Turismo

Socorristas empiezan a sentir la tensión en crucero italiano

2012-01-17

El lunes, el barco de 114,000 toneladas que se convirtió en el transatlántico de...

Gavin Jones, Reuters

GIGLIO, Italia  - Los buzos y socorristas italianos que buscan sobrevivientes -o cuerpos- en el crucero semihundido en la costa de una isla toscana enfrentan grandes desafíos, desde aguas heladas y cubiertas que ahora son empinados acantilados hasta muebles que se estrellan entre las olas.

Luego de recurrir a explosiones controladas para abrirse paso entre los escombros el martes por la mañana, hallaron cinco nuevos cuerpos a bordo del Costa Concordia, lo que llevó el número de muertos a un total de 11. Y la tensión se está empezando a sentir.

"Casi toda la parte seca ha sido investigada. Se necesitaría un milagro para hallar a alguien con vida en la parte hundida", dijo un especialista en rescates a Reuters antes de trepar a bordo del barco, en el cuarto día de una ardua misión que supone colgarse de sogas en medio de la oscuridad y avanzar tanteando los pasillos, escaleras y los cientos de camarotes.

Respetando las reglas del servicio, el hombre habló en condición de anonimato.

El lunes, el barco de 114,000 toneladas que se convirtió en el transatlántico de pasajeros más grandes en sufrir un siniestro, se deslizó levemente sobre el rocoso fondo marino frente a la isla de Giglio, un movimiento que causó el cierre brusco de escotillas y que bañó a los intrépidos equipos de rescate con restos que van desde ollas a pianos de cola.

Las labores de rescate fueron suspendidas brevemente luego del deslizamiento para proteger la seguridad de las personas involucradas en el operativo a bordo. De los 4.200 pasajeros y tripulantes, 24 personas siguen desaparecidas.

Conteniendo lágrimas de fatiga y estrés, el fornido bombero, que insistió en que no podía dar su nombre, concluyó que hay pocas esperanzas: "Tendrían que haber encontrado un bolsón de aire. Pero también tendrían que, de alguna manera, haberse mantenido secos, porque está helado el clima".

Los equipos de rescate, que trabajan a lo largo de los casi 300 metros del casco, incluyen a buzos de la Marina y la Guardia Costera, al igual que varios especialistas del servicio nacional de bomberos de Italia, el Vigili del Fuoco.

A menudos son los primeros en responder, no sólo en casos de incendios sino en otras emergencias como accidentes de tránsito, ataques cardíacos, terremotos y naufragios.

Entrenados para poder desplazarse por espacios pequeños usando cuerdas y arneses, el equipo a bordo del Costa Concordia es una elite que protege sus identidades celosamente -se han quitado las etiquetas de sus uniformes en Giglio- y cuya experiencia suele dejar heridas emocionales.

"Es muy peligroso esto. Pero de algún modo también es maravilloso", dijo uno de ellos. "No nos pagan más por las calificaciones extra que tenemos, lo hacemos por pasión", agregó.

Recordando su trabajo en la ciudad montañosa de L'Aquila durante el terremoto del 2009 que dejó más de 300 muertos, el bombero que habló con Reuters señaló: "En L'Aquila sólo encontré cuerpos. Me temo que lo mismo va a ocurrir aquí".



gilberto
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