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Nicaragua celebra con una megaboda el día de San Valentín

2012-02-15

La mayoría eran parejas que llevaban años conviviendo y que optaron por formalizar la...

Blanca Morel / AFP

Emocionadas, nerviosas... felices, unas 750 parejas nicaragüenses de escasos recursos económicos se juraron este miércoles amor eterno, en una boda masiva ante autoridades civiles, en un lujoso hotel de Managua, con motivo del día de San Valentín.

"Nunca imagine estar aquí cumpliendo el sueño de casarme (..) En un día tan grande y tan pobres que somos nosotros", expresó emocionada María Ruiz, de 59 años, durante la "Boda 2012" que la Corte Suprema de Justicia promovió de forma gratuita.

María, quien se gana la vida palmeando tortillas de maíz, cuenta con ojos llorosos que nunca creyó que un día llegaría a casarse con Porfirio Díaz, un obrero de 62 años, con quien crió con "amor y respeto" ocho hijos en 40 años de convivencia.

Cuenta que aprendió a escribir durante la cruzada de alfabetización que promovió la revolución sandinista (1979-90) y, gracias a eso, hoy pudo plasmar su nombre en el acta de matrimonio. Junto a ella, cientos de parejas pobres, en sencillos vestidos de novia o trajes casuales, llegaron en bus o a bordo de taxis al hotel para contraer nupcias ante uno de los ocho jueces civiles que dispuso la Corte para la ceremonia.

La "mega boda" fue auspiciada por una radio local, con el apoyo del gobierno del presidente Daniel Ortega, que ha incentivado la unión familiar y el matrimonio. "En la familia se aprende a crecer en valores", decía uno de los organizadores a los recién casados, quienes fueron recibidos en el hotel con una rosa y canciones románticas.

La mayoría eran parejas que llevaban años conviviendo y que optaron por formalizar la unión para estar bien "ante los ojos de Dios" -decían algunos- y proteger legalmente a sus hijos. "Nos casamos porque nos interesa hacer un hogar más serio que nos de más respeto", explicó Yajaira Mendoza, una joven de 23 años que llegó a casarse con su bebé de tres meses de nacido en brazos.

"Después de tantos años de estar conviviendo nos dimos cuenta de que nos queremos", dijo José Gutiérrez, un guarda de seguridad de 41 años, mientras caminaba de la mano con su esposa, Mariza Medina, enfundada en un traje de novia que le prestó su sobrina.

"Nosotros tenemos 15 años de convivir y era hora de formalizar la relación", afirmó Lesbia Núñez, quien llegó de la turística ciudad colonial de Granada, 45 km al sur de Managua, donde se gana la vida vendiendo hot dog en el parque central.

Carlos Ortega, un vigilante de 38 años, se casó con una mujer mayor que él y quien tiene cinco hijos de su primer matrimonio. "Me gustan sus modos, su carácter, porque se porta bien conmigo, me plancha, la quiero mucho", manifestó.

"Nos casamos porque nos amamos, queremos salir adelante juntos y sacar una carrera", dijo Reyna Cruz, una niñera de 18 años, que cursa tercer año de secundaria, tras unirse a un joven de 17 años que trabaja de vigilante en una empresa privada.

Mónica Laguna, una adolecente de 16 años de un pueblo aledaño a la capital, dijo que fue flechada por "la mirada espectacular" de un joven obrero con quien vivirá a partir de hoy en la casa de su suegra. "Yo estaba en el patio de mi casa y cuando la miré por primera vez pasar, nunca se me va a olvidar, con una falda amarilla, me enamoré de ella y Dios hizo que uniéramos nuestras vidas", expreso el enamorado, Juan Espinoza.

Tras firmar el acta de matrimonio, las parejas desfilaron, con la marcha nupcial de fondo, sobre una alfombra roja hacia una plaza próxima al hotel, adornada con flores. La clave del amor y la felicidad en el matrimonio, coincidieron muchos, es una mezcla de respeto, tolerancia, comunicación, confianza, sinceridad... y no el dinero.

Una pareja nicaragüense se besa durante la boda multitudinaria que se celebró el martes, día de San Valentín, en Managua, la capital del país centroamericano.



KC

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