Internacional - Población

Rebeldes sirios secuestran a 12 libaneses; Jezbolá pide calma

2012-05-22

Los secuestros en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, agravaron los temores de que...

BASSEM MROUE y ELIZABETH A. KENNEDY, AP

BEIRUT  — El líder de Jezbolá, la poderosa milicia chií libanesa, llamó el martes a la calma luego que la gente bloqueó carreteras y quemó neumáticos en Beirut para protestar por el secuestro de 11 chiíes libaneses en la vecina Siria.

Los secuestros en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, agravaron los temores de que Líbano se vea arrastrado hacia el caos en el país vecino.

Los libaneses iban de regreso a casa, tras un peregrinaje religioso en Irán, cuando los rebeldes interceptaron sus vehículos en la provincia siria de Alepo y los capturaron, informó la agencia estatal de noticias siria SANA. Los rebeldes secuestraron a 11 hombres y un chofer sirio. A las mujeres las dejaron libres.

Los funcionarios libaneses de seguridad confirmaron el secuestro.

A medida que se propagaba la noticia, algunos residentes salieron a las calles del sur de Beirut, un área chií, y quemaron neumáticos y bloquearon carreteras en protesta contra los secuestros. El líder de Jezbolá, un estrecho aliado del régimen sirio, instó a mantener la calma y advirtió a sus seguidores que no tomen represalias contra los sirios.

"Eso queda estrictamente prohibido", dijo el jeque Nassan Nasrala en un discurso transmitido por la televisión.

Dijo que el gobierno libanés debe presionar para que se libere a los peregrinos.

"Trabajaremos día y noche hasta que esta gente amada esté con nosotros", dijo Nasrala.

Jezbolá ha manifestado apoyo al presidente sirio Bashar Assad, quien busca poner fin a un levantamiento de 15 meses.

Los suníes son mayoría en el levantamiento sirio, lo que ha agitado las tensiones sectarias. Assad y la elite gobernante en Siria pertenecen a la pequeña secta alauita, una rama del chiísmo.

Pasadas pocas horas tras los secuestros, el gobierno sirio comenzó a ingresar en Azaz, en la provincia de Alepo, donde se realizaron los secuestros, dijeron activistas.

El levantamiento de Siria comenzó en marzo de 2011 con pedidos de reforma en su mayoría pacíficos, pero la brutal represión del gobierno contra la disidencia llevó a muchos opositores a tomar las armas. La ONU calcula que más de 9.000 personas han muerto a medida que el conflicto se encamina hacia una guerra civil.

Los secuestros del martes se producen en un momento de profunda tensión en el Líbano por cuenta de Siria. Los países comparten una compleja red de lazos y rivalidades políticas y sectarias, que rápidamente pueden tornarse violentas. El conflicto ya se ha extendido a lo largo de la frontera, con resultados mortales.

El lunes, grupos libaneses suníes que se oponen al régimen en Damasco lanzaron granadas y dispararon con armas automáticas en la capital libanesa y murieron al menos dos personas en el brote de violencia más serio que ha habido en Beirut desde que la revuelta comenzó en el país vecino.

La chispa de la violencia fue el asesinato el domingo del jeque Ahmed Abdul-Wahid, un clérigo suní opuesto a Siria, y su guardaespaldas en el norte del Líbano. Un soldado libanés le disparó a los hombres, al parecer después de que no se detuvieron en un retén del ejército. El asesinato alimentó la profunda rabia por lo que se percibe como el apoyo de parte de las fuerzas de seguridad del Líbano hacia el régimen sirio.

Siria tuvo tropas sobre el terreno en el Líbano durante casi 30 años hasta 2005 y todavía tiene fuertes lazos con los servicios de seguridad del Líbano.

A principios de este mes, la detención de Shadi Mawlawi, un abierto crítico libanés de Assad, provocó varios días de enfrentamientos en el norte de Líbano que provocaron la muerte de ocho personas. Mawlawi fue acusado de pertenecer a un grupo terrorista.

El martes, las autoridades lo liberaron de la cárcel bajo una fianza de 330 dólares, una medida que muchos esperaban podría reducir las tensiones. Durante una conferencia de prensa en la ciudad libanesa de Trípoli, Mawlawi dijo que fue "sometido a presiones psicológicas y torturas" tras su detención del 12 de mayo y lo obligaron a hacer falsas confesiones en el sentido de que estaba conectado con grupos terroristas.

Mawlawi niega cualquier vínculo con estos grupos.

Mientras hablaba, sus seguidores en la conferencia de prensa arremetieron contra el régimen sirio: "Assad es el enemigo de Dios", dijeron.



gilberto
Utilidades Para Usted de El Periódico de México