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En EU, una nueva cruzada por visas para emprendedores

2013-02-14

Rutul Davé, oriundo de India, tenía una visa H1-B, que lo ataba a su empleador. El...

Por EMILY MALTBY, WSJ

Rutul Davé, oriundo de India, tenía una visa H1-B, que lo ataba a su empleador. El emprendedor tuvo que esperar hasta recibir una "green card" para fundar su propia firma.

Fabien Beckers, de San Francisco, es uno de las decenas de emprendedores que planean viajar a Washington este mes para presionar por la promulgación de un proyecto de ley que otorgaría visas a inmigrantes que abran negocios en Estados Unidos.

El Startup Act 3.0, un proyecto de ley bipartidista en el Senado, busca conseguir 75.000 nuevas "visas de emprendedores" cada año para fundadores que recauden US$100.000 para sus empresas nuevas y que contraten por lo menos dos empleados en el plazo de un año y al menos cinco en los siguientes tres años.

La medida también crearía 50.000 visas por año para estudiantes extranjeros que se gradúen de universidades en Estados Unidos con títulos avanzados en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas, y dediquen al menos cinco años desarrollando sus carreras en esos campos.

El presidente Barack Obama y los líderes demócratas del Senado señalan que apoyan las visas para los que reciben doctorados y para emprendedores tecnológicos, pero han recalcado constantemente que tales avances deben formar parte de un paquete que incluya el establecimiento de un camino a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes ilegales que se estima que viven en el país. Esto significa que es más probable que las estipulaciones del Startup Act 3.0 se promulguen como parte de este paquete, si es que se logra aprobar.

El pasado noviembre, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley independiente que habría proporcionado visas a inmigrantes en áreas de alta tecnología. Obama se opuso a la ley y la Casa Blanca declaró en ese momento que "no respalda propuestas diseñadas de manera estrecha que no cumplan con los objetivos a largo plazo del presidente con respecto a una reforma inmigratoria integral".

Aun así, los partidarios dicen que continuarán enfatizando la necesidad de visas para empresas nuevas para generar más empleos orientados a la tecnología. "Es nuestra hora", apuntó Emily Lam, directora sénior de asuntos federales en el Grupo de Liderazgo de Silicon Valley en San José, California. La agrupación gremial, que representa a 375 compañías en Silicon Valley, envió a una decena de fundadores de empresas a Washington la semana pasada para solicitar que las visas para empresas nuevas sean incluidas en una reforma integral.

"El ímpetu ha estado creciendo durante los últimos dos años para lograr algo y estamos en un momento político único para realizarlo", dice Steve Case, cofundador de AOL Inc., quien apoya la visa para emprendedores. El Startup Act fue presentado por primera vez en 2011 por los senadores Jerry Moran, republicano por Kansas, y Mark Warner, demócrata por Virginia.

Beckers, un físico francés de 39 años, se graduó de la Universidad de Stanford con una maestría en negocios en 2011 y se dedicó a desarrollar software que pudiera descifrar defectos del corazón a partir de lecturas de imágenes por resonancia magnética. Junto con tres socios empresariales, lanzó Morpheus Medical Inc., pero vieron que era difícil recaudar dinero porque el financiamiento dependía del estatus de inmigratorio de Beckers.

Al físico, quien tenía una visa de trabajo que expiraba el 13 de diciembre de 2012, le negaron una H1-B —un tipo de visa para empleados extranjeros en empresas en EE.UU.— porque no pudo comprobar una relación de empleado y empleador con su empresa. Pero justo antes de que estuviera por regresar a Francia, recibió una visa O-1, dirigida a individuos con "habilidades extraordinarias", que le permite quedarse en el país por tres años.

La empresa después se aseguró US$2 millones en financiamiento de inversionistas y contrató cuatro empleados de tiempo completo. "Fue extremadamente estresante", recuerda. "Mi historia ejemplifica por qué el sistema no está funcionando".

Al mismo tiempo, el apoyo bipartidista al Startup Act no garantiza su éxito ya que contiene estipulaciones potencialmente divisorias, incluyendo una exención permanente de 100% de los impuestos sobre las ganancias de capital para inversiones que se mantienen por al menos cinco años en negocios con menos de US$50 millones de activos totales. Este lenguaje viene de la versión de 2011, cuando el proyecto de ley fue presentado por primera ocasión como una medida de creación de empleos dirigida a encauzar dinero a empresas nuevas.

Las coaliciones de emprendedores se están movilizando para mostrar su apoyo, entre ellas Engine Advocacy, un grupo de apoyo a favor de la tecnología y las empresas nuevas con sede en San Francisco, que cuenta con Beckers como miembro.

Rutul Davé, de 34 años, también tiene pensado ir a Washington este mes. El oriundo de India obtuvo su maestría en ciencias de la computación de la Universidad del Sur de California y trabajó en varias empresas nuevas, incluyendo una adquirida por Cisco Systems Inc. Pudo permanecer en el país con una visa H1-B, pero lo dejó atado a su empleador. "La única forma de ser un emprendedor es tener una 'green card' [residencia permanente]", dice. "Tuve momentos en que pensé: si quiero realizar mi sueño, tendría que mudarme de regreso a mi propio país".

Cuenta que inició el proceso de obtener su 'green card' con el patrocinio de Cisco y la recibió en 2008. Esto le permitió comenzar a trabajar en Bright Funds Inc., una empresa de web de San Francisco que ayuda a donantes de obras caritativas a administrar sus aportes como lo harían con un portafolio de fondos de inversión. La empresa, que fue lanzada en noviembre de 2012, actualmente cuenta con un empleado de tiempo completo y varios trabajadores por contrato. Davé planea contratar más personas este año.



ROW

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