Nacional - Seguridad y Justicia

La captura del líder de Los Zetas plantea un nuevo desafío en México

2013-07-17

Ese modelo ha permitido al grupo expandirse rápidamente por México y...

NICHOLAS CASEY  y JOSÉ DE CÓRDOBA

CIUDAD DE MÉXICO—La captura de Miguel Ángel Treviño, el líder de unos de los carteles más despiadados de México, plantea una pregunta importante para las autoridades de seguridad pública del país: ¿cómo se desmantela un cartel de la droga que no está organizado bajo un único líder?

El cartel de Los Zetas se diferencia de otras organizaciones del narcotráfico en el sentido de que las células locales realizan la mayoría de los delitos, desde trasladar cargamentos de drogas hasta extorsionar a empresas locales, indicaron analistas y autoridades de seguridad pública el martes, un día después del arresto del capo. Los miembros a menudo trabajan como "franquicias" —no muy diferente a las cadenas de restaurantes— pagándoles a los líderes de Los Zetas cuotas por el uso del nombre y el derecho de dirigir operaciones criminales locales.

Ese modelo ha permitido al grupo expandirse rápidamente por México y Centroamérica, al mismo tiempo que le ha dificultado al gobierno desmantelar a Los Zetas persiguiendo a sus líderes.

"La captura de la cabeza no significa una sentencia de muerte para Los Zetas", dijo Gavin Strong, analista encargado de América en la firma de seguridad Control Risks. "Pueden perder a la cúpula, pero el modelo permanece intacto".

De hecho, una situación similar ocurrió el año pasado: en octubre, las fuerzas de seguridad dieron de baja a Heriberto Lazcano, el líder por mucho tiempo de Los Zetas, en una carretera cercana a la frontera con EE.UU. La muerte de Lazcano, que sucedió cuando el entonces presidente Felipe Calderón se preparaba para abandonar el mando, provocó especulaciones de que el presidente habría llevado Los Zetas a su fin. Pero Treviño rápidamente asumió las riendas y las divisiones locales siguieron delinquiendo.

Investigadores y analistas dijeron que el candidato más opcionado para suceder a Treviño es su hermano menor y principal lugarteniente, Alejandro, conocido como Omar. El menor de los Treviño es buscado en EE.UU. por tráfico de drogas, donde hay una recompensa de US$5 millones por su captura.

El capo mayor fue detenido vivo en la madrugada del lunes cuando viajaba con US$2 millones y ochos rifles automáticos. El martes, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, o DEA por sus siglas en inglés, felicitó al gobierno mexicano, señalando que el "despiadado liderazgo" de Treviño había llegado ahora a su fin.

La captura del capo también podría cambiar la dinámica para otros carteles. Grupos rivales como el Cartel de Sinaloa y el Cartel del Golfo, que controlan los territorios adjuntos en México, podrían intentar incursionar en territorio de Los Zetas, causando más violencia a lo largo de la frontera entre México y EE.UU., a media que ambos grupos luchan por el dominio, apuntan los analistas.

"Podríamos ver un recrudecimiento a corto plazo de los enfrentamientos violentos", afirmó Guadalupe Correa-Cabrera, quien estudia temas fronterizos en la Universidad de Texas en Brownsville.

Los Zetas eran originalmente una organización de desertores del ejército mexicano que se convirtieron en el brazo armado del Cartel del Golfo, grupo que controlaba el tráfico de drogas en la costa del Golfo de México y el noreste de la frontera con EE.UU. En 2010, Los Zetas se separaron y comenzaron una sangrienta guerra por territorio con sus ex empleadores que convirtió a los estados de Tamaulipas y Nuevo León en campos de la muerte.

El grupo rápidamente se firjó una reputación por su brutalidad. Las autoridades de México y EE.UU. lo señalan como responsable de algunas de las peores atrocidades de la narcoviolencia en México, incluyendo el incendio que dejó 53 muertos en un casino en la ciudad de Monterrey en 2011, así como la masacre de 72 migrantes que fueron secuestrados y asesinados mientras intentaban llegar a EE.UU. en 2010 en la ciudad de San Fernando, en el estado contiguo de Tamaulipas.

Sus métodos barbáricos de ejecución —como la decapitación y el desmembramiento de víctimas— fueron adoptados por otros carteles mexicanos a medida que cada uno procuraba superar al otro en brutalidad para intimidar a rivales y al gobierno. Los Zetas han sido un blanco principal de las autoridades mexicanas por su brutalidad.

El grupo también practica la extorsión de todo tipo de empresas en México, dicen autoridades y expertos, y también trafican inmigrantes indocumentados a EE.UU., roban gasolina, secuestran y venden mercancía pirata.

Algunos analistas afirman que incluso si la captura no marca el colapso del grupo, podría ser el comienzo de su fin. "Si este no es el fin de Los Zetas, es el comienzo del fin de Los Zetas como un grupo reconocible", aseveró Alejandro Hope, un ex directivo mexicano de inteligencia de seguridad que ahora trabaja en el Instituto Mexicano para la Competitividad. "Seguirán habiendo organizaciones que usan el nombre de Los Zetas y su modus operandi, pero este es uno de los últimos pasos para el desmantelamiento del cartel".



KC
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