Internacional - Población

España protesta contra "imparable" reforma laboral

2012-03-29

Los manifestantes prometieron una oleada de protestas para confrontar las reformas del Gobierno...

Tracy Rucinski y Carlos Ruano

MADRID/BARCELONA, España (Reuters) - Trabajadores españoles conducían el jueves una huelga general en protesta contra una reforma laboral que el Gobierno describió como "imparable", aunque muchos ignoraron la acción por temor a perder su trabajo en el país con la mayor tasa de desempleo de la Unión Europea.

Fábricas y puertos a lo largo y ancho del país estaban cerrados, mientras que la televisión y el transporte estaban interrumpidos por la paralización que además rechaza las medidas de austeridad del presidente Mariano Rajoy, elegido por mayoría abrumadora hace apenas cuatro meses.

La policía arrestó a varios manifestantes en Madrid, mientras que estallaron incidentes menores en Barcelona, la segunda ciudad de España. Turistas quedaron varados en la Alhambra, un palacio moro del siglo XIV en la ciudad sureña de Granada.

Los manifestantes prometieron una oleada de protestas para confrontar las reformas del Gobierno conservador que abaratan el despido y permiten una rebaja unilateral de salarios.

"El asunto no sólo es la reforma laboral, estamos en contra de un sistema que está desestructurando y provocando la ruina social y económica del pueblo, esto no va a parar aquí. Las protestas sociales tienen que subir", dice Trini Cuesta, de 58 años, que trabaja en un hospital público de Barcelona.

España se acerca actualmente a su segunda recesión desde el 2009 y algunos observadores esperan que al menos otro millón de personas se sumen a las ya enormes filas de desocupados.

La tasa de desempleo alcanza un 23 por ciento y es la más alta de la Unión Europea, mientras que casi la mitad de los menores de 25 años no puede encontrar trabajo.

REFORMA "IMPARABLE"

El Gobierno de Rajoy dijo que está comprometido a implementar las medidas. La ministra de Trabajo, Fátima Banez, sostuvo el jueves que la agenda de la reforma era "imparable".

La presencia policial fue particularmente intensa alrededor del Parlamento, donde los legisladores tienen previsto debatir medidas para ayudar a los endeudados gobiernos locales y regionales.

Los españoles han sido en su mayoría tolerantes a los esfuerzos de Rajoy por reformar el mercado laboral y cumplir con las estrictas metas de déficit impuestas por Europa para garantizar que no se produzca una crisis al estilo de Grecia.

Pero la huelga general, la primera desde septiembre del 2010, muestra que la paciencia con el Gobierno conservador que apenas lleva tres meses en el poder se podría estar agotando.

Uno de los mayores sindicatos de España estimó el apoyo a la medida de fuerza en un 77 por ciento, mientras que el Gobierno consideró que el día laboral estaba transcurriendo con normalidad, sin precisar cifras.

En Barcelona, manifestantes incendiaron cestos de basura y arrojaron sillas en los famosos cafés de la ciudad, pero no se reportaron heridos.

Grupos de sindicalistas se congregaron en las principales ciudades portando banderas rojas y pegando carteles en las vidrieras con la leyenda "Cerrado por huelga", aunque muchas tiendas permanecieron abiertas.

La policía puso barricadas alrededor del Parlamento y de otros edificios públicos y arrestó a 58 personas, muchas de las cuales intentaron evitar que empleados cruzaran las líneas de piquetes para acudir a sus lugares de trabajo.

MIEDO A PERDER EL EMPLEO

Muchos trabajadores tenían miedo de perder sus trabajos o no estaban dispuestos a ceder los 100 euros promedio que serán descontados de sus sueldos por participar la huelga.

Mientras numerosos españoles luchan por proteger sus trabajos, otros con contratos cortos -habitualmente de seis meses- temen que sus empleadores no les renueven sus puestos.

Menos de un quinto de los trabajadores están actualmente afiliados a los dos principales sindicatos y muchos sienten que no representan a la clase trabajadora.

"Mucha gente de hecho culpa a los sindicatos en parte por la rigidez del mercado laboral y la falta de competitividad, por lo cual no están exactamente en la posición de convocar a muchas personas y el apoyo a la huelga refleja eso", opinó David Bach, analista político de la escuela económica IE de Madrid.

Pero los sindicalistas dicen estar dispuestos a dar pelea.

"En Madrid es muy difícil cerrar los comercios, pero la huelga está siendo un éxito, con la caída de la demanda eléctrica, (...) la industria, el transporte", dijo Marta Lois, representante del sindicato UGT que se manifestaba en Madrid.

La huelga interrumpió la producción en fábricas desde Barcelona, en el norte, hasta Cádiz, en el sur, con sindicatos reportando cierres totales en General Motors España, Renault, ArcelorMittal y Acerinox.

Empleados del transporte ofrecieron servicios mínimos tras un acuerdo sellado previamente, lo que significó que uno de cada cuatro buses y un tercio de los trenes de metro y locales debía operar. Además, la mayoría de vuelos domésticos y europeos estaban interrumpidos, aunque los servicios de larga distancia continuaban.



KC

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