Reportajes

El machismo pierde puntos en el campo mexicano

2012-06-08

Las mujeres son ahora cabeza de alrededor de 1.19 millones de familias de México,...

Por JEAN GUERRERO, WSJ

SIERRA MAZATECA, México—En la última década, alrededor de 200.000 mexicanos partieron cada año con destino a Estados Unidos.

El resultado ha sido una continua reconfiguración de la cultura diaria entre los que se quedan en el país, usualmente obligando a las mujeres a convertirse en el sustento de la familia. A medida que este giro se profundiza, está desafiando uno de los pilares culturales de mayor tradición en México: el machismo.

Cuando los precios del café se precipitaron hace más de una década, la pareja de Leonor Fernández dejó el hogar y sus cinco hijos en esta región montañosa del sur de México para trabajar en Carolina del Norte. Al principio, enviaba remesas, pero luego el dinero y las llamadas de teléfono pararon.

"Creo que empezó otra vida allí. Se olvidó de nosotros completamente", dice Fernández.

Después de que su pareja emigró a EE.UU., Leonor Fernández se puso al frente de la finca cafetera de la familia.

Para sobrevivir, la mujer empezó a dirigir la granja cafetera de una hectárea de su familia. Luego organizó a más de 100 productores locales de café y comenzó a viajar siete horas en un taxi compartido a la ciudad más cercana de Oaxaca al menos una vez al mes para vender sus granos. Finalmente, fue nombrada supervisora jefa del Consejo Estatal del Café de Oaxaca. "Al principio sientes que el mundo se te echa encima, pero poco a poco te vas abriendo y tranquilizando", explica.

Conforme los precios del café se dispararon el año pasado, Fernández aprovechó. Compró otra hectárea de terreno para cultivar café y mejoró su vestuario, que hasta entonces se componía principalmente de prendas indígenas tradicionales. También en 2011, de sorpresa, su ex compañero, Darío Pereda, volvió y pidió que lo perdonara. Pero Fernández le dijo que no. "Me siento más libre así", dice la mujer.

Pereda asegura que no se olvidó de su familia sino que a menudo no podía enviar dinero a casa debido a que su trabajo no era estable.

Los papeles de género tradicionales no están desapareciendo y es improbable que no lo hagan. Los hombres siguen estando a cargo en las zonas rurales de México, donde al menos 6,6 millones trabajaban en el sector agrícola según el censo de 2010, frente a casi 1,6 millones de cultivadoras. Muchas mujeres dependen de las remesas que envían sus esposos que emigraron. Y una vez que regresan a su país natal, recuperan el liderazgo en las actividades del negocio familiar. Pero en muchos casos, las relaciones cambian permanentemente.

El caso de Fernández no es inusual. La mayoría de los hombres que emigran de México nunca vuelve, según el Consejo Nacional de Población. Y muchos dejan de enviar dinero a sus esposas, aseguran éstas. Casi 80% de las remesas de emigrantes provienen de los hijos, no los maridos, señala Antonieta Barron, profesora de economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Las mujeres son ahora cabeza de alrededor de 1,19 millones de familias de México, país que cuenta con un estimado de 6,2 millones de hogares rurales, un tercio más que hace una década. Más de la mitad de los participantes en los programas del Ministerio de Agricultura, incluyendo aquellos que incentivan la productividad mediante subsidios, son ahora mujeres, en comparación a 30% hace apenas cuatro años.

Y en los pocos casos en los que los hombres regresan a México, a menudo son más colaboradores con las tareas domésticas, al menos temporalmente, como lavar los platos y cocinar, cosas que tuvieron que aprender a hacer mientras vivían fuera, apuntan los expertos.

Si bien la emigración neta de México hacia EE.UU. ha caído a cero, según un estudio publicado en abril por el centro de estudios independiente Pew Hispanic, gracias a los cambios demográficos y las condiciones económicas a ambos lados de la frontera, las mujeres siguen conservando su nuevo papel en la economía rural.

La mano de obra femenina está modificando la economía rural. Fernández cree que la producción de café orgánico está aumentando en México a medida que más mujeres, que suelen ser más ecológicamente conscientes, entran en el negocio.

El gobierno mexicano, a través de su popular programa de transferencia de efectivo, Oportunidades, y bancos privados especializados en pequeños créditos rurales, benefician a las mujeres.

Compartamos, un banco de microcréditos, dice que 98% de sus clientes son mujeres. Los hombres, concluyó la entidad, son más propensos a gastar el dinero en actividades como tomar alcohol.

"Está comprobado que las mujeres, cuando reciben dinero, dedican sus esfuerzos a sus familias, mientras que con los hombres, hay un problema de vicios", dice Daniel Manrique, director de relaciones públicas de Compartamos.



ROW

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