envíos a Venezuela.
Finalmente se encuentran las conexiones políticas. ¿Qué tienen en común Fadi Kabboul, Aref Richany Jiménez, Radwan Sabbagh y Tarek Zaidan El Aissami Maddah? La respuesta es que son, respectivamente, el director ejecutivo de planeación para la petrolera estatal venezolana PdVSA; el presidente del complejo militar-industrial venezolano, el presidente de un gran conglomerado minero estatal y finalmente, el ministro del interior. Latinoamericanos de ascendencia de Medio oriente han ocupado altos cargos en los negocios y la política de ese país. Pero todos estos son cargos nombrados por el estado, lo cual le da a la relación entre Irán y Venezuela un tiente preocupante.
Hace 47 años, los estadounidenses abrieron los ojos al hecho de que un poder distante podría amenazarlos en sus propia casa. Quizás sea hora de que Camelot 2.0 tome nota de que estamos en curso de que eso se repita.
EEM
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