Internacional - Población

Violencia en Siria pone a Irán en una situación embarazosa

2011-04-28

El parlamento iraní, rápido para adoptar posiciones extremas en política...

Por Laurent Maillard, AFP

TEHERÁN - La crisis siria, que ha causado centenares de muertos, coloca a su aliado iraní en una situación embarazosa que lo lleva a actuar con prudencia respecto a Damasco, lo que contrasta con la virulencia de sus críticas contra los otros regímenes árabes en la misma situación, según analistas.

Silenciosos al comienzo, los dirigentes iraníes terminaron por tomar acta de la violencia en Siria, aun cuando han tratado de minimizar la crisis.

"Son asuntos internos de Siria. Siria es nuestra amiga (...) Estamos seguros de que el gobierno y el pueblo sirios resolverán sus problemas en calma y llegarán a un entendimiento", afirmó a comienzos de abril el presidente Mahmud Ahmadinejad.

Aun cuando deslizó la frase de que "no hay otra vía sino aceptar la libertad del pueblo (...) y el voto de la mayoría, en Siria y en cualquier lugar", dijo tratando de disculpar a los dirigentes sirios en nombre de la lucha común de Teherán y Damasco contra Israel.

Los disturbios en Siria responden "al objetivo de Estados Unidos, de sus aliados y del régimen sionista que es de quebrar el frente de la resistencia" al Estado hebreo, afirmó.

El parlamento iraní, rápido para adoptar posiciones extremas en política exterior, ha permanecido hasta el presente mudo sobre la situación en Siria, sobre la cual informa ampliamente la prensa, pero de manera esencialmente factual.

Esta prudencia contrasta con la virulencia de las críticas iraníes contra la represión de los movimientos populares en el mundo árabe, sobre todo en Báhrein, donde la población, mayoritariamente chiita como en Irán, es dirigida por una dinastía sunita.

"Irán apoya el movimiento de revuelta árabe en los otros países, pero no en Siria ya que Damasco resiste a Israel, y Teherán funda sus relaciones con los países árabes en base a su grado de oposición" al Estado hebreo, comenta Mohammad Saleh Sedghian, director del Centro de estudios árabo-iraní con sede en Téhéran.

"Al mismo tiempo, alguna élites critican esta diferenciación, y los responsables iraníes han adoptado una actitud más equilibrada en los últimos días", mientras que el balance de víctimas de la represión no cesa de agravarse, añade Sedghian, interrogado por la AFP.

Siria, mayoritariamente sunita pero dirigida por una minoría chiita alauita, es el principal aliado de Irán en el mundo árabe desde la revolución islámica de 1979.

En el plano estratégico, un derrocamiento o una debilitación del régimen sirio "solo tendría consecuencias negativas para Irán", estima Mehrdad Serjouie, analista independiente en Teherán.

"Siria constituye la vía de acceso de Irán al Líbano y al Hezbolá" apoyado por Teherán e "Israel saldría ganando con una ruptura de ese lazo que reduciría la presión" del movimiento chiita libanés sobre el Estado hebreo, estima.



EEM

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