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Con estrés crónico, el pronóstico del infarto es peor

2012-10-09

Los autores siguieron a 4,200 adultos de Estados Unidos que habían tenido un infarto....

Por Amy Norton, Reuters Health

NUEVA YORK  - Un equipo halló que los pacientes internados por un infarto que habían padecido demasiado estrés recientemente eran un 42 por ciento más propensos que el resto a morir en los dos años siguientes.

Aun así, se desconoce si el estrés fue la causa, según aclaró la responsable del equipo, doctora Suzanne V. Arnold, del Instituto del Corazón del Sistema de Salud de St. Luke, Kansas, Missouri. Pero sugirió que los pacientes podrían adoptar algunas medidas simples para reducir el estrés y ayudar al corazón, como salir a caminar con regularidad.

Los autores siguieron a 4.200 adultos de Estados Unidos que habían tenido un infarto. Mientras estaban internados, respondieron cuánto estrés (laboral y familiar) habían padecido el mes previo.

En los dos años siguientes murió el 13 por ciento de los más de 1.600 pacientes que habían padecido estrés moderado a alto, comparado con menos del 9 por ciento del grupo sin tanta tensión, según publica el equipo en Journal of the American College of Cardiology.

Arnold aclaró que esos resultados no prueban que el estrés altere el pronóstico clínico después de un infarto. "Definirlo es muy complicado", dijo.

Existen muchas explicaciones posibles de por qué algunas personas consideran que sus vidas son estresantes, como los bajos ingresos, la depresión o una predisposición negativa. Todos esos factores también están asociados con la aparición de enfermedades.

El equipo intentó controlar la mayor cantidad posible de factores y observó que, por ejemplo, el estrés grave estaba asociado con un aumento del riesgo de morir aun los pacientes sin síntomas depresivos. Pero Arnold opinó que es difícil "aislar" el estrés con la raíz de esa tendencia.

Los resultados surgen de 4.204 pacientes atendidos por un infarto en 24 hospitales de Estados Unidos y que respondieron cuatro preguntas sobre el nivel de estrés percibido (por ejemplo, con qué frecuencia se sentían "superados por los problemas" y podían "controlar lo importante").

El equipo consideró que el 40 por ciento con menos habilidades para enfrentar esas dos situaciones tenían estrés moderado a alto. Ese subgrupo era más propenso a fumar y tener síntomas depresivos, obesidad, hipertensión o diabetes que el resto de los participantes.

Pero aun tras considerar esos factores, el equipo determinó que el estrés crónico se mantenía asociado con un 42 por ciento más riesgo de morir en los dos años posteriores.

Indirectamente, para la autora, el estrés podría alterar la capacidad de una persona de controlar su salud; por ejemplo, le costaría hacer ejercicio o tomar los medicamentos indicados.

Arnold les sugirió a los sobrevivientes de un infarto con altos niveles de estrés que, por ejemplo, hagan ejercicio moderado de manera regular, en especial, salir a caminar.



gilberto