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Talibanes atacan Afganistán en "ofensiva de primavera"

2012-04-16

El intenso tiroteo podía escucharse desde muchas direcciones, mientras las fuerzas afganas...

 Hamid Shalizi y Jack Kimball

KABUL (Reuters) - Fuertes explosiones, cohetes y armas de fuego sacudieron Kabul el domingo por una "ofensiva de primavera" puesta en marcha por los talibanes de Afganistán, con múltiples ataques dirigidos a las embajadas occidentales, la sede de las fuerzas de la OTAN y el edificio del Parlamento.

El asalto, uno de los más graves en la capital desde que fuerzas afganas apoyadas por Estados Unidos sacaron a los talibanes del poder en el 2001, puso de manifiesto la capacidad de los militantes para atacar a la fuertemente custodiada zona diplomática, incluso después de más de 10 años de guerra.

Este además fue otro revés en Afganistán para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un año electoral en el que quiere presentar la larga campaña contra los talibanes como un éxito antes de la salida de la mayoría de las tropas de combate extranjeras a fines del 2014.

"Estos ataques son el inicio de la ofensiva de primavera y los hemos planeado por meses", dijo a Reuters el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.

El ataque fue en venganza por una serie de incidentes relacionados con las tropas estadounidenses en Afganistán, agregó, incluyendo la quema de ejemplares del Corán en una base de la OTAN y la masacre de 17 civiles a manos de un soldado estadounidense.

También prometió que habría más atentados de este tipo.

Los combates se registraban hasta después de caída la noche, más de nueve horas después del primer ataque talibán.

El movimiento Talibán dijo que los objetivos principales eran las embajadas alemana y británica y la sede de la fuerza liderada por la OTAN. Varios miembros del Parlamento afgano se unieron a las fuerzas de seguridad para repeler a los atacantes desde un tejado cerca del Parlamento.

Grandes explosiones sacudieron el sector diplomático de Kabul. Columnas de humo negro se elevaban desde las embajadas, mientras granadas pasaban zumbando por encima.

El intenso tiroteo podía escucharse desde muchas direcciones, mientras las fuerzas afganas de seguridad trataban de repeler a los combatientes talibanes.

Cuatro insurgentes fueron detenidos en Kabul por un casi simultáneo intento de asesinato al vicepresidente afgano, Karim Khalili, con la agencia espía de Afganistán diciendo que pertenecían a la red militante Haqqani, con sede en la zona fronteriza afgano-pakistaní.

Los cuatro fueron interceptados por fuerzas de seguridad antes que los otros ataques se pusieran en marcha, dijo el portavoz de la agencia afgana de inteligencia, Lutfullah Mashal.

Otros combatientes talibanes, algunos de ellos vestidos con burkas de mujer, que cubren desde la cabeza a los pies, también lanzaron ataques simultáneos en otras tres provincias de Afganistán.

En la ciudad oriental de Jalalabad, atacaron una base de fuerzas extranjeras cerca de una escuela y una explosión se produjo cerca del aeropuerto.

El Ministerio del Interior dijo que 19 insurgentes, incluyendo terroristas suicidas, murieron en los enfrentamientos en todo el país y que dos fueron capturados. Catorce policías y nueve civiles resultaron heridos.

TACTICAS FAMILIARES

Los ataques en Kabul ocurren un mes antes de una cumbre de la OTAN, en la cual está previsto que Estados Unidos y sus aliados den los toques finales a los planes para la transición al control de seguridad en Afganistán, y días antes de una reunión de ministros de Defensa y Relaciones Exteriores en Bruselas para preparar la cumbre de Chicago.

Los ataques también tuvieron lugar justo cuando fuerzas occidentales preparan su retiro de Afganistán como parte de un plan para entregar las responsabilidades de seguridad a las fuerzas afganas para el 2014.

Eso puede llevar a algunos a hacer comparaciones con la Ofensiva del Tet de 1968 durante la Guerra de Vietnam. Hay grandes diferencias entre la escala y la duración de los eventos y las víctimas, pero el asalto aún podría cuestionar las afirmaciones de que Estados Unidos está ganando.

Las fuerzas afganas de seguridad aparentemente no aprendieron la lección de una operación similar en Kabul en septiembre pasado, cuando los insurgentes entraron en obras de construcción para usarlas como posiciones de ataque con cohetes y armas.

El domingo, los insurgentes entraron en una obra de construcción con vista al triángulo diplomático y detrás de un supermercado. Allí utilizaron granadas propulsadas por cohetes y armas de fuego, protegidos de la vista de las fuerzas de seguridad por una red verde desplegada alrededor del esqueleto del edificio.

El ataque tuvo lugar horas después de que decenas de militantes islamistas tomaron por asalto una cárcel en el vecino Pakistán en la noche y liberaron a cerca de 400 reclusos, entre ellos uno condenado a muerte por intentar asesinar al ex presidente Pervez Musharraf.

El movimiento Talibán de Pakistán, que es cercano a Al Qaeda, dijo que estaba detrás del asalto por parte de militantes armados con granadas propulsadas por cohetes y rifles de asalto

AK-47.

Los talibanes de Pakistán están estrechamente vinculados con su contraparte afgana. Se mueven a voluntad a través de la frontera no demarcada, intercambian Inteligencia y se proporcionan refugio mutuo en una región que Obama ha descrito como "el lugar más peligroso del mundo".

Los talibanes de Pakistán han dicho en los últimos meses que aumentarían la cooperación con los talibanes afganos en su lucha contra las fuerzas de la OTAN lideradas por Estados Unidos.

Tanto los ataques en Afganistán y la fuga de la cárcel en Pakistán subrayan el fracaso de este último para hacer frente a la militancia a ambos lados de la frontera, 11 años después de unirse a la campaña liderada por Estados Unidos contra la insurgencia islamista.

La secretaria de estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, habló con el embajador de Estados Unidos, Ryan Crocker, para discutir lo que Clinton llamó "cobardes ataques en Kabul y en otros lugares de Afganistán" y para asegurarse que el personal de su país estuviera a salvo.

Crocker dijo que era poco probable que los talibanes afganos tuvieran la capacidad de lanzar los ataques del domingo por sí solos y especuló que la red Haqqani -cuyos combatientes se sitúan en la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán- estaba involucrada.

"Supongo, basado en la experiencia anterior aquí, que esto es un conjunto de operaciones de la red Haqqani de Waziristán del Norte y las áreas tribales paquistaníes. Francamente no creo que los talibanes sean lo suficientemente buenos", agregó a CNN.

Estados Unidos acusó el año pasado a Pakistán de tener vínculos con los Haqqani tras un ataque a la embajada estadounidense y otros objetivos en Kabul que fue adjudicada al grupo.

La red Haqqani es uno de los temas que genera mayores divisiones entre Washington e Islamabad, cuyas relaciones sufrieron graves daños por el ataque unilateral estadounidense que mató al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en una ciudad pakistaní.



KC
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