Policrato Philodemos
¡ Derecho laboral dinástico en México ?
Un cadáver escondido en el clóset
¿Acaso el conocimiento se transmite genéticamente?
La conmoción de la tragedia acaecida el pasado Jueves 31 de Enero en el edificio B2 de las oficinas centrales de PEMEX en la Ciudad de México, ha provocado una serie de declaraciones oficiales, político interesadas y oportunistas, especulaciones periodísticas, sobre todo de los autoerigidos especialistas instantáneos en cualquier tipo de eventos, así como curiosas declaraciones de la cúpula sindical de PEMEX, que señalan el fin de una etapa de moderación en la naturaleza de los discursos de carácter político sindical, como lo fue la declaración de su líder Romero Deschamps, cuando hace pública una promesa a los deudos de la infortunada tragedia.
Esta declaración es totalmente rescatable por su contenido y proyección, dado que significa el fin de la comedia y de la simulación sobre el comportamiento y verdadero poder político, o de facto, al que actualmente han llegado y tienen (por incompetencia, corrupción, connivencia o complicidad de las autoridades), los liderazgos sindicales, quienes como Romero Deschamps en PEMEX, deciden quitarse la máscara que ya no necesita, ante la decadencia de valores que da pábulo a que el cinismo impune se vuelva cotidiano, con el riesgo de convertir esta desmesura en moda obligada de la futura política nacional.
El líder del sindicato de PEMEX (STPRM), actualmente senador de la república (por dedazo político partidista y no por elecciones democráticas), obedeciendo al histrionismo subconsciente en todos los de su calaña y tratando de mantenerse en las marquesinas de la publicidad mediática, ya sea luciéndose con su familia como un nabab internacional o como político influyente y de polendas, no podía desperdiciar la oportunidad que le presentaba la tragedia para hacer público su protagonismo, que aprovechó para declarar y ofrecer a los deudos de las víctimas (asumiéndose como el verdadero poder fáctico de la paraestatal más importante de México), las plazas de trabajo que dejaban vacantes los fallecidos en la explosión.
Ignoro si esta promesa laboral fue pensada en sus consecuencias interpretativas, o si se trató de un gazapo inconsciente convertido en traicionero lapsus, dado que ante los mexicanos significa que el señor Romero Deschamps es la mano que mece la cuna y toma decisiones a capricho, determinando por encima de la propia gerencia de la paraestatal y sin importar si es necesario para la empresa dicha contratación, o si las personas a contratar llenan el perfil de conocimientos y/o capacidades para efectuar la función o tarea que desempeñarán, decidiendo "per se" y no la gerencia o administración, responsables de PEMEX, quien o quienes pueden entrar a trabajar en nuestra empresa, ya que según declaraciones oficiales nos han hecho creer que pertenece a todos los mexicanos.
Ignoro si fue un acto de pedantería o de franqueza inconsciente, pero intuyo que debemos agradecer al señor Romero Deschamps que nos haya levantado el velo de hipocresía, sobre algo que se ocultaba en las formas y en el discurso aún siendo u secreto a voces y del dominio público . Ahora ya sabemos oficialmente quien es el verdadero poder en dicha paraestatal y a quien pertenece realmente el petróleo en México conocimiento que ya nos permite entender la naturaleza y origen de los enjuagues al interior de la paraestatal y de su sindicato, manejado como franquicia político-económica de una cúpula, así como la rabiosa defensa que ésta hace de su estatus ante los cambios que PEMEX requiere para ser más eficiente, oposición que se hace a nombre de un supuesto "nacionalismo" y "antiprivatización", que no es otra cosa que la defensa de privilegios, de la opacidad administrativa que los oculta, y de la corrupción que garantiza la impunidad.
Como colofón a lo anteriormente señalado, y siguiendo la lógica de tipo dinástico medieval que pretende aplicar Romero Deschamps, de un supuesto "derecho" autoconcedido (sea por herencia o discrecional de las cúpulas sindicales y mañosamente considerado como "conquista laboral" por el corporativismo sindical en México), cabe preguntarse si los puestos de trabajo deben o no responder a la capacidad, habilidades, y/o conocimientos de quien va a desempeñar cierto trabajo, o si deben asignarse por "derecho de herencia (dinástico como lo establecía el derecho sálico hace mil años), aunque se carezca de los atributos señalados.
Finalmente le preguntaría a Ud. amable lector, si consentiría ser intervenido quirúrgicamente por alguien que sin ser cirujano calificado heredó la plaza de trabajo de su padre para substituirlo en el hospital, simplemente por decisión del dirigente del sindicato de médicos que mangonea dicho nosocomio.
Pobre nuestro México . ¿En manos de quien estamos? . Desgraciadamente es la misma lógica que se aplica a la política, y la razón por la que quienes toman decisiones por nosotros y elaboran las leyes que nos rigen son generalmente improvisados y verdaderos analfabetas de la ciencia.
EEM
