Nacional - Política
Demanda Calderón apoyo internacional equivalente a venta de drogas
Héctor Álvarez Fernández. Enviado / Notimex
Guatemala.- El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, se pronunció porque la ayuda internacional para el combate a las drogas sea equivalente al flujo de dinero en dólares que los criminales reciben para organizarse.
"Si la venta de cocaína es un mercado de ventas brutas de 35 mil millones de dólares en Estados Unidos, según se calcula y una buena parte de esos miles de millones de dólares tienden a alimentar a las bandas criminales aquí, la ayuda internacional debe ser por lo menos equivalente al flujo de dinero en dólares que los criminales reciben aquí para organizarse y para matar", anotó.
Al participar en la Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, el mandatario indicó que se debe aumentar la cooperación internacional "no de manera simbólica, porque esto no se trata de caridades", sino de manera real para neutralizar la fuerza de los criminales.
Ante los mandatarios de Centroamérica, Belice, Panamá y Colombia, y de la secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton, se pronunció por revisar los paradigmas respecto de la política sobre drogas.
Lo anterior, dijo, antes de que los pueblos sigan sufriendo la violencia y la muerte, y "de que los señores de la muerte terminen por enseñorearse de nuestras sociedades".
Sostuvo que si Centroamérica, el Caribe y México no estuvieran en la "ruta de las drogas", y concretamente de la cocaína, "nuestra realidad sería muy distinta y nuestra vida sería mucho menos violenta y nuestros países mucho más seguros".
El titular del Ejecutivo mexicano consideró tres puntos esenciales para el combate al crimen organizado trasnacional: reducir el consumo de drogas, prohibir la venta de armas de asalto a la región, y revisar los paradigmas de la política sobre el manejo de drogas.
Planteó la necesidad de revisar "con urgencia" los temas relacionados con las drogas mismas, y subrayó que resulta inaplazable imponer controles al tráfico ilegal de armas a la región.
Calderón Hinojosa señaló que esta Primera Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica es "un hito" y representa un paso muy importante y trascendental en la solución de un problema que tienen los países en común.
Subrayó que ante el crimen organizado los estados no pueden presentar un "frente desorganizado", sino que tienen que cerrar filas y responder unidos y organizados entre sí.
El presidente mexicano dijo que la falta de seguridad se ha convertido en el principal obstáculo del desarrollo y del bienestar de los pueblos, "y en consecuencia, para poder tener bienestar, además de una fuerte política social y de crecimiento económico, también tenemos que conseguir el objetivo medular de la seguridad".
Comentó que en México se ha decidido hacer frente a la criminalidad con determinación, porque padece enormemente el problema, al igual que todo Centroamérica.
Además, mencionó que la mejor herencia que se puede dejar a las generaciones por venir es un país de leyes y de instituciones, de tranquilidad y paz con justicia, libertad y democracia.
Aclaró que más que una guerra contra el narcotráfico la lucha de México es por la seguridad, en una estrategia por tener un país de leyes, con valores y con pleno Estado de derecho.
Dio a conocer que en México se han decomisado en cuatro años 53 mil vehículos terrestres, más de 500 aeronaves de todo tipo, desde jets hasta avionetas pequeñas de cruce de frontera, casi 12 millones de cartuchos, y 112 mil armas, de las cuales 60 por ciento son rifles de asalto, y 70 u 80 por ciento fueron vendidos en Estados Unidos.
Añadió que esta historia se complementa con una "trágica" pérdida de vidas humanas, de miles de mexicanos e incluso centroamericanos en México.
En el encuentro participan los presidentes de Guatemala, Álvaro Colom; de Costa Rica, Laura Chinchilla; de El Salvador, Mauricio Funes; de Honduras, Porfirio Lobo; de Panamá, Ricardo Martinelli; de Colombia, Juan Manuel Santos; y el primer ministro de Belice, Oliver Barrow.
KC
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