Reportajes

Gaza vive surgimiento de buena vida pese a pobreza

2011-09-18

Por Crispian Balmer, Reuters

GAZA - En medio de la pobreza y las carencias de la Franja de Gaza han empezado a aparecer unas pocas señales de prosperidad, algo que le muestra a los locales cansados de la violencia el confort que en gran parte del resto del mundo dan por descontado.

Un elegante hotel que aspira a brindar un servicio cinco estrellas, un centro comercial que cuenta con la primera escalera mecánica de Gaza y un flamante supermercado repleto hasta el techo han abierto sus puertas hace poco en el enclave palestino.

Su aparición no significa que se estén extendiendo la riqueza y el bienestar en el pequeño territorio, porque no es así. Pero son indicios de una renovada voluntad por parte de extranjeros de invertir en Gaza y considerar su potencial en el futuro.

"Mis amigos me habían hablado de esto y hoy es mi primera visita. Es asombroso", dijo Ali Mohammed, un técnico telefónico de 45 años que llegó a Gaza a comprar chocolates en la tienda central de Al-Andalusia, que cuenta con tres niveles.

"Es como si no estuviésemos en Gaza. El bloqueo está a la vista en todas partes, pero no aquí", señaló Mohammed.

Israel ha impuesto un estricto bloqueo sobre Gaza en respuesta a los reiterados ataques con cohetes por parte de militantes islamistas en los últimos seis años. Sin embargo, algunas de las restricciones han sido flexibilizadas en los últimos 12 meses, lo que permitió que Al-Andalusia cobre vida.

Un grupo de comerciantes palestinos, muchos de ellos formados en el exterior, se han asociado con inversores extranjeros para inyectar 4 millones de dólares en el emprendimiento, usando sus contactos para ayudar a llenar la tienda con mercaderías de todo Oriente Medio.

PARA LA ELITE

Parte de la mercadería es importada de forma legítima a través de Israel. Otros productos llegan a través de túneles de contrabando que conectan Gaza con Egipto, lo que le da a los compradores una inusual cantidad de posibilidades de elección bajo un mismo techo.

"Originalmente quisimos construir un verdadero centro comercial, pero empezamos con esto como prueba", dijo el gerente general Ihab Al Esawi, quien espera recuperar la inversión inicial en tres años, en la medida en que Israel no arruine sus planes.

"Hace falta tener fe", dijo el hombre sonriendo.

Hasta 2.000 personas visitan la tienda al día, incluyendo a muchos niños que usan la flamante escalera mecánica sin cesar. Esta es la segunda escalera mecánica instalada en el enclave y la primera en ser utilizada en un comercio que está abierto al público.

"Esto es tan emocionante", dijo Bilal Haboush de 10 años, aferrándose a la baranda, con sus ojos bien abiertos de alegría como si estuviese montando la más moderna montaña rusa de Disney World.

Los altos precios en Al-Andalusia y en el cercano Metromarket, un supermercado que no parecería fuera de lugar en un adinerado estado del Golfo, significan que solo la elite de Gaza puede hacer las compras allí regularmente.

La agencia de la ONU para refugiados palestinos, UNWRA, dice que aproximadamente 1,2 millones de los 1,5 millones de habitantes de Gaza están inscriptos como refugiados, y el desempleo ronda el 45 por ciento, siendo uno de los índices más altos del mundo.

"La combinación del desempleo persistentemente alto y el continuo deterioro del salario real de los trabajadores remarcan los significativos niveles de pobreza", dijo la UNWRA en un informe publicado en junio.

Pero todavía existen pequeños focos de riqueza, y el grupo islamista Hamas, que ejerce el poder con firmeza en Gaza, luce cada vez más interesado en ver florecer los emprendimientos locales como una forma de diversificar sus fuentes de ingresos y generar empleo.

Resulta difícil medir la participación de Hamas en las entidades privadas que han surgido en el último año, pero seguramente no podrían funcionar sin aprobación previa, y al menos, le proporcionan al grupo ingresos muy bienvenidos.

"Hamas está pasando de ser solo un movimiento militar y entidad de caridad a buscar ganar dinero", dijo Omar Shaban, director del grupo Pal-Think con sede en Gaza.

"Incluso Hamas ahora comprende lo que significa tener una buena vida, que no todo se trata de la jihad y el martirio. Están empezando a ir terrazas de hoteles con sus familias. Es algo bueno. Sienten que tienen algo que perder", añadió.

¿HOTEL, OASIS O ESPEJISMO?

Una de las terrazas de hotel más impactantes en todo Oriente Medio abrió a comienzos de este año en el extremo norte de Franja de Gaza, cerca de la base de entrenamiento militar de Hamas y uno de los mayores campamentos de refugiados del territorio.

Concebido originalmente como un café cuando comenzó a construirse en la década de 1990, el diseño más adelante se transformó en un hotel con 220 camas que iba a ser operado por la cadena de lujo Movenpick.

Pero la empresa se retiró antes de que el primer huésped llegara al lugar, después de que Hamas tomara el control de Gaza en 2007 tras una breve guerra civil. Las posterior intensificación del bloqueo israelí y los reiterados choques entre ambos bandos dejaron al proyecto en suspenso.

Finalmente, este año el grupo español ArcMed acordó administrar el recientemente bautizado Al Mashtal, enviando a un par de experimentados gerentes para capacitar a los 70 empleados locales.

El turismo no es una opción en un territorio en el que el acceso de los extranjeros está muy limitado, pero un puñado de trabajadores humanitarios y algún expatriado palestino adinerado que visita a su familia han dormido aquí.

Además, los restaurantes y cafés junto a la piscina de natación tienen mucha más actividad de la minoría acaudalada.

En la piscina no está permitido bañarse, debido a las reglas locales que prohíben a hombres y mujeres nadar juntos.

Pero sin un cambio radical en el panorama regional y una variación dramática en las relaciones entre Israel y los habitantes de Gaza, resulta difícil imaginar que la clientela local de los hoteles vaya a crecer.

"La clase media aquí está disminuyendo. La gente está cayendo en la pobreza o termina huyendo", dijo el economista Shaban.

Parado como un oasis sobre la desprolija franja frente al mar, está claro que Al Mashral no puede escapar de la realidad de la vida en Gaza. Semanas atrás un ataque israelí con misiles mató a dos islamistas armados que andaban en motocicleta a unos 500 metros del hotel.

Entonces ¿se trata de un triunfo de la esperanza sobre la adversidad?

"El tiempo lo dirá", dijo el lacónico gerente español Rafael Carpinell.



EEM

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