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El fin de una era para la Enciclopedia Británica

2012-03-14

La casa editorial con sede en Chicago dijo que se centraría en la venta de su obra...

Shalini Ramachandran y Jeffery A. Trachteberg / WSJ

En 1768, un grabador escocés llamado Andrew Bell y un operador de imprenta llamado Colin Macfarquhar unieron sus plumas para crear tres volúmenes interreferenciados conocidos como la Enciclopedia Británica.

El martes, Encyclopaedia Britannica Inc. dijo que dejaría de imprimir su emblemática obra, un señal de cómo en los últimos los lectores han abandonado los volúmenes de referencia impresos por sitios webs como Wikipedia y Google.

La casa editorial con sede en Chicago dijo que se centraría en la venta de su obra enciclopédica a los suscriptores a través de su propio sitio web y aplicaciones para tabletas o teléfonos inteligentes.

"Este no es un día triste para Encyclopaedia Britannica", dijo Jorge Cauz, presidente de la compañía. "Somos una empresa totalmente digital", añadió.

La emblemática enciclopedia, entre cuyos colaboradores a lo largo de los años incluyeron a Marie Curie, Albert Einstein y Henry Ford, dijo que sus ventas de volúmenes impresos alcanzaron su pico en 1990, cuando vendió 120.000 colecciones impresas. Desde entonces han visto un precipitado declive. En 2010, se imprimieron apenas 12.000 conjuntos y todavía quedan 3.500 sin vender. Cada juego, de 32 volúmenes de la Enciclopedia Británica cuesta alrededor de US$1.500.

La idea de detener la producción de la versión impresa de la venerable obra estaba en consideración desde hace unos dos años a esta parte, expresó la compañía, al tiempo que en los últimos veinte años la colección se ha convertido en un producto mayormente en línea.

Hasta 2004, la empresa estaba perdiendo dinero como consecuencia del declive de sus ventas de la versión impresa. Pero desde entonces, ha crecido en el mercado educativo, donde la compañía genera ahora 85% de sus ingresos mediante la venta de programas institucionales y libros electrónicos de matemáticas, ciencias y humanidades para los currículos de escuela básica y más allá.

Apenas 15% de los ingresos de Encyclopaedia Britannica provienen de los contenidos relacionados con los textos de referencia. La empresa, que no cotiza en bolsa, no difundió las cifras totales de sus ganancias, pero informó que ha sido rentable en los últimos ocho años y que hace "millones de dólares" al año. Sólo cerca de 1% de sus ingresos provienen de la venta de las colecciones de enciclopedias impresas.

Pero la compañía tiene todavía un largo camino por recorrer antes de tocar el nivel de presencia en línea de Wikipedia, la enciclopedia gratuita apoyada por Wikimedia Foundation, una organización sin fines de lucro. Wikipedia aparece en el primer lugar en 56% de los resultados de búsqueda de Google, según un estudio realizado en 2010 por Intelligent Positioning Ltd., una agencia con sede en el Reino Unido que ayuda a las empresas a incrementar su tráfico en Internet.

Por otra parte, la base de datos de la Enciclopedia Británica es significativamente más pequeña que la de Wikipedia, dice Cauz. Las consultas realizadas en buscadores que solicitan contenidos disponibles en las páginas en línea de la Enciclopedia Británica son de entre 1.200 millones y 1.500 millones al mes, pero menos de 0,5% de los buscadores terminan en sitios de la tradicional enciclopedia, añade. Sin embargo, Cauz dice que es optimista porque la empresa ha mantenido la rentabilidad a pesar de la baja tasa de resultados que le proporciona Google.

"Estamos ofreciendo más contenido gratuito allí, para así poder atraer a los buscadores de información más informal", indica.

La empresa ya ha seguido otras instrucciones del manual de Wikipedia. La Enciclopedia Británica Online permite a los lectores hacer correcciones a los artículos de la enciclopedia, que luego son publicados por los editores tras un proceso de revisión.

Wikipedia no pudo ser contactada para hacer comentarios antes del cierre de este artículo.

Hay medio millón de hogares suscritos al acceso completo a la Enciclopedia Británica y más de 100 millones de personas tienen acceso a la obra en escuelas, bibliotecas y universidades, señaló la empresa.

Algunos no se vieron sorprendidos por la decisión de la compañía de poner fin a la publicación de su colección impresa. "Se dice que la forma de concentrar y compartir el conocimiento está cambiando significativamente, y con ello el papel de los artefactos impresos", dice Ethan Lipton, profesor del departamento de tecnología de la Universidad del Estado de California, en Los Angeles. "Uno esperaría que una enciclopedia migre a lo digital, lo que ofrece un fácil acceso y la capacidad de ser actualizado rápidamente. Además, uno no tiene que matar un montón de árboles", opina. Lipton comparó el final de la Enciclopedia impresa con la evolución de los teléfonos, indicando que hace unos años, nadie hubiera renunciado a sus líneas terrestres. "Una enciclopedia digital significa un mayor acceso, y sin tener que acarrear todos esos volúmenes de libros", añadió.

Por otra parte, las bibliotecas no se verán afectadas, dice Lorraine Shanley, presidenta de Market Partners International Inc., una consultora del sector. "Todo el mundo está más contento y más cómodo pasándose al modelo de acceso digital", asegura.

Joseph Esposito, un expresidente ejecutivo de Encyclopaedia Britannica, señaló que su casa está llena de libros de referencia enciclopédica.

"Nos estamos mudando y tratando de decidir si los llevamos. Tal vez se conviertan en objetos de colección", agrega.

Pero no todos los negocios impresos de Encyclopaedia Britannica llegarán a su fin. La empresa seguirá publicando libros para niños en India, aunque también planea pasar allí al plano digital en el futuro.



KC

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