Nacional - Seguridad y Justicia

Una semana después, México no confirma si coche bomba mató 4 en Ciudad Juárez

2010-07-23

El hombre, que transitaba por el lugar en el momento de la explosión, sufrió lesiones...

Ciudad Juárez (México), (EFE).- Una semana después de la muerte de cuatro personas en una explosión registrada en Ciudad Juárez, el Gobierno mexicano aún no ha confirmado si se trata de un coche bomba, como apuntan todos los indicios, y la zona de la deflagración sigue cerrada al tráfico.

Un portavoz de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) dijo hoy a Efe que todavía se desconoce si se trató o no de un coche bomba, a pesar de que el mismo día del ataque una autoridad militar dijo que en el vehículo habría diez kilos del explosivo plástico C-4.

De confirmarse esa versión, se trataría de la primera vez en que se utiliza un coche bomba en contra de la policía y contra la población civil, después de que en la década de los noventa los grupos del narcotráfico utilizaron dos vehículos con explosivos en contra de bandas adversarias.

Mientras tanto, en la considerada como ciudad más violenta de México, el miedo y la incertidumbre por lo ocurrido siguen presentes entre los ciudadanos y los familiares de los dos policías, el socorrista y el médico que murieron en el ataque del pasado día 16.

En las céntricas avenida 16 de Septiembre y calle Bolivia los conductores aún detienen sus vehículos para observar la bautizada por algunos como "zona cero", que permanece cerrada a la circulación.

Según pudo comprobar hoy Efe, todavía se hallan pedazos de metal y metralla y se pueden apreciar daños en los edificios contiguos al lugar de la explosión.

"Aún recuerdo el estallido, las ambulancias, gente gritando. Pensamos que había sido un choque por el corte de la energía y cuando salimos, vimos el incendio y los policías corriendo por todos lados", recordó a Efe una testigo de los hechos que prefirió no identificarse. "Desde ese día tenemos miedo hasta de salir a la calle", confiesa.

Hasta el momento, no se han dado a conocer las líneas de investigación abiertas ni se ha producido la detención de ninguno de los responsables del atentado.

Uno de los heridos, Eliseo Carrillo, un desempleado de 42 años, permaneció hospitalizado en el Centro Médico de Especialidades hasta ayer, cuando fue dado de alta por los médicos que lo atendían.

El hombre, que transitaba por el lugar en el momento de la explosión, sufrió lesiones graves al incrustarse en sus piernas varias piezas de metal y también presentaba varias quemaduras.

Su incertidumbre ahora es que no sabe quién pagará los gastos médicos que generó su estancia durante una semana en el centro médico, ya que asegura no haber recibido ningún apoyo por parte del Gobierno.

"Lo que le pido a Dios es recuperarme lo antes posible para poder buscar trabajo", dijo Carrillo a Efe al salir esta mañana de un santuario católico al que acudió a dar gracias por su recuperación. Ahora partirá a la ciudad de Fresnillo (Zacatecas) a dar gracias al Santo Niño de Atocha.

A pocos metros del lugar de la explosión está el consultorio en el que trabajaba uno de los fallecidos, el doctor Guillermo Ortiz Collazo. Allí, su hijo mayor Kevin Moisés recuerda los hechos y agradece que su padre sea reconocido como un héroe.

"A mi padre le debo el estar vivo. Los dos corrimos al momento de la explosión. Cuando escuchamos que había un herido, yo estaba en el consultorio porque me mandó por su maletín pero, cuando regresé, ya había policías impidiendo el paso" recuerda.

"Todavía no era mi tiempo, aún tenía una meta por cumplir. Ahora soy la cabeza de mi familia y ya que mi padre no está con nosotros, voy a sacar a mi madre y mis hermanos adelante", refirió.

El ataque representa una clara intensificación en las armas y tácticas empleadas por los poderosos carteles mexicanos de la droga, aseguran oficiales investigadores estadounidenses que se encuentran trabajando en coordinación con autoridades mexicanas.

Expertos en bombas adscritos a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos, quienes han estado entrenando a sus colegas mexicanos, se apresuraron a colaborar para reconstruir el dispositivo en estos últimos días.

La violencia no cesa en Ciudad Juárez en donde en lo que va de año más de 1.600 personas han sido asesinadas en hechos relacionados con el crimen organizado, de los cuales cerca de 140 son mujeres.



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