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El estadio de Ginebra, la gran baza para el desarrollo del Servette FC

2011-02-09

Pero, el Servette, que conoció épocas más gloriosas y fecundas, se encuentra...

Adolfo Guidali / AFP

GINEBRA.- El fútbol suizo, conocido tanto como proveedor de buenos jugadores como animador de torneos internacionales, sin embargo, conoce un desarrollo económico diferente al del resto de Europa, por lo que el Servette FC, locatario del estadio de Ginebra, busca soluciones originales.

Este miércoles, precisamente, el pequeño y moderno coliseo se convertirá en la sede del séptimo partido internacional amistoso que disputan entre sí las selecciones de fútbol de Argentina y Portugal.

No obstante, Suiza sabe lo que es organizar una Copa del mundo, puesto que fue anfitrión del quinto torneo ecuménico, el de 1954, ganado por Alemania.

Pero, el Servette, que conoció épocas más gloriosas y fecundas, se encuentra actualmente en la segunda división del balompié helvético, en la denominada 'Challenge League'.

El club de uniforme entero granate es más que centenario. En 1890 conoció sus albores como una institución dedicada al rugby, pero no había finalizado la década que un equipo denominado 'Sunday team', a las pocas semanas de haber sido creado, se acercó a la misma para convertirse en la sección futbolera, que fue oficializada en 1900.

Desde entonces, el club ganó 17 veces el campeonato helvético y 7 Copas de Suiza, aunque en esta última competición también cayó en una docena de finales.

Actualmente, bajo la batuta del entrenador portugués Joao Alves, el equipo, que supo alternar en las competiciones de la UEFA, busca redorar blasones y volver a la élite del fútbol nacional.

Pero, ahora y siempre, para que un club pueda evolucionar a nivel deportivo el aspecto financiero se revela clave.

Al pensar en una ciudad como Ginebra, con una gran calidad de vida, e incluso en toda la Confederación Helvética, además de los paisajes montañosos, los lagos y el chocolate, la tendencia es también a asociarla con los grandes bancos y las sedes de los organismos internacionales.

En pocas palabras, una ciudad y un país donde el dinero fluye por doquier.

Sin embargo, hay una particularidad que diferencia al balompié helvético respecto al del resto del continente y buena parte del mundo. Los derechos televisivos en Suiza no superan el 5% de los ingresos de los clubes, mientras que en Francia e Italia ronda casi el 60% y en España el 40%, por ejemplo.

Por consiguiente, los 'granate' han decidido echar mano a la inventiva y desarrollar un proyecto económico que gire por completo alrededor de su estadio.

Éste, ubicado a muy pocos kilómetros del centro de la ciudad, se encuentra en un lugar de fácil acceso, rodeado de amplios espacios y barrios más bien residenciales.

La capacidad del mismo es para unos 30.000 espectadores cómodamente sentados, ideal para la población local, pero la idea va más allá de lo estrictamente deportivo, dejando de lado los resultados futbolísticos que por ahora no acompañan, y tratar de convertir el lugar en un centro de ocio multifuncional.

De hecho, el estadio está ya flanquedao por un hotel y un centro comercial.

Además de proveer al recinto, que por el momento sólo parece una muy bien diseñada estructura de hormigón, eso sí, con muy buenas instalaciones internas, de un discoteca, museo y tienda dedicados al club, desarrollar la organización de mega-conciertos y eventos comerciales, un objetivo esencial es lograr la identificación de los ginebrinos con su club y su recinto.

Por ahora, éstos, hinchas menos apasionados que en otras partes del mundo, no se sienten seducidos por la frialdad y lo gris del concreto que, de acuerdo a los objetivos de la institución, irá tomando vida y color hasta convertirse en un referente más de la gran ciudad de la ribera más sureña del lago Leman, donde sus aguas se unen a las del Ródano.



KC
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