Internacional - Población

China limpia las calles de indigentes por el Día Nacional

2010-09-30

Marga Zambrana

Pekín, (EFE).- En vísperas de la celebración del Día Nacional de China, el Gobierno de Pekín trata de esconder, con encierros y detenciones ilegales, uno de mayores problemas del país, la proliferación de mendigos y desposeídos que fueron olvidados por el "milagro económico".

Autobuses y furgonetas cargados con cientos de indigentes entran y salen de un edificio gubernamental en el distrito pequinés de Jiujingzhuang, uno de los lugares, junto con Majialou, en los que el régimen chino oculta uno de sus mayores escollos en materia de derechos humanos: los peticionarios.

"El de los peticionarios es sin duda el problema más grave de violaciones de derechos humanos que sufre China", explica a Efe Xu Zhiyong, un abogado de 34 años especializado en este tipo de casos, motivo por el que ha sido detenido varias veces en esta década.

La última fue este mismo lunes, cuando acompañó a unos 80 expropiados de la provincia de Hunan ante la Oficina de Peticiones del Tribunal Popular Supremo de Pekín para reclamar una compensación justa por los desahucios forzosos de los que fueron objeto.

El caso de las expropiaciones es una de las principales causas de "petición" en China, un sistema que data de la época imperial y al que se acoge el pueblo cuando ha perdido todas las vías legales para exigir justicia en sus provincias natales.

El número de peticiones que recibe esta oficina judicial es un termómetro del descontento social en la segunda potencia económica: diez millones al año, una cifra que ha aumentado de forma exponencial en la última década.

Además de las expropiaciones forzadas de terrenos y vivienda, también son motivo de petición el desempleo, los maltratos físicos, la muerte de familiares en custodia, la detención ilegal en centros psiquiátricos y la corrupción de los funcionarios provinciales.

Decenas de miles de peticionarios esperan meses o años una inexistente respuesta a sus demandas malviviendo en Pekín.

Ya no tienen nada que perder; ya no tienen miedo: en las últimas semanas se han producido inusuales protestas masivas de peticionarios reclamando derechos humanos, cantando himnos comunistas o filmando su propia manifestación para documentarla en Internet.

A los 80 desahuciados de Hunan hay que sumar esta semana 300 veteranos comunistas que pedían mejores pensiones en Cantón (sur); en agosto, cuatro peticionarios se cortaron los dedos en Pekín y se los tragaron para criticar su situación de desempleo; este mes un expropiado de Jiangxi (este) murió al quemarse a lo bonzo y saltar por la ventana, el último de una creciente tendencia suicida.

La cifra de protestas en China por casos similares alcanza las 100.000 anuales, frente a las 50.000 de hace un lustro.

"La tendencia de protestas de peticionarios está aumentando", confirma Xu, quien se ha ocupado del caso de los suicidas bonzo. "En general protestan por dos motivos: expropiaciones de tierras de cultivo y demoliciones. Los dos son consecuencia de la corrupción".

Pekín ha puesto en marcha medidas para mejorar estos problemas esta semana, como el anuncio de una nueva regulación para aumentar las compensaciones por expropiaciones, valorada de forma positiva por analistas y abogados, o la investigación sobre las "cárceles negras", centros ilegales de detención de peticionarios.

Pero al mismo tiempo, ha condenado hasta ahora a unos 300 peticionarios por "perturbar el orden público"; o recurre, como hoy, a métodos ilegales para limpiar las calles de esta amenaza contra la "armonía" proclamada por el régimen del Partido Comunista de China, motivo por el que su informe de derechos humanos ha sido criticado.

Jiujingzhuang y Majiaolou son edificios gubernamentales en los que los peticionarios son retenidos ilegalmente durante horas o días hasta que se decide qué hacer con ellos: enviarlos de regreso a sus provincias o encerrarlos en una "prisión negra" o ilegal.

"En general los peticionarios no pasan mucho tiempo en Jiujingzhuang. El buró intenta quitárselos de encima rápido. En días destacados, como el Día Nacional, se hace 'limpieza' en Pekín", explica el abogado Xu.

En los alrededores de la Oficina de Cartas y Peticiones de Pekín, habitualmente repletos de denunciantes y de policía, apenas quedan hoy diez peticionarios y reina la calma.

"La policía se llevó a un 80 por ciento de ellos", explica a Efe Liu Dejun, un activista que ayuda a peticionarios y mendigos a salir adelante. "Empezaron a llevarlos a Jiujingzhuang el día 26. Allí pasan varios días. En fiestas destacadas la policía los 'limpia' de las calles", concluye.

Entre los "nuevos delitos" más populares está la obtención de números de tarjetas de crédito, el sabotaje de redes, la extorsión y el espionaje informático.

Para reforzar la seguridad e incrementar la prevención de los sistemas informáticos comunitarios, Bruselas propone renovar el reglamento de la ENISA, ha explicado en rueda de prensa la titular europea de Agenda Digital, Neelie Kroes.

"Los ciudadanos europeos solo utilizarán la informática si tienen confianza y se sienten seguros al conectarse en línea", ha explicado Kroes.

Según el nuevo reglamento para la ENISA que propone Bruselas, los Estados miembros tendrían la obligación de responder rápidamente a las peticiones urgentes de ayuda en caso de ataques informáticos para así hacer más efectiva la cooperación judicial y policial transfronteriza.

La propuesta prorrogaría por cuatro años más el mandato de la ENISA, creada en 2004 con el objetivo de asegurar una "alta y efectiva" seguridad informática en la UE para proteger a ciudadanos, empresas e instituciones públicas.



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