Agropecuaria

"Debemos procesar nuestras materias primas"

2013-12-02

En principio, el impacto sería positivo. La urbanización y la reducción del...

Por: Alejandro Rebossio, El País

Luis Eduardo Escobar es un economista chileno de curiosa trayectoria. Graduado en la Universidad de Chile y con un doctorado en la de Maryland, trabajó 20 años en el Fondo Monetario Internacional (FMI), incluso como representante ante Venezuela y Ecuador. Después regresó a su país para asesorar entre 2003 y 2006 al Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), socialista de la Concertación. Después fue consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y en las elecciones presidenciales de 2009, Escobar colaboró con la campaña del que entonces fue el candidato sorpresa que criticaba a la Concertación por izquierda, Marco Enríquez-Ominami. En aquel entonces se refería al futuro presidente de Chile, Sebastián Piñera, como "derecha retrógrada". En la actualidad se desempeña como consultor independiente. Después de la primera vuelta de las nuevas presidenciales chilenas y antes de la segunda contienda entre la socialista Michelle Bachelet y la conservadora Evelyn Matthei, Escobar dialogó con El País desde Santiago sobre la realidad latinoamericana.
 
Pregunta. ¿Cómo ve la economía latinoamericana?

Respuesta. Creo que la economía latinoamericana en el pasado reciente dio buenas muestras de resistencia ante los embates de la economía internacional, en particular ante la crisis de EE UU y la Unión Europea. Ahora, pese a la desaceleración proyectada del crecimiento, la región crece a tasas extremadamente buenas en términos históricos y en comparación con el resto del mundo, salvo con China, que es algo excepcional. Se ven las cosas relativamente bien, aunque hay problemas particulares en Argentina y Venezuela.

Pregunta. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades?

Respuesta. Las debilidades tradicionales de la economía latinoamericana radican en que el crecimiento está muy fundado en lo que pasa con los commodities (materias primas). Somos grandes abastecedores de bienes agrícolas, mineros y forestales en el mundo. Y esto nos hace variar mucho según el ciclo económico. El riesgo de desaceleración en China es importante para nosotros. Puede hacer un daño serio en lo económico y en lo social. En cuanto a fortalezas, en los últimos 30 años se entendió que la estabilidad macroeconómica es crítica para fortalecer la política y la sociedad. Es la gran lección que se ha aprendido en casi toda Latinoamérica, con las excepciones de Argentina y Venezuela. La ha aprendido también Ecuador, al que le ha ido bastante bien últimamente. Se ha aprendido que el déficit fiscal y la expansión crediticia tienen relación con la estabilidad macroeconómica.

Pregunta. ¿Cómo puede impactar el nuevo plan de China de concentrarse más en el mercado interno, y no tanto en la exportación?

Respuesta. En principio, el impacto sería positivo. La urbanización y la reducción del sector agrícola en China son altamente beneficiosas para Latinoamérica. Pero esas transiciones no son fáciles, sobre todo en una economía tan centralizada como la china. Ambos procesos han elevado hasta ahora la productividad del campo y de la ciudad. Además, han incrementado las compras de productos que nosotros exportamos.

Pregunta. ¿Pero en qué sentido no son fáciles estas transiciones?

Repuesta. Si hay conflictos sociales y políticos, eso se traduciría en menores tasas de crecimiento, y eso lo podemos relacionar con la debilidad de nuestra estructura económica.

Pregunta. ¿Hay que cambiar esa dependencia de las materias primas?

Respuesta. Es el gran desafío de Latinoamérica en el largo plazo. Así como China hizo un esfuerzo muy potente para desarrollar su sector manufacturero, nosotros debemos caminar hacia el procesamiento de nuestras materias primas en forma creciente. Pero la rentabilidad actual de la producción de materias primas es tan alta que es difícil hacerlo. Algunos avances ha habido en Brasil o Chile, en nuestra industria forestal, en la que hacen tableros, marcos de puertas, ventanas, pero es algo muy incipiente.
 
Pregunta. ¿Cómo ve a Chile?

Respuesta. Se ha venido desacelerando de un crecimiento del 6% anual al 4% proyectado. En 2014 quizá esté por debajo del 4%. El precio del cobre (principal exportación de Chile) ha bajado 12% respecto de 2012. También bajó la rentabilidad en este sector, han aumentado los costos, las minas han disminuido su ley y rendimiento. En Chile también hay un desafío importante en el sector energético. No se ha resuelto el problema de las fuentes de energía. Además hay un desafío de mejorar el capital humano. Hay restricciones de infraestructura. Se necesita inversión de más largo plazo.

Pregunta. ¿Chile ha crecido pero no se ha desarrollado en estas décadas?

Respuesta. En los últimos 30 años encontramos esta discusión sobre el crecimiento. El problema es que la distribución del ingreso es muy mala. En este aspecto, somos el cuarto país peor de Latinoamérica. Las diferencias sociales son cada día más evidentes. A la gente no le basta con salir de la pobreza. Quiere educación, salud, Seguridad Social. Todo esto deberá afrontar Bachelet.

Pregunta. ¿Por qué critica a Argentina y Venezuela?

Respuesta. Son las excepciones a la estabilidad macroeconómica. Tratan de gastar más de los ingresos que generan. Venezuela lo hace desde hace muchos años, pero ahora está al límite. En Argentina hay un problema fiscal recurrente. Lo que subyace en ambos casos son confrontaciones políticas muy importantes. Los gobiernos tratan de resolver los conflictos con gasto público sin contar con los recursos necesarios.

Pregunta. Pero Argentina tiene uno de los déficits fiscales más bajos de la región.

Respuesta. Pero para su Gobierno es difícil de sostenerlo.

Pregunta. ¿Al final se ha disipado el temor latinoamericana a que suban los tipos de interés de EE UU y se acaben el flujo de dinero barato hacia los mercados emergentes?

Respuesta. No es previsible la velocidad de retirada de los estímulos monetarios de EE UU ni cuándo lo hará. Hasta ahora, la Reserva Federal (Fed, banco central norteamericano) ha apostado al debilitamiento de la moneda, pero es probable que cambie.
 
Pregunta. ¿No le importará el daño que puede causar en el resto de la economía mundial?

Respuesta. En 1982, la Fed tiró a todo el mundo en recesión y le dio lo mismo. La política es siempre local. Quedó demostrado en la reciente discusión presupuestaria de EE UU. En las reuniones del FMI, el mundo critica a EE UU y el presidente de la Fed mira al techo.



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