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Multitudes aclaman a la reina Isabel II en último día del Jubileo

2012-06-05

La multitud, que formó un mar de paraguas, colmó la avenida del Mall, la vía...

Robert Barr / AP

LONDRES (AP) — Con el repique de campanas de las iglesias, saludos de artillería y multitudes que gritaron "¡Dios salve a la reina!" culminaron el martes cuatro días de celebraciones del Jubileo de Diamante en honor a los 60 años en el trono de la reina Isabel II.

Las celebraciones tuvieron un dejo de tristeza, sin embargo, pues la reina no estuvo acompañada por el príncipe Felipe, su esposo de 64 años, quien fue hospitalizado el lunes para ser atendido debido a una infección de vejiga.

Por la mañana hubo un servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pablo, donde el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, elogió a la reina por traer felicidad a la nación. Las multitudes vitorearon a los miembros de la realeza, tanto los mayores como los más jóvenes, al entrar o salir de la iglesia.

"Estamos marcando seis décadas con la prueba viviente de que es posible el servicio público, un lugar donde se puede encontrar la felicidad", dijo Williams a la realeza y los dignatarios que colmaron la iglesia enorme diseñada por Christopher Wren en el siglo XVII.

Por la tarde, la reina regresó al Palacio de Buckingham en un carruaje abierto, desafiando las primeras gotas de lluvia. Después apareció en el balcón del Palacio con el presente y futuro de la monarquía: su heredero, el príncipe Carlos, y su esposa, Camila; el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión, y su esposa, Kate; y el hermano de Guillermo, el príncipe Enrique.

Hubo más vítores de la gente cuando un ruidoso bombardero Lancaster, cuatro cazas Spitfire y un caza Hurricane —todos participantes en las batallas de Gran Bretaña por sobrevivir durante la II Guerra Mundial— surcaron el cielo plomizo y volaron sobre el palacio. Los siguieron nueve aviones en formación, que dibujaron columnas de humo rojo, blanco y azul.

La multitud, que formó un mar de paraguas, colmó la avenida del Mall, la vía ancha que conduce al Palacio de Buckingham.

Mientras los miembros de la Guardia Irlandesa se quitaron sus sombreros de piel de oso para lanzar tres hurras por la reina, la monarca de 86 años de edad lucía radiante.

En un discurso televisado, grabado el lunes pero transmitido el martes, la reina dijo que las celebraciones del Jubileo habían sido "una experiencia honrosa".

"Seguiré atesorando e inspirándome en las incontables bondades que me han mostrado en este país y en toda la Mancomunidad", dijo la monarca en su mensaje de dos minutos, transmitido a toda Gran Bretaña y la Mancomunidad Británica de 54 naciones, sus antiguas colonias.

Los mensajes de la reina son inusuales. Aparte de las emisiones anuales del Día de Navidad, la monarca de 86 años de edad rara vez se ha dirigido directamente a la nación.

El tiempo fue inestable durante los cuatro días de celebraciones, al oscilar entre inusualmente frío y francamente malo. Llovió durante la gran procesión de botes del domingo por el Támesis.



KC
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