Reportajes

Ejecuciones extrajudiciales, la otra cara de la guerra en Colombia

2012-10-17

En 2009, el Relator Especial de la Organización de Naciones Unidas sobre ejecuciones...

Edelmiro Franco. Corresponsal

Bogotá, (Notimex).- Las ejecuciones extrajudiciales por miembros de la Fuerza Pública de Colombia, para aparentar exitosas operaciones contrainsurgentes, constituyen otra arista del conflicto interno que durante 50 años ha estremecido a este país sudamericano.

Según registros oficiales y de organizaciones no gubernamentales, entre 2002 y 2008, los llamados Falsos Positivos dejaron tres mil 512 víctimas inocentes, cuyos familiares exigen hoy justicia y cero impunidad para los actores de esta guerra.

Los Falsos Positivos, catalogados como crímenes de lesa humanidad, se dieron en el marco de la denominada política de seguridad democrática, impulsada en Colombia durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, entre los años 2002 y 2010.

En 2009, el Relator Especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Philp Alston, señaló que los falsos positivos son asesinatos a sangre fría.

La expresión "falsos positivos brinda una suerte de aura técnica para describir una práctica que se caracterizaría mejor como el asesinato a sangre fría y premeditado de civiles inocentes, con fines de beneficio", aseveró en un informe tras visitar el país.

Explicó que en Colombia se denominan "falsos positivos" a los homicidios de jóvenes de barrios marginales por parte de fuerzas de seguridad del Estado, a quienes hace aparecer como guerrilleros muertos en combate.

"El fenómeno es muy conocido. Un reclutador engaña a la víctima con falsas pretensiones y la lleva a una localidad remota. Allá, al poco tiempo de llegar, miembros del ejército matan al individuo", señaló.

Agregó que "luego se manipula el lugar de los hechos para que parezca que la persona fue dada de baja legítimamente en el fragor de un combate. A menudo se hace una fotografía en la que sale vistiendo uniforme de guerrillero con un arma o granada en la mano".

"Las víctimas suelen ser enterradas de manera anónima en fosas comunes y los asesinos son premiados por los resultados conseguidos en la lucha contra la guerrilla", aseveró Alston, quien resaltó el caso del asesinato de 19 jóvenes de la localidad de Soacha, en 2008.

Sostuvo que en Colombia, entrevistó a "testigos y a supervivientes que describieron matanzas muy similares en los departamentos de Antioquia, Arauca, Valle del Cauca, Casanare, Cesar, Córdoba, Huila, Meta, Norte de Santander, Putumayo, Santander, Sucre y Vichada".

Según Alston, entre los "peligrosos guerrilleros que fueron dados de baja hay adolescentes de 16 y 17 años, un hombre joven con una edad mental de 9 años, un padre de familia abnegado (…), y un joven soldado de licencia por vacaciones, que visitaba a su familia".



KC

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