Internacional - Economía

Brasil y Argentina en otro clásico: discutir trabas comerciales del Mercosur

2012-12-07

Brasil quiere discutir el desplome de 21 por ciento de las importaciones brasileñas a...

Por Esteban Israel, Reuters

BRASILIA - La verdadera cumbre del Mercosur de Brasilia empezará el viernes, pero cuando todos los invitados ya estén volviendo a casa.

Entonces la presidenta brasileña Dilma Rousseff y la argentina Cristina Fernández se encerrarán durante dos horas a solas en la residencia de Alvorada para discutir la lista cada vez más larga de problemas que enturbian la relación entre las dos mayores economías de América del Sur.

Brasil quiere discutir el desplome de 21 por ciento de las importaciones brasileñas a Argentina en lo que va del año y la acelerada pérdida de ese mercado a manos de China, dijo a Reuters un funcionario brasileño de alto rango.

"Argentina es también un problema brasileño. Brasil no puede permitir que caiga en una crisis", dijo la fuente. "Tenemos una alianza estratégica y tenemos que buscar una solución", añadió.

Pero en privado los funcionarios brasileños suenan cada vez más frustrados con las trabas comerciales impuestas este año por Argentina para intentar poner un cerrojo a la salida de dólares.

La visión de Argentina es diametralmente opuesta.

"No hay conflictos", dijo un diplomático argentino de alto rango que esperaba la llegada de Fernández en el hall del Palacio Itamaraty, la sede de la cancillería brasileña donde se realiza la cumbre. "El comercio es apenas una pequeña parte de la agenda bilateral", añadió.

INTEGRACION CONTRA LA CRISIS

Rousseff defendió el Mercosur como un antídoto contra la crisis de deuda en Europa y los problemas fiscales en Estados Unidos.

"La permanencia de este escenario global de crisis hace aún más evidente la importancia de nuestra integración, que es lo que nos hará a cada uno de nosotros más fuertes y aptos para enfrentar las turbulencias del mercado internacional", dijo en su discurso de bienvenida.

Durante la ceremonia en Brasilia, los presidentes del bloque firmaron un protocolo para la adhesión de Bolivia.

Pero las expectativas ante la reunión con Fernández, el plato fuerte de la cumbre, ilustran los malabarismos de Brasil para no perder un mercado de 22.700 millones de dólares anuales para sus productos.

El Gobierno brasileño está gastando montañas de dinero para intentar mejorar la competitividad de sus industrias mediante exenciones fiscales e intervenciones para debilitar al real. Lo último que quiere es perder su tercer cliente después de China y Estados Unidos.

Otro funcionario del área económica del Gobierno brasileño dijo que hubo "señales de avance" durante una reunión sostenida la semana pasada por Rousseff y Fernández en Argentina.

"Pero con Argentina hay que ver para creer", advirtió. "Nuestro mensaje es claro: hoy toda la relación pasa por la cuestión comercial".

Argentina dice que el sistema de control de importaciones introducido este año para proteger su superávit comercial no busca frenar las exportaciones brasileñas.

"Al final de cuentas ellos siguen teniendo un superávit comercial con nosotros", dijo el diplomático argentino.

Las estadísticas muestran, sin embargo, que Argentina es responsable por casi la mitad de la caída de 33,9 por ciento en el superávit comercial de Brasil durante los primeros 11 meses del 2012.

MERCOSUR ANACRONICO

Los problemas entre las dos mayores economías del Mercosur exponen el débil momento de la unión aduanera lanzada hace dos décadas.

Lejos de desaparecer, las fronteras se transformaron en muros que frenan el comercio y funcionarios brasileños reconocen, en privado, que el Mercosur los ata a la hora de negociar acuerdos con países fuera del bloque.

"Se ha vuelto algo un poco anacrónico", dijo una fuente oficial brasileña.

Pero Brasil también juega a la defensiva. El país suspendió a comienzos de este año un acuerdo de libre comercio de autos con México e impuso cuotas de importación para contener los números rojos en su balanza con ese país.

El sector privado siente que el Mercosur, integrado además por Paraguay, Uruguay y desde hace unos meses también Venezuela, perdió su esencia como unión aduanera.

El principal logro de la cumbre del viernes en Brasilia podría limitarse a abrir las puertas del bloque a Bolivia, una nueva expansión hacia la izquierda.

¿Avances comerciales? Pocos, dicen los empresarios.

"El Mercosur no funciona. Es un ejemplo de confusión", dijo Pedro de Camargo, el presidente de la Asociación Brasileña de la Industria de Carne de Cerdo, uno de los sectores más golpeados por las trabas argentinas.

"¿DONDE ESTA LA PACHANGA?"

Aunque la cumbre marcó el debut de Venezuela como miembro pleno del bloque, el presidente Hugo Chávez estuvo ausente.

Tras una semana recibiendo tratamiento alternativo contra las secuelas de un cáncer en Cuba, Chávez decidió en cambio volver a Caracas.

"Estoy feliz y alegre de llegar aquí de nuevo", declaró al aterrizar según un video transmitido por la televisión estatal. "¿Dónde es la pachanga?".

Al parecer no en Brasilia, adonde Venezuela acabó mandando el viernes a su ministro de Energía, Rafael Ramírez, para conducir la delegación nacional.

Ramírez compartió mesa con Rousseff, Fernández y el presidente uruguayo José Mujica. Paraguay, el quinto integrante del Mercosur, está suspendido de este tipo de reuniones por haber destituido en forma sumaria al ahora ex presidente Fernando Lugo.

Participaron también de la cumbre el mandatario boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa.

Todos deben subir a sus aviones y regresar a casa después del almuerzo. Todos menos Fernández.



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