Reportajes

Convivir con el esmog en Pekín

2015-01-03

Un murmullo se forma entre los pasajeros a bordo. Pero el piloto continúa:

Por Stephan Scheuer

Pekín, 3 ene (dpa) - El avión se encuentra en la pista del aeropuerto de Pekín. En cualquier momento debe partir con destino al sur de China. Pero entonces, el piloto comunica a los pasajeros: "La torre de control nos acaba de informar de que debido al denso esmog no despegaremos por motivos de seguridad".

Un murmullo se forma entre los pasajeros a bordo. Pero el piloto continúa: "La contaminación es tan grave que por el momento ni siquiera podremos regresar hasta el edificio del aeropuerto".

El esmog reducía la visibilidad a apenas unas decenas de metros. En esas condiciones, el avión podría chocar con otros en su regreso al edificio del aeropuerto, que sólo se puede adivinar por sus intensas luces desde las ventanillas de la aeronave.

Todo lo demás desaparece en la mezcla grisácea amarronada formada de polvo fino y otras sustancias.

En el aire de Pekín se registra a veces una cantidad 17 veces mayor al límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del peligroso polvo fino, partículas en suspensión de un tamaño menor a los 2,5 micrómetros.

Pasa media hora hasta que el avión puede regresar lentamente al edificio del aeropuerto y los pasajeros pueden descender.

El índice de material particulado (PM) de 2,5 se convirtió entre tanto en un término común del vocabulario en Pekín. Desde que el primer ministro, Li Keqiang, mencionó este valor en su discurso ante los alrededor de 3.000 delegados del Congreso del Pueblo, los políticos de las provincias tuvieron que estudiar de pronto en todo el país los niveles de contaminación en sus respectivas regiones.

El aire de Pekín está contaminado desde hace años, pero se intentaba ocultar diciendo que se trataba de una neblina normal de la ciudad.

Sin embargo, en la actualidad, nadie niega el problema del esmog. Al contrario: a comienzos del año 2013 los medios de prensa estatales hasta hablaban de condiciones apocalípticas.

Según mediciones de la embajada de Estados Unidos en Pekín, la concentración de polvo fino (PM 2,5) alcanzó entonces el valor récord histórico de 886 microgramos por metro cúbico de aire. La OMS considera inofensivo un valor de hasta 25 microgramos de polvo fino por metro cúbico de aire.

Muchos ciudadanos chinos siguen a diario los niveles de contaminación del aire ininterrumpidamente en sus teléfonos inteligentes. Un mensaje les advierte en el momento en que el índice de polvo fino supera un valor crítico, por lo que es aconsejable que se coloquen máscarillas, que llevan consigo permanentemente.

En muchos países, estar al "aire libre" es símbolo de algo sano, algo bueno. Pero eso no vale para la capital de China. Cuando el aire está muy contaminado, cualquier paseo por la ciudad se convierte en algo desagradable, incómodo. El aire huele a usado, a veces hasta a quemado.

Actualmente, en las fiestas es usual que las conversaciones giren en torno a los mejores aparatos para filtrar el aire. Muchos hablan con orgullo sobre los nuevos purificadores de aire que adquirieron.

Durante la reciente visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las calles de Pekín soplaba un aire otoñal limpio. Se logró gracias a la aplicación de prohibiciones del tránsito de vehículos y la interrupción de producción en las fábricas. Pero Obama ya se fue.

Si el viento sopla del norte, el esmog desaparece de Pekín. Pero esos días son escasos. Y cuando el aire está muy contaminado, la población recurre a los purificadores de aire.



ROW

Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...



Utilidades Para Usted de El Periódico de México