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Cataratas del Niágara, una historia larga y colorida

2012-04-16

La magnificencia de las cataratas es iluminada durante la noche con una gama de luces que cambian...

CAROLYN THOMPSON, AP

CATARATAS DEL NIAGARA, Canadá  — Durante el invierno es imposible hacer un recorrido en bote entre el estruendo y la bruma de las Cataratas del Niágara, pero el lugar ofrece un espectáculo distinto en esa época del año.

La magnificencia de las cataratas es iluminada durante la noche con una gama de luces que cambian de color: rojo, blanco, azul, púrpura, naranja, ámbar y verde.

Durante la primavera y el verano, las luces de colores están encendidas sólo tres horas, pero debido a la menor duración del día durante el invierno, la iluminación se extiende hasta siete horas.

Las multitudes se reúnen a lo largo de la acera y barandilla en el trayecto Niagara Parkway para presenciar el espectáculo de la bruma que se levanta en las cataratas y la cuenca frente a ellos. Otros lo ven desde las ventanas de los hoteles y restaurantes en el lado canadiense.

En el lugar se ejecutan diversas iluminaciones. Una con motivos patrióticos proyecta luces de color rojo, blanco y azul del lado estadounidense y rojo y azul del lado canadiense, que tiene forma de herradura.

El lugar también incluye con frecuencia una iluminación especial para honrar alguna causa.

Cuando las Cataratas del Niágara fueron escenario de la primera boda entre personas del mismo sexo tras la legalización en julio de los matrimonios gay en Nueva York, el alcalde Paul Dyster dispuso una iluminación con los colores del arco iris, el símbolo del orgullo homosexual.

El 16 de noviembre las cataratas fueron iluminadas durante 15 minutos con luz blanca para la concienciación hacia el cáncer pulmonar, a solicitud de Christine Dwyer, quien había perdido a su mejor amiga a causa de la enfermedad.

"Creo que (esa iluminación) nos valida un poco", expresó Dwyer, fundadora del grupo llamado Haga un Poco de Ruido para la Concienciación hacia el Cáncer Pulmonar.

Dwyer dijo que tras la iluminación recibió correos electrónicos de partidarios que le expresaron "me he enterado, estoy llorando, lo agradezco muchísimo".

Los rayos de luz provienen de un conjunto de 18 reflectores, cada uno con un diámetro de poco más de 90 centímetros (30 pulgadas), ubicados en la parte superior de una estructura de piedra parecida a un refugio militar instalado al otro lado de la carretera.

Durante más de 50 años, Peter Gordon, de 80 años, ha sido el controlador titular del espectáculo de luces y comparte la semana con el "novato", Dick Mann, de 78 años, quien ha hecho lo suyo poco menos de 30 años. Ambos son oriundos de Ontario.

"Jamás me canso de este trabajo", dijo Gordon una noche de noviembre, al inicio de la temporada alta, por la época en la que el acortamiento del día alarga la iluminación durante la noche.

El espectáculo alcanza su mayor esplendor en las noches claras de invierno, cuando la bruma se convierte en cristales de hielo que reflejan los colores suaves de la iluminación, expresó Gordon.

En el último año, Gordon y Mann han utilizado una tecnología relativamente nueva para controlar las luces, incluidas computadoras que funcionan al toque de la pantalla.

Sin embargo, la historia de la iluminación de las cataratas del Niágara se remonta a más de 150 años.

La iluminación del lugar se estrenó a las 10 de la noche del 14 de septiembre de 1860, cuando 200 bengalas como las utilizadas para pedir auxilio en el mar fueron encendidas con motivo de la visita del Príncipe de Gales.

La electricidad se utilizó por primera vez en 1879. En 1899 se construyó una Torre de Iluminación, que todavía está en servicio.

La iluminación a color se incorporó en 1907 con la añadidura de películas de gelatina a un sistema de 36 reflectores que diseñó la empresa General Electric Co. de Schenectady y que se colocó en la base de la garganta del lugar.

Diversos trabajadores, entre ellos el padre de Peter Gordon, recibían una paga de tres dólares por noche para que cambiaran las películas de gelatina a indicación de un capataz.

Desde su creación en 1925 como organismo binacional, la Junta para la Iluminación de las Cataratas del Niágara ha mantenido encendidas las luces la mayoría de las noches salvo contadas excepciones. La junta apagó la iluminación durante la Segunda Guerra Mundial para ahorrar energía.

Huele a humedad la sala de control en la que trabajan Gordon y Mann. El lugar está construido a casi a 23 metros de altura sobre el nivel de la calle. Tiene paredes de piedra, pisos de madera muy gastados, vigas con telarañas, en tanto que un par de bombillas iluminan un banco de generadores que emiten ruido.

"Francamente, aquí parece un lugar de mala muerte", dijo Gordon, quien soltó una carcajada.

Sin embargo, después se logra esta panorámica del millón de dólares.

Tras cambiar los colores con el toque de pantalla, el controlador de la iluminación puede ver el resultado 15 segundos después, ya sea asomándose por las ventanas o saliendo por una puerta hasta la plataforma donde están instalados los reflectores.

Frente a las cascadas, los colores cambian de a poco a blanco, hasta que la siguiente pantalla de color cubre el reflector y un nuevo tono se extiende sobre las caídas de agua.

Con cada cambio de color, es como si alguien vertiera colorante río arriba cuando cae sobre el filo de las rocas abajo.



gilberto
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