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El Ramadán en Dubái: ¿un mes de comida desperdiciada?

2011-08-21

La cantidad de comida botada en el emirato aumenta considerablemente en el mes sagrado, cerca de un...

Por Jason Benham y Warda Al-Jawahiry, Reuters

DUBAI - Afuera de la mezquita Fatima Hassan de Dubái hay cientos de trabajadores sentados en el suelo en silencio frente a platos repletos de fruta, pakora y biryani, mientras aguardan pacientemente en medio del calor y la humedad comenzar su iftar de Ramadán.

Cerca de allí, voluntarios cubiertos de transpiración sirven apresuradamente vegetales fritos y platos de carnes guisadas a base de arroz sobre platos para los últimos invitados.

Faltan pocos minutos para que el sol desaparezca por debajo del horizonte, el momento en que los musulmanes pueden romper su ayuno de todo el día en el mes sagrado que concluye cuando finaliza agosto.

La mezquita, situada a sólo metros de la cala de Dubái, la ubicación del polo comercial original del emirato cuando éste sólo era un pequeño centro de comercio y pesca, ofrece un iftar gratuito para los pobres todos los días del mes sagrado, con suficiente arroz, cordero y pollo para alimentar a unos 1.500 o 1.800 trabajadores por sesión.

El Ramadán genera un enorme aumento de los residuos de comida en la ciudad y en el Golfo, cuando los restos de los extravagantes banquetes son desechados en una región donde las altas temperaturas del verano hacen que la comida fresca se descomponga rápidamente.

"Casi no generamos desechos. Lo que sea que sobre se lo damos a la gente. Llamamos a la gente y se lo damos", dice Nour Mohammed, un coordinador de ventas que sirve comida de forma voluntaria.

Pero no todos los iftar de Dubái son platos sencillos provistos para los pobres, muchos de los cuales son trabajadores migratorios, cobran menos de 1.000 dirhams (272 dólares) al mes y a menudo tienen grandes deudas.

En los últimos 50 años, Dubái se ha transformado en un centro regional de comercio y turismo reconocido por sus extravagantes proyectos inmobiliarios, un ostentoso estilo de vida y lujosos banquetes en hoteles y restaurantes para complacer las demandas de adinerados consumidores que quieren la mejor comida fresca en sus festines de iftar.

El emirato cuenta con la torre más alta del mundo, islas artificiales en forma de palmeras que se ven desde el espacio y una serie de hoteles de lujo -incluyendo el Burj Al Arab en forma de vela-, muchos de los cuales sirven enormes iftar para quienes pueden costearlos.

Los iftar en los lugares de mayor nivel son con frecuencia costosos, y algunos cuestan hasta 200 dirhams (55 dólares) por persona.

"Ellos ven el Ramadán como la posibilidad de reunir a un grupo demográfico que no consume alcohol y cuya economía ha estado lenta por un tiempo", dice Mishaal al-Gergawi, un comentarista de temas de actualidad de Emiratos Arabes Unidos.

DESPERDICIO

A pesar de las horas de preparación dedicadas a los despliegues de comida, los camareros de los mejores hoteles de Dubái dicen que gran parte de los restos va directo a los tachos de basura.

La cantidad de comida botada en el emirato aumenta considerablemente en el mes sagrado, cerca de un 20 por ciento según la municipalidad de Dubái. Gran parte de los desechos son arroz y alimentos no vegetales.

Un promedio de 1.850 toneladas de comida fueron desechadas al día durante el Ramadán en 2010, aproximadamente el 20 por ciento de los residuos totales del emirato durante el mes sagrado, dijo la municipalidad.

En el vecino Abu Dabi, capital de Emiratos Arabes Unidos, se tiran al menos 500 toneladas de comida diariamente durante el mes según informó en agosto del año pasado el periódico local The National.

"Caliente y fría, toda la comida del buffet es arrojada a la basura", dice un camarero de un hotel cinco estrellas de Dubái, quien sólo se identificó como Nazir por temor a perder su trabajo.

Nazir agrega que incluso a veces la comida tirada a la basura o a recipientes es reciclada.

Sin embargo, expertos gastronómicos de los importantes hoteles JW Marriott y Hilton en Dubái dijeron que no tienen contemplado arrojar la comida a la basura a pesar de preparar hasta un 15 por ciento más de alimentos durante el mes sagrado.

"Tenemos sistemas de control que nos ayudan a evitar los excesos", dijo Simon Lazarus, director del área de comidas y bebidas de Hilton Internacional, Oriente Medio y Africa.

"Aunque sólo sobre un poco, el personal se lo comerá todo. Nunca reciclamos comida y tenemos una estricta política de no hacerlo", dijo Lazarus.

ESPIRITU DE AYUNO

El gran aumento de desechos de alimentos durante el mes sagrado ha suscitado críticas de eruditos religiosos que dicen que esto va en contra del espíritu del ayuno.

"Desperdiciar las bendiciones de Alá, como la comida, particularmente en un momento en que uno ve gente pasando hambre en Etiopía, Somalía y otros lugares, no encaja con la noción islámica de la moderación", dijo Sheikh Muddassir Siddiqui.

"Los hoteles deberían reducir la cantidad de comida que ofrecen. No debería ser una cuestión de prestigio. Los iftar en los hoteles no deberían estar pensados sólo para gente rica sino para todos, particularmente para los menos afortunados y hay muchos de ellos", añadió Siddiqui.

Una entidad de caridad que busca ayudar a los pobres y necesitados es Hefth al-Ne'ma, que en árabe significa "gracia salvadora".

Creada en 2004, esta organización radicada en Abu Dabi recoge los restos de comida de grandes encuentros como bodas, banquetes e iftar de hoteles de la capital de Emiratos Arabes Unidos para distribuir los alimentos que pueden ser consumidos sin riesgos.



EEM

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