Reportajes

Una propuesta modesta para los niños inmigrantes

2014-06-23

MARY ANASTASIA O'GRADY, The Wall Street Journal

Queridos padres de América Central:

Nos hemos enterado de que se ha puesto de moda en sus países exportar a sus hijos a Estados Unidos. No estamos seguros de cuántos menores no acompañados han pasado por la frontera entre México y EE.UU. sin ser detectados. Pero nos dicen que el número de detenidos por las fuerzas del orden se ha disparado en los últimos meses.

Un documento del 13 de junio escrito por Muzaffar Chishti y Faye Hipsman del Migration Policy Institute cita datos de la patrulla fronteriza: en el año fiscal 2011, 16.067 menores de edad que viajaban sin adultos fueron detenidos al intentar ingresar a EE.UU. desde México. En 2012, el número de capturados tratando de entrar ilegalmente fue de 24.481 y en 2013, de 38.833. En los ocho meses del año fiscal 2014 se han producido 47.017 detenciones de menores no acompañados, la mayoría provenientes de América Central.

"Si el flujo continúa a buen ritmo, (y no hay señales de una desaceleración), el gobierno prevé que para el final del año fiscal el 30 de septiembre, el total podría llegar a 90.000", escriben los autores.

Les estamos escribiendo para decirles que dejen de mandar a sus niños a nuestro país. ¿No saben que esa manera de pensar es del siglo XIX y XX? Claro, muchos de nuestros abuelos viajaron solos de niños con las instrucciones de contactar a sus familiares en este país. Sus padres querían que tuvieran la oportunidad de una vida mejor. Pero ahora que estamos aquí, esa idea es cosa del pasado.

Estamos felices de hacer negocios con ustedes. Nuestro país es el mayor consumidor del mundo de drogas ilegales, muchas de las cuales llegan a través de América Central. Pagamos mucho dinero, en efectivo, por ellas.

Entendemos que todos esos miles de millones de dólares van a parar a los bolsillos de los traficantes de drogas y a la financiación de redes bien armadas de crimen organizado que agobian a sus gobiernos elegidos popularmente y a sus instituciones. Hemos oído que la extorsión, el secuestro y la violencia de las pandillas que han florecido, a medida que los capos de la droga se diversifican hacia otras líneas de negocios, ha hecho que la supervivencia en sus países sea una proposición dudosa. Hemos leído el estudio de 2011 del Banco Mundial que encontró que "el narcotráfico aparece como la causa principal de la creciente tasa de criminalidad y violencia en América Central, reflejando en parte la magnitud del flujo de drogas por la región, el 90% de las drogas destinadas a los EE.UU."

Pero en realidad, no hay mucho que podamos hacer al respecto. Durante años hemos tratado de dejar el consumo de estas sustancias, pero simplemente es algo demasiado difícil.

Nuestro plan para la guerra de EE.UU. contra las drogas es que se debe combatir en sus países. Recordamos a Al Capone y lo terrible que fue para Chicago. Pero no podemos soportar crisis humanitarias tampoco, y menos que una en la que hemos jugado un papel tan importante llegue ahora a nuestras puertas.

¿No saben cuán peligroso es que los adolescentes ande por ahí sin sus padres? En nuestro país, los seres humanos son hijos dependientes hasta bien entrados los 20 años. Si fuéramos ustedes, nos preocuparíamos de que los menores no estén usando el cinturón de seguridad o de que puedan estar comiendo grasas saturadas durante el largo viaje.

La semana pasada, Hillary Clinton le dijo a Christiane Amanpour, de CNN, que los niños "deben ser devueltos lo más pronto posible luego de determinar quién es el adulto responsable en sus familias". (Hey, Hillary: ¡esos adultos están aquí!).

Por supuesto, como siempre, la ex secretaria de Estado está pensando en los niños: "El hecho de que su hijo cruce la frontera no quiere decir que se puede quedar. . . No queremos enviar un mensaje que contradiga nuestras leyes, ni animar a más niños a hacer esa peligrosa travesía".

¿Ven? Incluso Hillary piensa que es peligroso. Ustedes, en cambio, parecen pensar que los riesgos de crecer en una América Central azotada por la guerra contra las drogas es un riesgo mayor que el intento de llegar a EE.UU. a través de México. Deberían escuchar a Hillary. Ella siempre pone a la gente antes que la política.

El problema de ustedes es que eligen líderes malos, no como nosotros. Los nuestros saben cómo negociar con los talibanes. Deberían aprender de nosotros.

También tienen que darse cuenta, como lo observó irónicamente el fallecido economista del desarrollo Peter Bauer, que de acuerdo a la forma en la que el gobierno utiliza el Producto Interno Bruto per cápita para medir la riqueza, más vacas nos harían más ricos, pero más niños nos harían más pobres. Por lo tanto, sus exportaciones harán que nuestra economía se vea aún peor de lo que ya está.

Que conste, nos gustan los niños. No abogamos por una solución a lo Jonathan Swift. Pero sus pequeños ladrones de migajas están llegando acá con las manos y la cara sucias. Cuando crezcan, van a robar los empleos de nuestros hijos. A ese ritmo, nunca vamos a reducir las tasas de desempleo de la era Obama.

El pastel no es muy grande. Es por eso que el presidente Obama quiere cortarlo en rodajas iguales para todos. Si más de ustedes empiezan a mordisquear habrá menos para nosotros. Así que basta.

Atentamente,

Opositores a las exportaciones del Sur

P.D. ¿Conoce a algún jardinero? Los estadounidenses son muy caros y no hace falta hablar inglés para regar un árbol. Envíe sus recomendaciones, no haremos preguntas.



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