Reportajes

Los alemanes no entienden el resentimiento de los países en crisis

2012-06-14

La consecuencia es que en las calles de Atenas queman banderas alemanas y fotos de la jefa del...

Laurent Geslin / AFP

"¡Pagamos para sacarlos de la crisis, y no nos quieren!", se lamentan los 500.000 fans alemanes reunidos el miércoles por la noche en Berlín para ver la selección en la Eurocopa 2012, sorprendidos por el resentimiento de los europeos con la principal potencia económica del continente.

Rudolf Winkel, ayudante de laboratorio de 58 años y originario de Lörrach (suroeste del país), de paso por la capital alemana, no comprende que Alemania, el mayor contribuyente a los planes de ayuda europeos, sea considerada "culpable".

A Alemania la acusan los países en crisis y la mayoría de los analistas de su intransigencia a la hora de flexibilizar las medidas de austeridad presupuestaria, o de tardar demasiado en aceptar aumentar las ayudas, agravando la crisis.

La consecuencia es que en las calles de Atenas queman banderas alemanas y fotos de la jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, en uniforme nazi.

"No tienen razón", dice Winkel. "Somos los que ayudamos", dice su esposa Monika. Esta pareja no duda en comparar esta actitud con los timos de que, según ellos, han sido víctimas en varias ocasiones en sus viajes en barco por el Mediterráneo. "Es una cuestión de mentalidad", justifican.

Este sentimiento es ampliamente compartido, incluso entre los cientos de miles de jóvenes que han venido a animar a Alemania ante Holanda a la Puerta de Brandenburgo, en los dos kilómetros de la Avenida del 17 de Junio.

"Es bonito sacar el dinero para ayudar a los países en crisis pero pasar por el tonto de la película no es muy agradable, la verdad", dice Miriam Schikora, 24 años, estudiante de construcción mecánica con la mejilla pintada de negro, rojo y oro, los colores de la bandera alemana, que vive en Berlín.

"Son ellos los que deben hacer la mayor parte del trabajo, nosotros no podemos cuidarlos", añade.

A finales de 2011, Alemania, primera economía de la zona euro y primer contribuyente a los planes de ayuda europeos, había entregado 20.000 millones de euros a Grecia, Irlanda y Portugal, que les devolverán con intereses, salvo en el caso de que se declaren en quiebra.

Berlín también contribuye con unos 22.000 millones a los fondos propios del MEDE, el mecanismo de ayuda permanente europeo, y proporciona garantías que inciden en su propia deuda.

Sin embargo, casi nadie pone en duda su impronta en varios acuerdos concluidos en Bruselas, entre ellos, la famosa 'regla de oro' que impone disciplina presupuestaria.

"Europa necesita un motor fuerte", dice Sebastian Weis, un treintañero "asalariado en una gran empresa", peinado con una cresta con los colores de la bandera alemana.

Como las mayoría de los ciudadanos, aprueba el dogma de la austeridad defendido por Merkel y su ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, que instan prácticamente a diario a los Estados en crisis a que "hagan sus deberes".

"Sería mejor que los alemanes se ocuparan de sus problemas en lugar de implicarse en los de otros países", dice categóricamente un jubilado del comercio procedente de Berlín Este que asegura tener una "buena pensión" pero quiere seguir en el anonimato.

"Estos miles de millones deberían invertirse en guarderías, escuelas, carreteras. Todas estas riquezas proceden de los contribuyentes alemanes", recuerda.

La imagen de Alemania puede que no sea la mejor en algunos países extranjeros, pero los alemanes interrogados no ven por qué no van a pasar en ellos sus vacaciones.

"No estamos amenazados", dice Monika Winkel. "Los alemanes llevan dinero, a menudo somos mejor recibidos que los turistas de otros países", dice Lars Mecking, 31 años, consejero en una agencia de empleo originario de Dorsten (oeste).

El Gobierno debe estar bastante preocupado pues a finales de febrero lanzó una campaña para luchar contra el resurgimiento de "viejos prejuicios" de un país "superpoderoso" en Europa.

En cuanto al "otro euro", el de fútbol, los fans prefieren separar deportes de política.







CURIOSIDADES




Un multimillonario mexicano propone regalar cocaína en los hospitales




Por Johan Ordóñez, AFP

El empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de la segunda fortuna de México, propuso que los centros de salud del país suministren droga gratuitamente para arrebatar ingresos a los cárteles, en una conversación con periodistas difundida este jueves en un medio de Colombia.

El multimillanario sostuvo que la lucha frontal contra las drogas "es un fraude" porque Estados Unidos no tiene voluntad de reducir su demanda, aunque no apoyó la legalización. "A mí no me gusta lo de legalizarla, porque decir 'mi coca es más buena que la tuya' (...) no me gusta nada", afirmó Salinas en la entrevista difundida por la revista económica colombiana Dinero en su sitio electrónico.

La mejor alternativa es "regalarla por el gobierno en los centros de salud, para que de una vez veamos que es un problema de salud pública y no un problema de criminalidad", dijo el magnate en la charla, que tuvo lugar en México el pasado 4 de junio.

El propietario de TV Azteca, la segunda cadena de televisión de México, y otras compañías de telecomunicaciones argumentó que "al regalar la droga es el acabose del negocio porque no hay un peso para ganar. Como no hay dinero no puedes comprar armas, corromper jueces y pudrir a todo el país con el dinero".

"Ya es momento de cambiar de política. Para nuestro país, como para Guatemala, Honduras, El Salvador, la violencia que genera esta cantidad de dinero que viene desde Estados Unidos junto con armas ha sido una cosa espeluznante. Nosotros somos las víctimas", subrayó.

Salinas posee una fortuna de unos 17.400 millones de dólares, que le sitúa en el segundo lugar entre los hombres más ricos de México, tras Carlos Slim (número uno mundial) y en el 37 del mundo, según la revista estadounidense Forbes.

México, que elegirá nuevo presidente el próximo 1 de julio, atraviesa una situación de violencia atribuida a los cárteles del narcotráfico que ha registrado unos 50.000 asesinatos desde que el mandatario Felipe Calderón desplegó al Ejército en diciembre de 2006.



KC
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