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Familiares escépticos sobre reo inició letal incendio en Honduras

2012-02-16

El jefe de los bomberos de Comayagua afirmó en la víspera que los guardias impidieron...

MARCOS ALEMAN, AP

COMAYAGUA, Honduras  — Las autoridades limpiaban los escombros del letal incendio en una cárcel, mientras frente a la morgue familiares se aglomeraban para identificar a las víctimas del siniestro, pero algunos dudaban sobre la versión de que un reo provocó la tragedia.

La madre de uno de los prisioneros muertos, Manuela Alvarado, de 69 años, se mostró escéptica hacia la versión de que el fuego lo comenzó un preso que incendió un colchón como las autoridades habían explicado.

"No podría ser un incendio por un colchón porque este señor no estaba solo, había más gente que no iba a permitir eso. Habrían apagado el colchón", expresó sollozante la mujer, cuyo hijo Carlos Paz, de 34 años, purgaba una condena por homicidio que completaría en mayo.

Los presos murieron calcinados o asfixiados por el humo. El vicefiscal general Roberto Ramírez detalló que en la morgue hay 355 cuerpos, de los cuales dos corresponden a reos que fallecieron mientras eran atendidos por las graves quemaduras que sufrieron en un hospital de Tegucigalpa y el resto llegaron del penal de Comayagua, donde el martes a las 10.50 de la noche se desencadenó el siniestro, a 140 kilómetros al norte de la capital.

Las llamas se propagaron con avidez dentro de seis de los 12 cobertizos o "módulos" donde permanecían los reclusos. En esos galpones improvisaban divisiones con sábanas y les era permitido tener enseres como hornillas, televisores y hasta refrigeradores, cuyos restos chamuscados eran sacados por reos y trabajadores, junto a laminas y fierros retorcidos y ahumados.

El vocero de la fiscalía, Melvin Duarte, dijo a la AP que "aún se desconocen las causas del incendio".

"Hay muchas versiones y todas las investigamos", señaló Duarte.

"Incluso la fiscalía investiga una versión que establece que los reos habrían pagado a algunos guardias del centro penal para permitir una fuga masiva de ellos... y que los guardias habrían usado gasolina para provocar las llamas a fin de que los presidiarios huyeran", afirmó el funcionario.

El jefe de inteligencia de la policía, Elver Madrid, dijo a la AP afuera de la prisión que el más probable escenario sobre el inicio del incendio es que ocurrió en medio de una disputa en la que un reo amenazó con quemar un colchón si otro se rehusaba a entregárselo.

Así es Honduras, un país que la ONU catalogó como el más violento del mundo con una tasa de homicidios de 82 por cada 100,000 habitantes que casi quintuplica la registrada en México. Estados Unidos recientemente sacó del país a los Cuerpos de Paz por la inseguridad y ha enviado un enviado especial para ayudar al gobierno a lidiar con la criminalidad, vinculada a las pandillas juveniles y el narcotráfico.

Los sobrevivientes contaron que muchos de ellos escalaron las paredes para abrir el techo de lámina y escapar de las llamas y otros morían quemados vivos. Numerosos internos que fallecieron quedaron pegados en los techos y los cadáveres parecían fusionados con el metal.

Alvarado responsabilizó a las autoridades de la tragedia porque "los privaron de la libertad (entonces) tienen la responsabilidad de cuidarlos. ¿Porqué no podían abrir las puertas? para mí que no" fue como dicen.

La ministra de Derechos Humanos y Justicia, Ana Pineda, consideró "irreversible" que haya una demanda legal contra el Estado de parte de los familiares de las víctimas del incendio en la cárcel de Comayagua y recomendó promover "una solución amistosa" en la cual "el Estado reconozca paladinamente (públicamente) el incumplimiento de sus deberes como signatario de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y acortemos ese tránsito de llegar a una condena, que irreversiblemente se va a dar".

El 57% de personas detenidas en la cárcel no habían sido enjuiciadas ni condenadas. Muchos fueron encarcelados por el simple hecho de tener tatuajes y ser por eso sospechosos de integrar una pandilla, según un informe que la comisión Nacional de Derechos Humanos entregó a inicios de mes a un organismo de Naciones Unidas al que AP tuvo acceso.

En un día cualquiera había 800 encarcelados en unas instalaciones construidas para 500. Eran 51 guardias en el día y 12 en la noche, aunque uno de los que estaban esa noche de turno le dijo a AP que solo había seis, cuatros de los cuales nunca abandonaron sus puestos en las torres de vigilancia apostadas en las cuatro esquinas de la granja.

Algo en lo que coinciden el estadounidense Departamento de Estado, las Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos es que las cárceles hondureñas han estado plagadas de violaciones a los derechos humanos.

Más de la mitad de los 11,000 prisioneros que hay en las 24 cárceles del país están esperando juicio, sin haber sido condenados, cada recinto está abarrotado con más gente de la que tiene capacidad de albergar y casi nunca reciben suficientes alimentos. Los guardias golpean y torturan a los presos, las pandillas se aprovechan de que hay un solo guardia por cada 65 reos para tomar el control de las instalaciones.

Cristo Yáñez, uno de los efectivos a cargo de la seguridad del penal esa noche, explicó que la guardia nocturna consiste en un efectivo apostado en cada una de las cuatro torres que se erigen en las cuatro esquinas, otro en el portón y otro responsable de las llaves, quien es el único que puede abrir o cerrar los candados de las instalaciones.

El jefe de los bomberos de Comayagua afirmó en la víspera que los guardias impidieron durante casi media hora el ingreso a las instalaciones en llamas por el temor de que se tratara de un intento de fuga.

"La tragedia se pudo evitar o, al menos, que no fuera tan catastrófica si hubiera un sistema de emergencia en todos los centros penitenciarios del país. Por eso vemos como primera hipótesis la negligencia de los guardias", dijo el fiscal de derechos humanos German Enamorado.

El director del sistema penitenciario, Danilo Orellana, declinó comentar sobre las causas de las condiciones de hacinamiento en Comayagua. Refirió al reportero de AP al comandante de la policía de la prisión, quien derivó los comentarios a la oficina de relaciones públicas donde no respondieron al pedido.

La gobernadora de Comayagua, Paola Castro, quien descartó que haya ocurrido alguna fuga en medio de la confusión causada por la conflagración, mencionó a un reo "Marquitos" como la persona que consiguió las llaves y abrió las celdas en una heroica acción que habría salvado a muchas personas.

Rosendo Sánchez, un preso de 52 años que por estar a menos de seis meses de cumplir su condena de 14 años vive en una edificación separada al resto de reclusos y puede salir del recinto penitenciario los fines de semana, indicó que los sobrevivientes cuentan que Marcos Munguía, un enfermero encarcelado, "fue quien le quitó las llaves (al encargado) y comenzó a abrir las puertas. 'El Chaparro' es el único que tuvo el valor".

"Los internos llaman héroe a Marquitos, el enfermero que tomó las llaves y se metió entre el fuego para abrir las celdas. El es un héroe para ellos", dijo Castro.



gilberto

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