Lágrimas reales por la muerte del norcoreano Kim

Por Terril Yue Jones, Reuters

PAJU/PEKIN - En la fuertemente controlada Corea del Norte, donde la familia gobernante Kim es una pieza clave en la vida cotidiana, no es una sorpresa encontrar a gente derramando lágrimas por la muerte de un dictador, pero lo que puede sorprender es que algunas de esas lágrimas sean espontáneas.

Corea del Norte, un estado empobrecido de 25 millones de personas, escenifica actos masivos de gimnasia cada año en los que participan decenas de miles de personas.

Algunas personas que estaban en el país en el momento en el que se anunció el lunes la muerte de Kim Jong-il dijeron que aunque el duelo estaba coordinado, también hubo estallidos individuales.

"Es como si su padre hubiera muerto. Lloraban intensamente", dijo Kim Dong-soo, un trabajador surcoreano en una fábrica de utensilios de cocina en un empresa conjunta Sur-Norte en el complejo industrial de Kaesong en Corea del Norte.

"Hoy también están llorando mucho. No pueden decir ni una palabra", dijo mientras cruzaba de regreso a Corea del Sur.

En el aeropuerto de Pekín, rostros sombríos de norcoreanos, algunos con crisantemos blancos -una flor de duelo- y extranjeros hablaban de una nación sumida en una gran pena por la muerte de su "querido líder" de 69 años.

Un chino que llegaba a Pekín, que se negó a dar su nombre, dijo que se encontraba en un pueblo para un proyecto agrícola a unos 100 kilómetros de Pyongyang cuando por un megáfono convocaron a la gente para un anuncio especial al mediodía del lunes.

"Cada pueblo tiene megáfonos como ese y todo el mundo se reunió de forma muy ordenada en torno a ellos", dijo el hombre que no quiso identificarse. "Todos empezaron a llorar muy fuerte", agregó.

La capilla ardiente de Kim Jong-il se instaló en un mausoleo el martes donde el cuerpo embalsamado del fundador Kim Il-sung se expuso en un sarcófago de cristal.

El máximo diplomático británico presente en Pyongyang, Barnaby Jones, primer secretario de la embajada británica, dijo en una rueda de prensa en Seúl por teléfono que la situación en la capital de Corea del Norte estaba bajo control y en calma.

"En la mayoría de los sitios en toda la ciudad, no se ven multitudes, pero sí grandes grupos de gente", dijo.

En el momento de la muerte de Kim Il-sung, el fundador de Corea del Norte, decenas de miles de personas lloraron abiertamente en las calles en un torrente de dolor.

Un estudiante chino que llegaba de Pyongyang dijo que también vio escenas de duelo en la población como las que mostraban imágenes de la televisión estatal.

"Se podía ver que eran lágrimas de verdad", dijo Wang Haoyan, que asiste a la Universidad Kim Il-sung. "La gente respetaba mucho a Kim Jong-il y lo aplaudían de verdad", agregó.

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