Reportajes

Dos vacas, cien pollos y Al Qaida: bienvenidos a la "granja Bin Laden"

2011-05-08

Cinco de ellas murieron durante el asalto estadounidense del domingo: Bin Laden, uno de sus hijos,...

Por Emmanuel Duparcq, AFP

ABBOTTABAD - Rodeado de tres mujeres, una decena de niños, un centenar de pollos, dos vacas y conejos, el jefe de Al Qaida, Osama Bin Laden, disfrutaba de una vida tranquila ritmada por las cosechas de su pequeña granja paquistaní de Abbottabad.

En un vídeo de aficionado grabado con un teléfono móvil por un soldado paquistaní, se ve una docena de huevos en el fregadero de la cocina, posiblemente recién llegados del gallinero que tenía la familia de Bin Laden en su casa a los pies del Himalaya paquistaní.

En esta casa blanca de tres plantas, una veintena de personas vivía alrededor del hombre más buscado del mundo.

Cinco de ellas murieron durante el asalto estadounidense del domingo: Bin Laden, uno de sus hijos, sus dos guardias -apodados los 'kuwaitíes'- y una mujer, según fuentes de seguridad paquistaníes.

Los supervivientes, las tres mujeres de Bin Laden y sus hijos, fueron detenidos por el ejército paquistaní. Durante el interrogatorio, la esposa más joven, Amal Ahmed Abdulfata, una yemení de 29 años, aseguró que su marido vivía en esa casa desde hace cinco años.

Según Washington, los documentos incautados en la residencia durante el asalto demuestran que era un "jefe activo de Al Qaida".

El vídeo del soldado, grabado el martes antes de que el ejército paquistaní vaciara por completo la casa, dan una idea del día a día de esta pequeña comunidad, organizada por "Tariq" y "Arshad", dos hermanos paquistaníes nacidos en Kuwait (lo que explica su apodo), donde su padre se había hecho amigo de Bin Laden.

Al contrario de lo que dicen los estadounidenses, la casa de tres plantas no es lujosa. Carece de balcones y, más que una mansión, parece una pequeña clínica un tanto siniestra.

Su interior es espartano: baldosas grises, paredes y escalera de hormigón, muebles rudimentarios de madera, colchones de espuma y televisores anticuados. La habitación del jefe de Al Qaida, cuya familia ocupaba las dos últimas plantas, no es una excepción.

En el jardín, a la sombra de altos muros de hormigón y de grandes álamos, los Bin Laden tenían "dos vacas, dos perros y más de un centenar de pollos", enumera Qasim Mohamad, su vecino.

Otro, el joven Zarar, de 14 años, afirma haber entrado una vez en la casa. "Vi a dos mujeres que hablaban árabe y me regalaron dos conejos".

Sólo se autorizaba a un hombre entrar de vez en cuando en los jardines. Era Shamrez Mohamad, el padre de Quasim, un campesino que se encargaba de dar de comer a los animales y de ayudar a cultivar patatas, coliflor y judías, y de sulfatarlas.

Detenido por el ejército paquistaní después del asalto estadounidense, el campesino, un testigo clave, fue liberado el viernes. Según su hijo se ha ido de la ciudad.

El ganado pasó, por su parte, a manos del ejército y acabará probablemente en la cazuela.

El lunes por la mañana, Mohammad Kareem, un agente inmobiliario, vio "soldados correr detrás de los pollos" alrededor de la casa. "Se los comerán con su familia", asegura. En cuanto a las dos vacas, se encuentran, según él, "de camino hacia una de las granjas industriales" de las inmediaciones.

Por el contrario la suerte que corrieron los conejos es un misterio.

Según fuentes del entorno de las redes yihadistas, Bin Laden estaba muy enfermo del riñón y necesitaba tratamiento médico. Pero los vecinos no vieron a nadie entrar de forma regular en la casa.

Frente a los investigadores, Amal Ahmed Abdulfata, citada por la prensa local, aseguró que su marido, 25 años mayor que ella, no estaba últimamente "ni débil, ni frágil". En su huerta de Abbottabad, el jefe de Al Qaida se curaba, según ella, con sus propios remedios naturales, "sobre todo con sandía".



EEM

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