Migración

Después de hablar con Obama, presidente Honduras ve lejana solución a crisis de niños inmigrantes

2014-08-01

Hernández dijo que Obama no le ofreció ayuda explícita y que las disputas...

Por Gustavo Palencia y Gabriel Stargardter

TEGUCIGALPA (Reuters) - Después de reunirse con el presidente de Estados Unidos la semana pasada, el mandatario de Honduras tiene pocas esperanzas de una solución inmediata para frenar la oleada de niños que huyen de la pobreza y la violencia en Centroamérica.

Acompañado de sus contrapartes de El Salvador y Guatemala, Juan Hernández se reunió en Washington con Barack Obama y legisladores estadounidenses para discutir cómo hacer frente a un incremento sin precedentes de niños emigrantes a Estados Unidos, que ha sobrepasado los recursos de la frontera y que encendió un feroz debate político sobre qué hacer con ellos.

Hernández dijo que Obama no le ofreció ayuda explícita y que las disputas entre legisladores demócratas y republicanos estaban matando las probabilidades de cualquier solución a la crisis a corto o largo plazo.

"Yo no pierdo la esperanza, pero creí que a esta altura, el primer resultado en términos de atender la crisis, lo íbamos a tener ya, como decisión tomada", afirmó el jueves por la noche en una entrevista en su oficina de la casa presidencial.

"Este es un monstruo tan enorme que tiene un pie en Centroamérica y México, y el otro pie en Estados Unidos. Ahora entre más tiempo pase, más se puede agudizar el problema", dijo.

Obama solicitó 3,700 millones de dólares en fondos de emergencia para hacer frente a la crisis migratoria de niños, pero el Congreso profundamente dividido, que entrará en receso de verano el viernes, aún no decide si los aprobará.

Hernández dijo que de ser autorizados, su empobrecido país podría recibir unos 300 millones de dólares, que destinaría a recibir a los niños y a sus familias y reintegrarlos a la sociedad, azotada por la violencia de pandilleros.

"Lo que encontramos fue un presidente Obama diciendo que estaba apelando al Congreso que le aprobara recursos", dijo el presidente centroamericano.

"Pero el tema es que, en el Congreso, por el lado del Partido Republicano, no escuchamos lo mismo. Y para que se produzca una solución definitiva (...) deben de trabajar en conjunto, y no siento que eso está ocurriendo", agregó.

Los republicanos quieren reforzar la seguridad en la frontera de Estados Unidos con México para frenar el flujo de inmigrantes y cambiar una ley del 2008 para que puedan ser deportados más rápidamente. También han criticado a Obama por no actuar lo suficientemente rápido para atender la crisis.

Las posibilidades de alcanzar una solución bipartidista en Washington se complican aún más por el hecho de que ambas partes tienen los ojos puestos en las elecciones del 2016, dijo.

POBREZA, DROGA Y PANDILLAS

Más de 57,000 niños y adolescentes centroamericanos sin compañía de adultos han sido detenidos en la frontera de Estados Unidos desde de octubre.

Muchos de ellos huyen de la profunda pobreza y la violencia de las pandillas que ha convertido a algunas partes de Centroamérica en unas de las más anárquicas en el mundo.

Según cifras de la Organización de Naciones Unidas, en el 2012 Honduras registró 90,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, una tasa mucho más elevada que cualquier otro país.

Durante muchos años, pandillas como "Calle 18" y "Mara Salvatrucha" se han apoderado de todo el país, extorsionando, vendiendo drogas y traficando con armas.

Formadas en la década de 1980 en prisiones de Estados Unidos por inmigrantes centroamericanos, las pandillas se convirtieron más tarde en franquicias internacionales cuando sus miembros fueron deportados de regreso a casa.

Pero la situación de seguridad se deterioró después de un golpe de Estado en Honduras en 2009, que desestabilizó al país, permitiendo a los cárteles mexicanos de la droga expandir sus operaciones a lo largo de la costa Caribe, donde reciben aviones cargados de cocaína de Sudamérica en ruta a Estados Unidos.

El daño causado por el tráfico de drogas en la región ya ha llevado a algunos líderes de la región, como el presidente de Guatemala, Otto Pérez, a hablar abiertamente sobre la posibilidad de la legalización.

Hernández dijo que no estaba convencido de los argumentos a favor de la legalización, y que pensaba que era injusto que algunos estados de Estados Unidos hayan legalizado la marihuana, mientras que en países de Centro y Sudamérica sigue siendo ilegal.

"Tenemos que tener una discusión seria y muy profunda al respecto porque no es justo", dijo, y agregó que era necesario iniciar pronto un debate sobre la unificación de las políticas de drogas en la región.

Hernández reconoció que había una responsabilidad conjunta para abordar la oleada de niños emigrantes y que Honduras debía hacer su parte. La impunidad y la corrupción abundan, y las calles están inundadas de armas. Pero, dijo, no es la única obligada a actuar.

"Yo creo que ciertas autoridades de México, algunos policías, pueden hacer más", dijo.

El mandatario no explicó lo que le gustaría que hicieran, pero dijo que hablar de esfuerzos para limitar el acceso a los trenes, conocidos como "La Bestia", que llevan a emigrantes al norte a través de México era un paso en la dirección correcta.

También consideró que Estados Unidos, un país construido con inmigración, debería estar agradecido con los hondureños que buscan trabajar allí, ya que benefician a la mayor economía del mundo.

"Me parece que es un poco de doble moral decir 'Necesitamos esta mano de obra, yo los tengo contratados como ayudante de mi casa, ayudante de cocina, o en el campo, o en la construcción', pero por otro lado públicamente decir que no entren", dijo.



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