Refranero

En tierra de ciegos, el tuerto es rey

2006-11-17

Hay dos clases de escritores geniales, los que piensan y los que hacen pensar.

El mundo no está mal,
lo que pasa es que hemos perdido las instrucciones.

El poder humano se parece al divino
cuando la misericordia produce justicia.

El pretexto para todas las guerras:
Conseguir la paz.

El problema del hombre no está en la bomba atómica,
sino en su corazón.

El que anda con lobos, a aullar se enseña.
 
El que hace la ley, hace la trampa.
 
El que se ocupa demasiado en hacer el bien
no tiene tiempo de ser bueno.

El sabio calla, el inteligente discute, el idiota grita...

El tiempo es el mejor autor:
siempre encuentra un final perfecto.

El valor de una idea no tiene nada que ver
con la sinceridad del hombre que la expone.

El verdadero huérfano es el que no ha recibido educación.

El verdadero modo de no saber nada
es aprenderlo todo de una vez.

En la guerra cada jefe de asesinos hace bendecir
sus banderas e invocar a Dios antes de exterminar a su prójimo.

En la vida nada es blanco ni negro.
Todo es gris, aunque ciertamente casi todo es gris oscuro.

En tierra de ciegos, el tuerto es rey

Entra más facil la bala que la razón

Entrada de caballo fino y salida de burro manso

Entre broma y broma la verdad se asoma

Entre el honor y el dinero,
para la mayoría lo segundo es lo primero.

Entre mendigar y pedir prestado,
no hay mucha diferencia.

Es infinitamente más bello dejarse engañar diez veces
que perder una vez la fe en la Humanidad.

Habla en voz baja, habla despacio y no digas demasiado.

Hay alabanzas que maldicen y reproches que elogian.

Hay dos  maneras de conseguir la felicidad;
una, hacerse el idiota, y otra, serlo.

Hay dos clases de escritores geniales,
los que piensan y los que hacen pensar.



AAG

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