Reportajes

Israel o los Islamitas: Los lideres árabes ante el dilema de Gaza

2014-07-20

Muchos dirigentes, desde Riad hasta Rabat, no hacen más que condenar a Israel y ofrecer...

Por Mey Dudin (dpa)

TÚNEZ (dpa) - En todo el mundo árabe se siente la indignación. «Gaza, la gran tumba», titulaba el diario egipcio «Al Masry Al Youm» por los ataques israelíes a la Franja de Gaza. Los medios tunecinos hablaban directamente de masacre de palestinos, reflejando además lo que piensa la gente en la calle. Sin embargo a toda esta indignación le sigue poca acción por parte de los gobiernos árabes.

Muchos dirigentes, desde Riad hasta Rabat, no hacen más que condenar a Israel y ofrecer ayuda humanitaria a los palestinos, pues consideran que el movimiento radical islámico Hamas es también un peligroso enemigo.

Antes de que la Primavera Árabe de 2011 acabase con algunos gobiernos de la zona, las cosas funcionaban de otra forma y el reparto de papeles en la región estaba definido. Si había una escalada del conflicto en Cercano Oriente, Egipto -entonces liderado por presidente Hosni Mubarak- era el mediador entre israelíes y palestinos. Estados Unidos dotaba de ayuda económica a El Cairo como socio estratégico en la región mientras el país cumpliese con las condiciones del acuerdo de paz con Israel. Las simpatías de los árabes estaban con Hamas, mientras los odios se centraban sólo en Israel.

Sin embargo, las tornas cambiaron con el derrocamiento de Mubarak y la fuerza que ganaron los Hermanos Musulmanes en el país del Nilo y en toda la región. Egipto se convirtió en respaldo y estrecho colaborador de Hamas. Tras el fin del conflicto en Gaza a fines de 2012, el entonces primer ministro egipcio Hisham Kandil viajó a la Franja por orden del jefe de Estado islamista Mohamed Mursi, para mostrar su solidaridad con Hamas, un grupo que precisamente nació como una rama de los Hermanos Musulmanes.

Pero hace un año la constelación en Cercano Oriente volvió a modificarse. Y los islamistas fueron los perdedores. En Egipto los militares derrocaron a Mursi e ilegalizaron a los Hermanos Musulmanes. En Túnez los islamistas de En Nahda vieron recortado su poder y en Libia prosiguen los enfrentamientos. En Arabia Saudí y en los Emiratos Árabes Unidos los Hermanos Musulmanes son perseguidos como terroristas, pues los mandatarios se sienten amenazados por ellos. Ahora sólo queda el emirato de Qatar como el único país árabe que ayuda a los islamistas, pero las amenazas de sus vecinos está conteniendo su ayuda a los mismos.

Y Hamas ha pasado a quedarse excluido. Nadie se muere de ganas por mediar en el conflicto de Gaza. El nuevo presidente de Egipto, el ex jefe militar Abdel Fattah al Sisi, no se posicionó oficialmente hasta hace unos pocos días, tras la visita del enviado especial del Cuarteto de Cercano Oriente, Tony Blair.

En El Cairo sin embargo se habla de la «tozudez e intransigencia» de ambas partes cuando se trata de Gaza. Para la cúpula egipcia, Hamas está considerada un elemento que alienta los disturbios, responsable además de armar a los extremistas sunitas en el Sinaí.

Y las consecuencias del cambio de poder en Egipto las sufren las personas en la Franja de Gaza, un pequeño enclave a orillas del Mediterráneo que Israel mantiene bloqueado por mar y tierra desde hace años. El Cairo mantiene casi siempre cerrado su paso fronterizo con la Franja, el de Rafah. El diario «Al Masry al Youm» comentaba los recientes acontecimientos señalando: La sangre de los hijos y las hijas de Gaza se derrama por «la idiotez de Hamas, la barbarie de Israel, los prejuicios de Estados Unidos, la hipocresía de Occidente y la debilidad de los árabes».

No obstante, los líderes árabes no han podido mantenerse completamente al margen del conflicto. La presión de la calle es demasiado grande. Es por ello que la Liga Árabe, tras una semana de dudas, convocó una reunión de Ministros del Exterior en El Cairo esta semana.

En las redes sociales sin embargo muchas personas se mofan de la «falta de acción» y la «hipocresía» de la Liga. En Twitter circula una caricatura en la que se ve un tanque israelí al que suministran combustible palestino. En el surtidor se lee «el silencio árabe». En otra caricatura se ve a un árabe del Golfo durmiendo que no escucha cómo suena su despertador gazatí. Sus orejas están cubiertas con unas orejeras con la bandera estadounidense.



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