Internacional - Población

Miles de peregrinos viven en Madrid una Semana Santa especial

2011-08-19

Otras obras maestras son las representaciones de la última cena, con Jesús y los 12...

Por Gabriel Rubio

MADRID, (AFP) - "Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se lamentaban y lloraban por Él", lee un sacerdote ecuatoriano, rodeado por un grupo de fieles, ante la imagen de la Verónica limpiando el rostro de Jesús, una de las estaciones de un Vía Crucis estival muy especial.

El sacerdote finaliza el pasaje del evangelio de Lucas y todo el grupo entona un pequeño canto y encamina sus pasos hacia la siguiente estación, que muestra la imagen de Jesús siendo despojado de sus vestiduras, en un Camino de la Cruz que ocupa todo el Paseo de Recoletos madrileño, entre las plazas de Colón y de Cibeles, en el corazón de la capital española.

"Es curioso e interesante que se pueda hacer un Vía Crucis en agosto", relata, con una media sonrisa, el joven Sebastián Castillo, de 14 años, que acompaña a esa delegación de Pasionarias de Ecuador llevando la bandera de su país.

El Vía Crucis, una de las tradiciones de la Semana Santa española, es uno de los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que preside el Papa Benedicto XVI.

La Pasión de Cristo desde su última cena con los apostóles hasta su cruxifición y la soledad de la Virgen tras su muerte ha sido representada en el centro de Madrid con 14 tallas de Semana Santa llegadas de varias regiones de España, algunas de ellas obras barrocas de los siglos XVII y XVIII.

Una de estas es la que ocupa la séptima estación, "El cirineo ayuda al Señor a llevar la Cruz", una talla que representa a Jesús cubierto con un manto morado llevando la cruz, ayudado por un cirineo, puesto sobre un recargado andamiaje dorado.

"Es una maravilla. He venido para ver los pasos, ya he hecho el recorrido para adelante y para atrás", dice Maruchi de Castro, una química española de 55 años, mientras observa la talla, procedente de León (norte), donde en Semana Santa sale en procesión llevada a hombros por 94 porteadores.

Otras obras maestras son las representaciones de la última cena, con Jesús y los 12 apóstoles sentados a una mesa, de 1763, procedente la Iglesia de Jesús de Murcia (sudeste) o la de Jesús sentenciado a muerte, que muestra a un Jesús hierático, con un manto morado y coronado de espinas.

"Esto es precioso y Madrid está muy contento", añadió Maruchi, que prefiere seguir las grandes ceremonias desde casa porque "hay mucha gente y, además, creo que esto es la fiesta de los jóvenes, es para ellos".

"Es curioso hacer una Semana Santa en agosto, es extraño, pero está bien, porque es una representación de la vida de Cristo, que es el modelo principal para la juventud", dice por su parte Francisca Rivera, una estudiante chilena de 16 años.

Como ella, miles de personas desafían el sol de justicia que cae sobre Madrid para ver los pasos, separados de los peregrinos por un pasillo limitado por barreras, y vigilados atentamente por decenas de policías y voluntarios de las JMJ.

Por ese pasillo desfilará la Cruz de la JMJ llevada por un grupo de jóvenes representantes de 15 países.

Algunos de los peregrinos de la JMJ, ataviados con las ya habituales camisetas amarillas y con sus mochilas, empezaron a tomar ya posiciones sobre los jardines que bordean el recorrido para tener la mejor vista, a pesar de que faltan más de cinco horas para la llegada del Pontífice para uno de los principales actos de las JMJ.

"Es impresionante", dice Randy Toro, estudiante puertorriqueño de 28 años, mientras observa las tallas.

Sus compañeros y él, que visten unas camisetas azules con el lema "Solidaridad de Cristo", han recorrido las estaciones y ahora están listos para el acto principal.

"Vamos a estar aquí para volver a ver al Papa", asegura, tras haber estado la víspera en el primer gran encuentro de Benedicto XVI con los jóvenes.



AGVR

Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...



Utilidades Para Usted de El Periódico de México