Internacional - Población

Alemania, preocupada por el auge del movimiento islamófobo Pegida

2014-12-16

En las elecciones regionales de agosto fracasó el intento del NPD de volver a entrar en el...

Almudena de Cabo

Berlín. (dpa) - Alemania lleva días sumida en la preocupación tras comprobar cómo el nuevo movimiento islamófobo Pegida cuenta cada vez con una mayor aceptación entre los alemanes descontentos y resentidos con los extranjeros.

El grupo Pegida, siglas de "europeos patrióticos contra la islamización de Occidente" en alemán, organiza desde hace algunas semanas manifestaciones todos los lunes en la ciudad de Dresde, en el este de Alemania. La de esta semana reunió a más de 15.000 personas.

Con el lema "Nosotros somos el pueblo" -famoso por las marchas pacíficas de los lunes que en 1989 desencadenaron la caída del Muro de Berlín- los manifestantes se oponen a la acogida de refugiados por razones económicas y a la presencia de presuntos yihadistas en territorio alemán, al mismo tiempo que muestran su descontento y temor por su futuro.

Lejos de lo que se podría pensar, este nuevo movimiento ciudadano engloba a todo tipo de gente, lo que llevó a la canciller alemana, Angela Merkel, a alertar esta semana de que "todo aquel que participe en una manifestación de Pegida debe tener cuidado de no ser instrumentalizado".

"Aunque en Alemania existe efectivamente la libertad de manifestación, no hay sitio para campañas de difamación y persecución contra las personas que vienen de otros países", afirmó la mandataria alemana, que al igual que el resto del gobierno alemán sigue con preocupación la ola de islamofobia.

Según una encuesta publicada por el semanario alemán "Die Zeit", en Alemania casi uno de cada dos ciudadanos (49 por ciento) muestra comprensión con los manifestantes de Pegida. Mientras, un 30 por ciento afirmó comprender "por completo" las peticiones de los manifestantes, frente a un 23 por ciento que las rechazaron.

Para entender por qué surgió este movimiento el 20 de octubre, hay que entender la zona donde se originó. Dresde es la capital del estado federado de Sajonia, que perteneció a la extinta República Democrática Alemana (RDA) y donde la pobreza y las elevadas tasas de desempleo se convirtieron en caldo de cultivo para los movimientos de la extrema derecha.

"En ningún otro lugar existen tantas personas cercanas a la extrema derecha, es decir, personas que votan al partido neonazi NPD, o que se autoconsideran radicales de la derecha", explicó el politólogo de Dresde Werner J.Patzelt.

En las elecciones regionales de agosto fracasó el intento del NPD de volver a entrar en el Parlamento de Sajonia, pero sólo por un centenar de votos.

Más suerte tuvieron los euroecépticos "Alternativa para Alemania" (AfD) que con una campaña donde, entre otras cosas, reclamaban un referéndum sobre la construcción de mezquitas, se hicieron con casi un diez por ciento de los votos en Sajonia y entraron por primera vez en un parlamento en Alemania. Entre el AfD y el NPD lograron casi un 15 por ciento de todos los votos de esta región.

Las manifestaciones de Pegida reflejan también el miedo de los ciudadanos por los extranjeros en una región con bajas tasas de inmigración. Para Patzelt, el desconocimiento es lo que provoca el miedo. En el oeste del país están acostumbrados a los refugiados, en el este aún no, explicó el politólogo.

El movimiento Pegida cuenta con cerca de 62.000 seguidores en Facebook, con Lutz Bachmann a la cabeza de la organización que recientemente publicó un documento con 19 puntos para explicar las bases de su movimiento. La mayoría apunta contra la política de asilo y la propuesta de gestionar la inmigración como en Suiza.

Al contrario de lo que sucede en Dresde, en el resto de las ciudades alemanas el movimiento apenas encontró resonancia. En Berlín, por ejemplo, los simpatizantes de Pegida sólo consiguieron reunir a mil personas en una de las manifestaciones. Mientras, en Düsseldorf se quedaron en los 400 y en Bonn en los 200.

No obstante, los políticos y organizaciones interculturales temen que el grupo se extienda y acabe englobando también a la extrema derecha y desatando actos violentos contra refugiados como el vivido recientemente contra un futuro albergue para refugiados en las proximidades de Núremberg (Baviera), cuyo trasfondo está siendo investigado.

"Es verdad que dentro de Pegida hay algunos que sólo se dejan seducir por fanfarronerías huecas y a los que aún se puede llegar con argumentos racionales. Sin embargo, también hay personas en las calles con una clara afinidad hacia la xenofobia", alertó esta semana el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, en una entrevista con el diario alemán "Süddeutsche Zeitung". "Esto es desagradable y detestable".

"No es algo nuevo que existan prejuicios contra los refugiados. Sin embargo, ahora algunos se atreven a mostrar su resentimiento también públicamente", agregó el titular de Justicia.

"Es una vergüenza para Alemania que en estas manifestaciones de Pegida se dé la espalda a los refugiados que acaban de perder todo y que nos piden ayuda", agregó.



LAL
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