Reportajes

En Afganistán una generación de soldados de EU marcados por el 11/9/2001

2011-09-06

Cerca de 3,000 personas murieron en los ataques del 11 de septiembre, perpetrados por kamikazes que...

Por Katherine Haddon

BASE DE BAGRAM, (AFP) - La teniente estadounidense Holly Kellmurray, destacada en la base afgana de Bagram, recuerda que el 11 de septiembre de 2001 tenía solo 13 años. Ese día, impactada por el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, decidió que se enrolaría en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

Cuando Kellmurray se enteró del atentado estaba en su colegio, situado al oeste del estado de Nueva York, cerca de las cataratas del Niágara y de la frontera canadiense, lejos de Manhattan y de imaginar que un día iba a servir en Afganistán.

"No me interesaba la vida militar antes del 11 de septiembre. Súbitamente sentí el patriotismo. Fue como si se hubiera activado un interruptor y me dije: tengo que servir a mi país", explica Kellmurray.

"Honestamente, no sabía lo que era el World Trade Center. Pero supe enseguida que era un ataque contra Estados Unidos", agrega Kellmurray.

Cerca de 3.000 personas murieron en los ataques del 11 de septiembre, perpetrados por kamikazes que había desviado cuatro aviones de línea y reivindicados por Al Qaida.

Dos aviones destruyeron las Torres Gemelas, otro se estrelló contra el Pentágono y el cuarto se estrelló en un campo sin alcanzar su objetivo.

El 7 de octubre siguiente, Estados Unidos invadió Afganistán en busca del cerebro de los ataques, Osama Bin Laden, fundador de Al Qaida, y con el objetivo de derrocar al régimen de los talibanes que se negaba a entregarlo.

En la base de Bagram hay un trozo de una viga metálica del World Trade Center, en la cual está grabada la fecha del 11/09/2001.

Ese día, el capitán John Salazar, neoyorquino del barrio de Brooklyn, vio incrédulo, al salir del metro en Manhattan, las Torres Gemelas en llamas. Poco después escuchó el terrible rugido de las torres al derrumbarse y quedó cubierto de una "nieve" de cenizas.

Al regresar a su domicilio se enteró de que uno de sus camaradas de liceo había perdido la vida en una de las torres.

Salazar, de profesión guía turístico, ya era reservista, pero fueron los atentados de ese día lo que lo llevaron a Afganistán.

El 11 de septiembre "es uno de los momentos determinantes de mi vida, sin lugar a dudas. Colocó a mi vida en una trayectoria totalmente diferente", explica el capitán Salazar, 36 años.

"Estoy en Afganistán y eso no sería así" sin los atentados, agrega.

"Cuando bajé del avión en Afganistán, el 24 de junio de 2010, pensé que ese era mi destino y lo viví como una redención pues al fin era capaz de hacer algo", dice Salazar.

El 11 de septiembre de 2001 "no sabía gran cosa sobre Afganistán y los talibanes eran un misterio", recuerda Salazar.

Diez años después de los atentados, las fuerzas armadas estadounidenses siguen enfrentando a los talibanes cuya insurrección se intensifica y se extiende.

En los meses siguientes al 11 de septiembre, los pedidos de enrolamiento en el ejército estadounidense explotaron.

"Todos estaban muy indignados", recuerda la sargento Celia Torres, que en aquella época trabajaba en una oficina de reclutamiento del ejército cerca de Nueva York.

"Muchos de los aspirantes habían perdido a alguien en las Torres", agrega Torres.

"Es difícil utilizar la palabra revancha. Tratamos de no utilizar esas palabras -venganza, revancha- pero era más o menos lo que la gente sentía. Querían dar golpe por golpe", cuenta Torres.



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