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Huelga policial y delincuencia afectan ya carnaval en Brasil

2012-02-10

El reducido número de turistas que se atrevió esta semana a visitar Pelourinho, el...

Jenny Barchfield / AP

SALVADOR, Brasil— En épocas normales, poco antes del gran carnaval de esta ciudad, la caja registradora de la tienda en la que trabaja Vania Alves no paraba de sonar, mientras los numerosos turistas compraban sandalias, bikinis y faldas estampadas con la bandera brasileña.

Sin embargo, una huelga policial y la resultante ola de violencia han ahuyentado a los visitantes de la tercera ciudad más grande de Brasil, y la caja registradora se ha quedado quieta, en una situación inusual.

En demanda de mayores sueldos y prestaciones, la policía suspendió sus labores hace más de una semana en el estado de Bahía, nordeste del país. Como resultado se elevaron al doble los homicidios y abundaron las imágenes televisivas alarmantes de saqueos a bancos y comercios.

Aunque 250 policías desalojaron la legislatura estatal en la que habían acampado más de una semana, no quedó claro si la huelga se extendería hasta la inauguración oficial del carnaval, prevista para la próxima semana.

Como sea, el daño económico está hecho, coinciden en señalar los tenderos y las autoridades del sector turístico.

"La gente que ve los acontecimientos en Salvador dice '¡rayos, no voy para allá'! Obvio que si no vienen, no gastan", expresó Alves, cuya tienda de recuerdos está hasta el tope de llaveros fabricados con cáscara de coco, hamacas tejidas a mano y camisetas que dicen "Sin tensión", el lema no oficial de la ciudad por su ambiente normalmente apacible.

Todavía no están disponibles las cifras generales sobre las pérdidas económicas que ha tenido la ciudad. Sin embargo, la Asociación Brasileña de Agencias de Turismo asegura que ha cancelado sus viajes al menos 10% de los turistas que tenían pensado visitar la ciudad durante el carnaval.

El Departamento de Estado norteamericano emitió un aviso que advierte contra los viajes a Salvador y las empresas de cruceros solicitaron a los pasajeros que permanezcan a bordo cuando las naves hagan escalas en la ciudad.

El reducido número de turistas que se atrevió esta semana a visitar Pelourinho, el sorprendente vecindario colonial de Salvador, y otros lugares importantes dijo hacerlo por su propia cuenta y riesgo.

Salvador es escenario del segundo carnaval más grande de Brasil y la llamativa festividad callejera atrae a unos 500,000 turistas, de los que 10% corresponde a extranjeros.

Los visitantes atestan lo hoteles de la ciudad y gastan dinero en taxis, restaurantes, bares, ropa y chucherías. Los visitantes derraman unos 300 millones de dólares en la economía local, dijo la secretaría estatal de turismo.

Las autoridades turísticas de Bahía se han esforzado por destacar que el carnaval se inaugurará conforme a la fecha prevista del 17 de febrero, aun si continúa la huelga.

Sin embargo, ha disuadido a los turistas la difusión constante en el país de imágenes televisivas en las que más de 3.600 soldados y agentes federales patrullan la ciudad, a la par de las escaramuzas violentas entre policías huelguistas y efectivos de seguridad.

Los patrullajes militares han contribuido a que los negocios se mantengan abiertos en Pelourinho, donde grupos de soldados bien armados vigilan las esquinas de las calles. Pero incluso aquí diversos tenderos afirman que tal vez tengan que cerrar.

Debido a que las ventas están en caída libre desde el inicio de la huelga el 31 de enero, Alves y otros en igual situación han comenzado a preocuparse porque sus ingresos dependen del dinero que gasten los visitantes.

"Esta es una temporada crucial del año para nosotros", dijo Jorge Cardeiro, vendedor en la boutique de lujo Projeto Axe Design, administrada por una organización de caridad que beneficia a niños de la calle.

"Este lugar ha estado tan vacío que se siente como si las ventas hubieran caído 100%, aunque no han bajado más de 70%. No sé como vamos a hacer para salir", apuntó.

A la policía también le preocupa el aspecto económico. En un intento por incrementar su poder negociador en las conversaciones con el gobierno estatal, los policías huelguistas aprovecharon la llegada del carnaval.

En el edificio de la legislatura que los policías huelguistas ocuparon hasta el jueves, un grito común durante la semana fue, "acaben con el carnaval".

Numerosas personas en la ciudad se quejan de que el gobierno y la policía aprovechen cada cual para sus fines la llegada del carnaval.

La policía está consciente de los perjuicios económicos que se causan y el gobierno sabe que puede satanizar a los huelguistas como el sector que arruinó el carnaval, la festividad más típica en Brasil.

La mayoría de las personas culpa a los policías en huelga.

"Todo mundo entiende que la policía efectúa un trabajo peligroso y se merece una paga correcta", dijo Sheila de Campos, quien ofrece en venta llamativos listones en un puesto pequeño afuera del monumento más famoso en Salvador, la iglesia de Nuestro Señor del Buen Fin, que data del siglo XVIII.

"Pero todos saben que el carnaval es la temporada más importante del año para muchísimas personas aquí", agregó.

Alves consideró cruel que se fijara la huelga policial para esta época del año.

"¿Por qué no esperaron los policías hasta después... del carnaval para declararse en huelga?", preguntó Alves, quien ha trabajado en esa tienda desde los siete años. "La gente no se merece esta situación".

El taxista Armando dos Santos fue de la misma opinión que Alves. "No comprendo por qué intentan matar a la gallina de los huevos de oro", apuntó.



KC
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